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El dinosaurio todavía estaba allí

Sole Giménez: "Hoy en día es más importante venderse bien que hacer un buen trabajo"

La cantante y compositora Sole Giménez.

Sole Giménez (París, 1963) subió al tren del mundo musical hace casi cuarenta años y ha recorrido sus estaciones sin pausa hasta el día de hoy. Su aparición en la escena nacional tuvo lugar con la creación de Presuntos Implicados, banda en la que fue compositora y cantante durante más de dos décadas. A partir de 2006 comenzó una carrera en solitario de la que han nacido diez álbumes diez álbumesy a priori esa cifra seguirá aumentando: “Pienso quedarme un tiempo más en el sector independientemente de lo que pase, porque pienso que la belleza no tiene fronteras y merece la pena seguir luchando por ella”.

Su última obra, el segundo volumen de Mujeres de música, es un proyecto de colaboración con diferentes artistas y cantantes que busca fomentar el reconocimiento de las mujeres como autoras y compositoras: “En todos estos años en la música he sentido la falta de reconocimiento a las mujeres. Tenemos que ir contando la historia de otra manera, dando voz a quienes estuvieron y en la actualidad no estamos teniendo en cuenta”.

Giménez se muestra esperanzada y cree que aprenderemos a convivir con el coronavirus, pero señala su preocupación por otros temas: “El cambio climático va a ser mucho peor que cualquier pandemia a medio y largo plazo y no estamos haciendo nada para atajarlo.” Y deja una reflexión en torno al comportamiento político durante la pandemia: “Han priorizado cosas que no deberían priorizar a costa de la muerte de mucha gente y espero que les pase factura, aunque parece que no va a ser así. Cambiar cervezas por vidas no debería ser una opción”, sentencia la artista.

PREGUNTA. Dígame un destino de verano al que soñara con ir durante confinamiento, para sobrellevarlo, y uno al que irá este año. ¿Coinciden?

RESPUESTA. No, no coinciden. Me apetecía mucho visitar el sudeste asiático. Quería volver a ir a Indonesia y conocer Vietnam y Tailandia, pero ahora mismo es imposible. Me quedo por aquí cerquita, que también me gusta mucho.

P. Ahora que se supone que encaramos (por fin) la salida de la pandemia... ¿Qué espera del futuro?

R. No me gustaría vivir con miedo. Creo que lo que viene va a ser complicado, pero no por la pandemia. Con respecto al coronavirus tengo esperanza, creo que vamos a conseguir minimizar sus daños y acostumbrarnos a la convivencia con este virus igual que convivimos con otros. Y la vacuna ha ayudado muchísimo a recuperar cierta normalidad. Vacunarse es necesario, alucino con el negacionismo en torno a la inmunización.

Ahora bien, estamos haciendo otras muchas cosas mal que sí me tienen preocupada. El cambio climático, las tormentas, los incendios… Eso va a ser mucho peor que cualquier pandemia a medio y largo plazo y no estamos haciendo nada para atajarlo. Va a ser una catástrofe. La economía se está poniendo por delante de todo y eso no es bueno: Pan para hoy y hambre para mañana.

P. ¿Cómo le ha cambiado la pandemia? ¿Ha cambiado de alguna manera lo que considera importante en su día a día?

R. Me ha confirmado que las cosas importantes de la vida son el amor, la amistad y el cuidar los unos de los otros más allá de todo lo que nos quieran vender. Ha quedado en evidencia que aquí lo importante somos las personas. Ojalá lo llevemos a la práctica, pero es un momento muy complicado, porque el mundo digital nos aleja en vez de acercarnos.

P. Muchas salas siguen cerradas y el otoño espera... ¿Cuánto cree que puede aguantar el sector sin ese circuito?

R. Poco. Adolecemos de una falta de asociación brutal. La música está muy segregada. Nos quejamos de lo mismo pero no hacemos piña para reivindicar nuestras necesidades y si lo hiciésemos tendríamos ayudas contundentes. Y también lograríamos que este sector no fuera tan dispar, tendríamos un poco más de fuerza colectiva. Llevo muchísimos años en el gremio y nuestra gran debilidad es la falta de unión.

P. ¿Y cuál sería la solución?

R. Somos un sector muy precario y está lleno de miedos. Recuerdo la famosa huelga del teatro, donde todos se unieron para paralizar su funcionamiento y hacer notar su falta.

En la música no es así, siempre hay gente dispuesta a aceptarlo todo y eso perpetúa el maltrato a la profesión. En los últimos años están proliferando algunas asociaciones y la pandemia también nos ha acercado, pero haría falta cambiar el ADN del músico para pasar de la incertidumbre a la acción.

P. Con la llegada del covid, muchos trabajadores de la música se quedaron sin empleo y sin paro. ¿Cómo fue su situación? ¿Y qué cree que tiene que cambiar para que músicos y técnicos estén más protegidos?

R. Tienen que cambiar muchas cosas, empezando por que la Seguridad Social y las Administraciones Públicas entiendan que los músicos somos autónomos. Y en este país ser autónomo cuesta mucho dinero, por eso en la música hay un sector muy grande que trabaja en b.

He tenido algún caso en el que un juez no ha entendido que mi músico tiene que ser autónomo. Porque no es sólo mi músico, trabaja con quien tenga que trabajar. Tendrían que venir a ver nuestro día a día, porque ensayas con una banda y al día siguiente con otra. No dan ninguna facilidad porque no entienden nada de nuestro sector.

P. Antes de la pandemia, muchos advertían: cuidado con el modelo de grandes festivales que depende del turismo masivo. ¿Cree que estamos volviendo a lo mismo?

R. Me imagino que sí, la inercia es muy difícil de cambiar. Los promotores de conciertos se unen porque hoy en día es muy difícil sacar adelante una gira, y buscan grandes beneficios que cubran grandes gastos. Los festivales han venido para quedarse durante mucho tiempo. Los formatos cambiarán, el marketing también, pero a la gente le gusta y eso es lo que sirve de guía. Como artista nunca he estado en un macrofestival y como público no sería mi escena ideal, me gustan más los espacios pequeños y medianos.

P. De los comportamientos que ha visto en la sociedad en los últimos meses, ¿de qué se enorgullece y de qué se avergüenza?

R. Me enorgullezco de que la inmensa mayoría de la gente ha sido muy responsable, la sociedad ha entendido muy bien lo que estaba pasando. Desde quedarse en casa hasta ayudar en lo que se ha podido, aceptar sus responsabilidades.

Pero me avergüenzan los comportamientos de algunos políticos que no han estado a la altura de lo que estaba pasando. Han priorizado cosas que no deberían priorizar a costa de la muerte de mucha gente y espero que les pase factura, aunque parece que no va a ser así. Cambiar cervezas por vidas no debería ser una opción.

P. El pasado mes de marzo publicó el segundo volumen de su proyecto ‘Mujeres de música’, acompañada por artistas como Rozalén, Bely Basarte o Alba Engel. Da voz a mujeres autoras, compositoras y cantantes. ¿Cómo se gestó el proyecto? ¿Qué busca transmitir a la audiencia?

R. En todos estos años en la música he sentido la falta de reconocimiento a las mujeres como autoras y compositoras. Si vas ahondando en la historia siempre ha habido alguna mujer creadora, pero muy poca gente se acuerda de ellas, han ido desapareciendo del imaginario colectivo.

Tenemos que ir contando la historia de otra manera, dando voz a quienes estuvieron y en la actualidad no estamos teniendo en cuenta. Y ese es el objetivo de Mujeres de música, la visibilización y concienciación a este respecto.

P. Son ya casi 40 años de carrera musical que comenzaron con Presuntos Implicados. Si tuviera la posibilidad, ¿cambiaría algo de su trayectoria?

R. Creo que el esfuerzo ha merecido la pena. Si pudiera volver atrás cambiaría una cosa: creería un poco más en mí. Uno de los problemas que encontré es ser una mujer en un mundo copado por hombres, ponen en duda tu criterio y en consecuencia te pones en duda tú. Confiaría más en mi manera de ver y apostaría más por mí. Esta sociedad ha cambiado mucho en los últimos 40 años, pero en la música tampoco ha cambiado tanto. Nosotras seguimos siendo una inmensa minoría en el mundo de la música a todos los niveles. Músicos, promotores, producción... la mujer brilla por su ausencia. La visión musical que tenemos hoy por hoy está marcada por los hombres con todas las repercusiones que eso pueda tener en la industria.

P. El mundo de la música y su distribución ha evolucionado mucho desde los inicios de su carrera a la actualidad. El formato de las emisiones musicales, conciertos, el márketing como producto principal… ¿Este cambio es a mejor o a peor?

R. Creo que a peor por una sencilla razón: Ahora tienes que entender más de márketing que hacer buena música, el arte queda en un segundo plano.

Son cambios que han venido para quedarse, tienes que aceptarlo tal cual es. Pero en el mundo de la cultura es más importante venderse bien que hacer un buen trabajo. Tienes que poner más energía en cómo vender que en cómo lo creas y qué aportas. Y eso trae mucha mediocridad al sector, es preocupante.

P. ¿Qué proyectos está desarrollando en la actualidad? ¿Y en el futuro cercano?

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R. Estoy intentando seguir con la gira, porque este año y el que viene voy a estar volcada en girar con Mujeres de música. Mientras tanto iré pensando en el siguiente disco, a ver cómo fluye todo. Pienso quedarme un tiempo más en el sector independientemente de lo que pase, porque pienso que la belleza no tiene fronteras y merece la pena seguir luchando por ella. El 18 de octubre volvemos a los conciertos en el Teatro de la Zarzuela (Madrid) y tendremos algunas invitadas especiales. Y me hace mucha ilusión retomar los conciertos, es un momento que he estado esperando mucho tiempo.

P. Si pudiera enviarle un mensaje desde el futuro a su yo de marzo de 2020, ¿qué le diría?

R. Todos vivimos ese momento con mucho miedo, más por la seguridad de nuestro entorno que por nosotros mismos. Así que me diría: “Tranquila, que todo va a ir bien.”

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