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El dinosaurio todavía estaba allí

Alfredo Sanzol: “El bien común es esencial para que pueda existir el bien individual”

El dramaturgo y director teatral Alfredo Sanzol, en su presentación como director del Centro Dramático Nacional.

Paula Pérez de Lema | Hernán Grecco Ferrari

Alfredo Sanzol (Madrid-Pamplona, 1972) es un artista entregado por completo al teatro: dramaturgo, director y miembro de la Asociación de Directores de Escena de España y de la Sociedad General de Autores, ha escrito y orquestado más de una decena de obras. La respiración, Delicadas, En la luna, Días estupendos o La ternura son algunos títulos tanto firmados como dirigidos por él. Todos ellos, además, han sido galardonados. El  Premio Max de las Artes Escénicas, el Premio Ceres, el Premio Nacional de Literatura Dramática o el Premio Valle Inclán de Teatro son pruebas del éxito y talento del autor.

La irrupción del coronavirus en España golpeó al sector escénico, muchos trabajadores perdieron su trabajo, otros tantos no accedieron si quiera a las prestaciones por desempleo. El director nos cuenta que vio a su alrededor una situación "muy difícil, sobre todo entre marzo y septiembre de 2020. Al reiniciar la actividad en los teatros públicos y privados la situación mejoró un poco, pero con muchas carencias". Algunos vaticinaron la pérdida de espectadores fruto de la pandemia y las nuevas restricciones en los teatros, pero Sanzol asegura  "que lo que estamos haciendo puede ser un buen camino". Datos en mano, demuestra que hay esperanza: "En la temporada 2020-2021 el Centro Dramático Nacional, con los aforos limitados, ha tenido un porcentaje de ocupación del 82%.Lo más importante es que el público joven ha supuesto el 12%, hemos triplicado su afluencia con respecto a la anterior temporada". Ánimos aparte, para él el futuro cercano mejorará si "no se pierde de vista a los que quedan más desprotegidos y se exige responsabilidad a los que pueden aportar más. Sin un estado de derecho fuerte que haga justicia distributiva todo será siempre peor".

En enero de 2020 llegó a la dirección del Centro Dramático Nacional. La institución enfrentó la pandemia sin dejar de lado su objetivo: “La potenciación de la dramaturgia contemporánea”. A pesar de tener que mover la programación de primavera de 2020, “que creó un efecto dominó, no cambiaron los planes esenciales”. En cuanto los escenarios pudieron pisarse de nuevo crearon La Pira, “título bajo el que se reflexionó en caliente sobre la pandemia por medio de tres espectáculos: La conmoción, La distancia y La incertidumbre”.

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Hace unos meses estrenó la que fue su primera obra al mando del CDN, El bar que se tragó a todos los españoles. En ella representa las posibilidades de transformación y evolución de las personas, algo que podría relacionarse con los cambios sociales tras el coronavirus. Preguntado por esta similitud, el autor se muestra conforme: “Sí, totalmente, me interesa mucho cómo las estructuras de funcionamiento social influyen sobre la vida personal y viceversa” y explica “muchas veces vivimos la fantasía de la libertad personal como la capacidad de crear una burbuja en la que estamos “libres” de lo que pasa a nuestro alrededor”. Pero para él, la libertad “va más por la capacidad de crear comportamientos y pensamientos que restituyan las fracturas producidas por la crisis”. 

“En este lugar, en este momento, la humanidad somos nosotros, tanto si nos gusta como si no. Aprovechémonos antes de que sea demasiado tarde”, le decía Vladimir a Estragon mientras se preguntaban por qué esperaban a Godot. Sanzol dirigió la obra de Samuel Beckett llevándola al Teatro Valle-Inclán en 2013al Teatro Valle-Inclán en 2013. Cuando es preguntado por el comportamiento humano de los últimos meses, los actos de los que podríamos enorgullecemos y los otros tantos por los que deberíamos avergonzarnos, afirma: “Formo parte del segmento social que considera que el bien común es esencial para que pueda existir el bien individual. Me cuesta entender las prácticas del sálvese quien pueda”. Como ser humano la pandemia "le ha hecho consciente de la fragilidad. Es algo que se supone que debemos saber pero que pasamos por alto”. Como director del Centro Dramático Nacional su misión es “dar el servicio cultural que la sociedad nos ha encargado”.

Si su ente del futuro pudiera enviarle un mensaje a su yo de marzo de 2020, este le diría: “Todo va a ser peor de lo que te imaginas y todo va a ser mejor de lo que te imaginas”. 

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