0 en vivienda pública: a lo suyo

A principios de octubre pasado, en plena segunda ola del covid-19, justo cuando el Gobierno se vio obligado a imponer medidas restrictivas en la Comunidad de Madrid ante la negativa de Ayuso a cumplir los acuerdos del Consejo Interterritorial de Sanidad, la Asamblea regional aprobó una de las dos únicas leyes que han salido adelante en la última legislatura. Por el método de lectura rápida y con el voto de PP, Ciudadanos y Vox. No se trataba de ninguna normativa en favor de la hostelería, o en beneficio de las pymes, o de los autónomos o de los necesitados (para ella "mantenidos") de las colas del hambre. Era una reforma de la Ley del Suelo que consiste en sustituir la exigencia de licencias urbanísticas por simples "declaraciones responsables" (ver aquí). Barra (aún más) libre y rápida para la construcción privada.

¿Cuántos pisos o viviendas públicas, protegidas, de carácter social, se han entregado durante el Gobierno Ayuso? Exactamente 0. Ninguna. Se han licitado parcelas, hay planes anunciados o en marcha, pero lo que se dice vivienda pública construida, terminada y adjudicada, cero (ver aquí).

Entre los críticos de Ayuso abundan quienes sostienen que su principal rasgo es la insolvencia (como pudo percibirse en el debate de este miércoles, muy especialmente al ser interpelada por su gestión en las residencias). Tengo mis dudas. España es país notable en la producción de especialistas en hacerse los tontos yendo a lo suyo (o a lo de los suyos). Sin complejos. Madrid está a la cabeza en el precio medio de los alquileres, y hay debate sobre la eficacia o no de su regulación. Lo que nadie discute es la necesidad urgente de aumentar el parque de vivienda pública. Ayuso y los suyos prefieren venderlo a fondos buitre a precio de ganga. Y se resisten a cumplir las sentencias que instan a recuperarlo (ver aquí). Lo llaman libertad.