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4M | Elecciones en la Comunidad de Madrid

El 4M pone a prueba la solidez del Gobierno andaluz y redobla la ofensiva de los críticos contra Susana Díaz en el PSOE

El líder del Partido Popular, Pablo Casado, y el presidente de la Junta, Juanma Moreno.
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Siguiente estación: Andalucía. Después de la parada en Madrid, claro. La gran comunidad del sur, con 8,4 millones de habitantes, la más poblada de España, la primera autonomía en la que entró Podemos (2015), la primera en la que entró Vox (2018), la última a la que llegó la alternancia con la caída del PSOE y la llegada del PP tras 37 años, empezará tras el 4M a concentrar atención política.

Los comicios abren la duda del impacto que tendría en Cs, que tiene 21 diputados frente a 26 del PP y es clave en la mayoría de gobierno, una desaparición de la Asamblea de Madrid. Los críticos del PSOE, que pretenden apartar a Susana Díaz, presionan a Ferraz para que adelante las primarias para elegir candidato, con la excusa de la posible desestabilización del Gobierno andaluz por el 4M. La "idea" del adelanto se maneja en la cúpula del PSOE, pero no está cerrada, indica un dirigente socialista, que lo deja todo pendiente de la lectura de los comicios en Madrid.

El PP es el único partido que tiene su candidato 100% cerrado: Juan Manuel Moreno, el presidente, que tiene en su mano el botón del adelanto. En el seno del Gobierno andaluz son conscientes de que una desaparición de Cs en Madrid tensionaría al partido, por lo que no ven "riesgo" de ruptura política. Andalucía, apuntan desde el Ejecutivo de Moreno, es "diferente", y después de casi 40 años de PSOE es difícil que surja un movimiento de desestabilización desde dentro de Cs. ¿Adelanto electoral? El Gobierno andaluz asegura que el único incentivo sería aprovechar la situación del PSOE, pero que hay más factores que pesan en contra: los grandes proyectos aún no están culminados –metro de Málaga desatascado, autovía del Almanzora, Hospital Militar de Sevilla a pleno rendimiento–. El presidente, añaden, tiene en mente presentarse con la recuperación económica en marcha. Sólo una desestabilización que no ven probable cambiaría ese guión. 

El pulso en el PSOE andaluz

Toda la política andaluza está sacudida. El partido cuya conmoción interna se exterioriza más claramente es el PSOE. En la formación que presumía de hegemonía en Andalucía, aún traumatizada por la pérdida del poder, todo parece dispuesto para la batalla definitiva por el liderazgo, a la espera de un movimiento que desencadene la acción. Los críticos a Díaz, que tienen como referente principal al alcalde de Sevilla, Juan Espadas, aspirante aún no confirmado oficialmente, reclaman celebrar cuanto antes las primarias para elegir candidato, con el pretexto de estar listos ante un posible adelanto electoral. Susana Díaz se opone. Este adelanto no está entre las previsiones declaradas del presidente Moreno, pero está por ver cómo podría impactar una debacle de Cs.

A lo largo de las últimas semanas numerosas voces se han pronunciado a favor del adelanto de las primarias en el PSOE. Juan Espadas ha pedido ya el adelanto en el seno de la Ejecutiva del PSOE, con el argumento de que no hacerlo "da ventaja" a Moreno y le permite "decidir sobre el PSOE". Espadas, que ha confirmado ya dentro del partido que aspirará al liderazgo y a ser candidato, aún no lo ha hecho público, aunque ejerce como precandidato. Espadas no dará el paso al frente hasta que se active el calendario, es decir, hasta que se convoquen las primarias, explica un conocedor de sus planes. Mientras tanto, añade, el alcalde sigue en proceso de "escucha", es decir, buscando y recabando apoyos.

La Ejecutiva del PSOE de Sevilla rechazó el adelanto solicitado por Espadas, con una mayoría del 75%. La propuesta logró mostrar que hay grietas en la cúpula del PSOE sevillano, pero se mantiene aún un respaldo mayoritario a Díaz. Ahora bien, es imposible saber qué piensa toda la militancia de base. No sólo en Sevilla, sino en cada provincia. Hay direcciones inclinadas a favor de Díaz o del cambio, pero eso no significa que la provincia vaya detrás en bloque, si bien todos coinciden en que el apoyo a la renovación en Jaén es muy mayoritario. El PSOE andaluz, el mayor de España, tiene unos 45.000 militantes, con datos de 2017. Tanto los cargos partidarios de Díaz, por un lado, como los críticos andaluces y dirigentes de Ferraz, por otro, se muestran convencidos de tener la mayoría. De momento, la única alternativa a Díaz es Espadas. Pero podría haber más nombres entre los sanchistas.

Un dirigente federal llega a afirmar que Díaz tendrá que dar marcha atrás y acabará negociando una salida, dado que su conocimiento del partido le mostrará que los críticos son mayoría y unas primarias a brazo partido sólo provocarían su “derrota total”. Díaz y los suyos lo niegan. Es más, un próximo a la expresidenta asegura que la actitud de Ferraz, favorable Espadas, está fortaleciendo la posición de Díaz. "La gente no quiere que estemos en líos internos", asegura, citando como ejemplo de falta de neutralidad la posición pública de Carmen Calvo, que se muestra a favor de estar "preparados cuanto antes mejor". Espadas, según los próximos a Díaz, puede ser visto como "el candidato de Ferraz".

El partido está en ebullición. El PSOE de Jaén, liderado por Francisco Reyes, partidario del cambio, abrió la caja de Pandora aprobando en su ejecutiva la solicitud de un adelanto de las primarias. El debate se ha extendido por todo el partido. Han rechazado esta posibilidad Sevilla, Málaga y Almería. Se ha pronunciado a favor Granada. La cuestión, que se está convirtiendo en un primer pulso de poder, no abandona ni un día el candelero. Si no es una dirección la que vota, es una figura del partido la que habla. Todos dan por hecho que el ruido no bajará.

Las decisiones de Ferraz y de Moreno

Descartado por Díaz precipitar el adelanto desde la dirección regional, la decisión es de Ferraz, que con el reglamento en la mano puede convocar primarias de urgencia cuando "las circunstancias políticas así lo aconsejen". La cuestión del adelanto en el PSOE queda así conectada a otra, de relieve aún mayor: el posible adelanto de las elecciones en Andalucía, decisión que compete en exclusiva al presidente Moreno. No hay nada oficial al respecto, pero los partidarios de precipitar el cambio insisten en que el PSOE debe estar preparado para no quedar con el pie cambiado.

La mera hipótesis del adelanto, que se reforzaría con un resultado que desestabilizase a Cs, podría precipitar un movimiento de Ferraz, señala un miembro del sector crítico. Otro de la dirección federal señala que la "idea" de atender la petición de Espadas "existe", pero que la decisión no está adoptada, y recalca que con Pedro Sánchez la cúpula del partido toma las decisiones "fase a fase". De modo que todo queda pendiente del martes y de la lectura que hagan Sánchez y su círculo de los resultados y su impacto andaluz. En absoluto es descartable un anuncio tras las elecciones madrileñas.

En teoría, la legislatura acaba en diciembre de 2022. PP y Cs, los dos partidos que gobiernan con apoyo de Vox, se han conjurado para agotar el plazo, llegando al punto de firmar un acuerdo por el que el PP se compromete a no aceptar tránsfugas de Cs, un gesto de distensión tras sí aceptarlos en Murcia. El acuerdo da una idea de la fragilidad del partido que lidera Juan Marín, el vicepresidente, al que tratan de cuidar en el PP. Si el terremoto murciano-madrileño de marzo provocó una fuerte crisis interna de Cs, está por ver cómo afectaría al partido quedarse sin representación en Madrid. Vox ya desliza su "preocupación" ante la posibilidad de que el 4M deje a Cs en una precariedad que "influya en la estabilidad" del Gobierno andaluz.

La situación en el arco derecho está marcada por el cambio en el reparto de fuerzas. Las encuestas apuntan a un desplome de Cs y a un reforzamiento de PP y Vox, en línea con Madrid pero con la ultraderecha más fuerte. Los partidos de izquierdas ya ensayan un discurso de advertencia de la llegada de la extrema derecha al Gobierno. Es una incógnita quién será el candidato de Vox. El portavoz parlamentario, Alejandro Hernández, ha dicho que Macarena Olona sería "una magnífica candidata". Ella ni confirma ni desmiente. "Si se diera el caso, exigiría la Consejería de Familias", ha declarado a Granada Hoy.

En Cs, Juan Marín –partidario de reeditar el pacto con el PP– ha afirmado que volverá a presentarse. Está por ver si tendrá oposición, y de quién. Rocío Ruiz, consejera de Igualdad y partidaria de que Cs pueda pactar a izquierda y a derecha, ha bajado el perfil desde la crisis murciano-madrileña.

El único partido que tiene despejada la equis del candidato es el PP. El presidente está en uno de esos momentos que deleitan a los líderes políticos. Con las encuestas colocando al PP como primera fuerza, Moreno tiene el botón del adelanto a mano y a todo el mundo –medios, compañeros y rivales– pendiente de cada gesto. Esta es su última posición oficial: "No entra en mis planes adelantar elecciones, con independencia del resultado de Madrid". Con un añadido: Moreno tiene estabilidad "ahora mismo". Ese "ahora mismo" es importante. Si esa estabilidad se pierde, su decisión puede cambiar.

Ahora mismo existen elementos que dan anclaje al Gobierno andaluz. Para empezar, tiene los presupuestos de 2021 aprobados gracias a Vox, que en paralelo al ruido en torno a cuestiones simbólicas ha ido dando luz verde a todas las cuentas. Además, Vox –que ha rebajado la presión durante la campaña para mostrarse también en Andalucía como un socio fiable– expresa su satisfacción por una anunciada bajada de impuestos, registrada por los tres partidos como proposición de ley.

Incógnitas en la izquierda

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Paradojas de la política, Susana Díaz se ha encontrado en el acuerdo de bajada de impuestos de PP-Cs-Vox un argumento para alegar que no hay adelanto electoral a la vista y que, por lo tanto, no tiene sentido celebrar las primarias ahora en el PSOE. Queda, en caso de que las primarias se adelanten, una duda: si el ganador o ganadora tendría el terreno despejado para presentarse a la secretaría general o se volvería a encontrar oposición, con la posibilidad de una bicefalia. El congreso andaluz –para elegir secretario general, no candidato: son dos cosas distintas– se debe celebrar en los 90 días siguientes al federal, previsto para octubre. Lo que defiende Díaz es que las primarias para elegir candidato tengan lugar después de las primarias para elegir secretario general.

Una figura del sector crítico cree que lo que pretende Díaz, a la que haber reducido al mínimo la actividad de los órganos andaluces del partido, es que las primarias vengan impuestas por Ferraz, para alimentar la idea de que Espadas es "un candidato de Madrid". Defiende además una idea que cada vez suena más en las conversaciones con los partidarios del cambio: debe haber adelanto al margen de que haya sospecha de elecciones en Andalucía en 2021, porque "no podemos estar ocho meses desangrándonos". "Yo creo que la amenaza de elecciones es real. Pero, aunque no lo fuera, la mayor alegría que le podemos dar a Moreno es seguir así", añade.

A la izquierda del PSOE la ruptura del antiguo espacio de Adelante Andalucía es total. Por un lado, están IU y Podemos, liderados por Toni Valero y Martina Velarde. Por otro, los anticapitalistas, expulsados del grupo parlamentario tras ser considerados tránsfugas y encabezados por Teresa Rodríguez. Habrá dos papeletas en un campo que se presentó unido en 2018. No están decididos los candidatos. El liderazgo de los anticapis, que quieren conformar un partido soberanista andaluz, recae en Rodríguez, pero aún no ha sido elegida candidata. En UP, el rostro con mayor protagonismo político es el de Toni Valero. Aún no hay candidato, ni tampoco calendario para elegirlo, por lo que existe preocupación ante un posible adelanto fulminante. En las conversaciones con miembros de este espacio aparece con frecuencia el nombre de Alberto Garzón, aunque no hay nada cerrado. Es una hipótesis.

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