Investidura de Ayuso
Ayuso anuncia un cheque bebé para madres jóvenes con rentas bajas que lleven 10 años empadronadas en Madrid
Un año y diez meses después de su aterrizaje en la Puerta del Sol, Isabel Díaz Ayuso volvió a enfrentarse este jueves a una nueva sesión de investidura en la Asamblea de Madrid. Eso sí, en un contexto bien diferente. A diferencia de lo que sucedió en 2019, en esta ocasión no han sido necesarias intensas negociaciones previas con formaciones que no querían verse ni en pintura. Ahora, Ciudadanos ya no entra en la ecuación. Y Vox, desde el primer minuto, dejó claro que daría su apoyo a una candidata conservadora que salió de las urnas con más representación parlamentaria que las tres fuerzas de la izquierda juntas. Quizá por eso, a Ayuso se le ha visto bastante relajada durante toda su intervención. Un discurso de algo más de hora y media en el que volvió a anunciar por enésima vez una bajada impositiva en la región, presentó una suerte de cheque bebé para algunas mujeres menores de 30 años con rentas bajas o avanzó una mayor flexibilización en materia de suelo. Todo ello, regado con continuas alusiones a la libertad de Madrid y presentándose como el muro para frenar al Gobierno central.
La primera sesión de la investidura, centrada en la intervención de la candidata, arrancó a mediodía. Con el sonido de la campana de fondo, Ayuso se adentró, entre una maraña de cámaras, en el hemiciclo, en el que ha estado arropada por la expresidenta regional Esperanza Aguirre y varios cargos ejecutivos del PP. Tras el minuto de silencio por el último asesinato machista en la región, la baronesa conservadora, ataviada con un traje blanco, tomó la tribuna de oradores. Y arrancó su discurso haciendo lo que mejor sabe: reforzar esa imagen de oposición al Gobierno central en la que tanto ha trabajado desde que alcanzó la Puerta del Sol. “El resultado de las elecciones no es ajeno a las decisiones que el Gobierno central ha tomado contra la comunidad y contra algunas instituciones de la sociedad española”, aseveró Ayuso, quien recordó que la región “se ha convertido en el primer muro donde se estrellan las políticas socialistas” del Ejecutivo central, al que ha achacado el “abandono en la defensa de la unidad nacional” y ha criticado por los indultos a los presos del procés.
Y en esta defensa de una “España viva” y “optimista”, Ayuso recetó políticas liberales. “Este año vamos a aprobar la mayor bajada de impuestos de nuestra historia”, dijo. El plan es disminuir medio punto el IRPF en todos los tramos, una rebaja fiscal que rondará los 300 millones de euros. Es la enésima vez que lo promete. Lo hizo durante la primera sesión de investidura. Lo repitió durante el debate del estado de la región. Pero nunca llegó. De hecho, cuando se empezaron a negociar aquellos presupuestos que quedaron guardados en un cajón con el adelanto electoral, en el Ejecutivo madrileño no veían mucho margen para hacerlo en plena recesión económica por la pandemia, con una caída de la recaudación y mientras se solicitan 22.000 millones de euros de los fondos europeos. Ahora, parece que es el momento de dejar de ser la única presidenta en los últimos 16 años de gobiernos en la Comunidad de Madrid que no ha impulsado bajadas tributarias.
En este sentido, la candidata conservadora puso de nuevo el foco en el Ejecutivo central y avisó de que nada de armonización fiscal. “Acudiremos allá donde haga falta para defender nuestra autonomía fiscal, porque está recogida en la Constitución y porque no se entiende un Madrid libre sin bajos impuestos”, recalcó Ayuso. Pero antes, anunció otra de las recetas en materia económica: reducir los trámites burocráticos en materia de suelo, algo en lo que ya se trabajó con la única ley que el Ejecutivo conservador fue capaz de aprobar a lo largo de la pasada legislatura. “Avanzaremos hacia una flexibilización normativa en materia de suelo. Vamos a reducir las cargas burocráticas, y lo haremos durante los seis primeros meses del año que viene”, señaló desde la tribuna de oradores. En resumen, insistió, la “fórmula del éxito económico y social” de la región es “la libertad”, una palabra que ha repetido más de una docena de veces durante su intervención.
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Pero antes de hacer hincapié la continuidad de la agenda conservadora en el principal laboratorio de políticas neoliberales del PP, Ayuso hizo dos anuncios destacados. El primero, que el próximo Ejecutivo central tendrá nueve consejerías, en lugar de la decena por la que se había decantado hasta la fecha. Y, la segunda, la puesta en marcha de una suerte de cheque bebé para las jóvenes con bajos ingresos. En concreto, a partir del próximo año, las mujeres embarazadas menores de 30 años y con rentas inferiores a 30.000 euros recibirán 500 euros mensuales desde el quinto mes de embarazo y hasta que el bebé cumpla dos años. “Vamos a ayudar a las mujeres que más lo necesitan con 14.500 euros por cada hijo que nazca en la Comunidad de Madrid”, dijo. Eso sí, siempre y cuando la madre lleve empadronada en la región al menos 10 años. Además, todas las mujeres embarazadas hasta los 35 años tendrán prioridad en el Plan Vive, el programa de alquileres asequibles puesto en marcha por el Ejecutivo regional.
Por otro lado, anunció que llevará en los presupuestos generales para 2022 la aplicación de una “deducción” en la “cuota íntegra del IRPF del 25% de los intereses de la hipoteca, con un máximo de 1.000 euros anuales, para menores de 30 años”. “Como sabemos que el alquiler es la única alternativa para muchos jóvenes que eligen Madrid para vivir, ampliaremos la actual deducción por alquiler en el IRPF hasta 1.200 euros, un 20% más del límite actual, manteniéndose dicha deducción hasta los 40 años si hay una situación de desempleo u obligaciones familiares”, apuntó Ayuso, quien también anunció con la vista puesta en los jóvenes una bajada de las tasas universitarias para el próximo curso del 20% en el caso de los estudios de grado y del 30% en los másteres habilitantes. “Trabajaremos para que ningún estudiante madrileño se vea privado de estudios superiores por falta de recursos económicos”, dijo la dirigente conservadora.
Aunque sin mucha concreción, Ayuso hizo algunos anuncios más en materia educativa. Para el próximo curso, avanzó una bajada de ratios a 20 alumnos en el primer curso del segundo ciclo de infantil. En los siguientes, se continuará con los sucesivos. Además, adelantó que entra entre sus planes la construcción de un “centro especializado” en la formación de profesores en la región. “Un centro de alto prestigio que pueda convertirse en una referencia a nivel nacional e internacional y que establezca las bases del futuro MIR educativo, una prueba imprescindible para incorporarse al sistema educativo madrileño”, aseveró.