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Igualdad LGTBI

Jóvenes trans fuera de las aulas: más de la mitad sufre transfobia en actividades extraescolares o campamentos

Concentración por las personas trans en el centro de Madrid.

Durante 2021, un 88% de las personas trans ha sentido emociones como la tristeza, el miedo o el intento de suicidio. Relacionan estos sentimientos con la transfobia sufrida. Así lo revela el estudio Personas trans y educación no formal con el análisis del currículum oculto, aquellas actividades que han desarrollado durante su etapa escolar pero que no son registradas como educación formal, sino que se enmarcan en el ocio y el tiempo libre, como las actividades extraescolares o los campamentos. Estas son también parte de su educación integral. La educación no formal tiene una especial importancia en su desarrollo como personas, en su socialización y, en consecuencia, en su salud mental y física. Tras observar la participación en estas actividades, las emociones generadas y sus problemas derivados, el informe presentado este miércoles revela que experimentaron un aumento del rechazo de su identidad de género en un 94,4%, generaron ideas suicidias un en un 61,11% y cometieron intentos autolíticos en un 16,67% de los casos.

En 2019, el estudio La experiencia de las personas trans en el ámbito educativomostró que el 83% de las personas escolarizadas que no respondían a las expectativas de género sufrió transfobia. El desglose de la discriminación vivida en las aulas generó una doble alarma: por los tipos de violencia sufrida y por el porcentaje de personas que la vivieron. Los insultos proferidos fueron recibidos en un 40%. El acoso se ejerció contra un 25%. Las amenazas fueron recibidas en un 22%. Tras las pantallas, el 18% de las personas recibieron ciberacoso. El 12% sufrió agresiones físicas y junto a todo lo anterior, la violencia sexual fue ejercida en un 9% contra las personas transgénero. Aquel estudio no solo evidenció la desigualdad entre el alumnado. En los centros, las medidas empleadas para velar por la inclusión de las personas trans resultaron insuficientes, la mitad de las personas encuestadas no fue llamada o nunca, o rara vez, por su nombre escogido y el desarrollo de actividades escolares presentaban dinámicas sexualizadas tanto en la diferenciación de géneros como en la vestimenta que se espera de los mismos casi en un 90%.

Tras esto, la Federación Estatal de Lesbianas, Gais y Trans y Bisexuales (FELGTB) dio un paso más e investigó La realidad del alumnado trans en el sistema educativo en 2020, para observar la legislación autonómica y la actuación de los actores clave en la comunidad educativa. El estudio evidenció la necesidad de una interveción más allá del ámbito educativo, con el desarrollo de políticas públicas integradas. La situación de las personas trans en las aulas podría alcanzar la igualdad de una forma mucho más efectiva si se crearan mecanismos legislativos. FELGTB instó en la necesidad de una Ley estatal que facilite la vida de tantas personas en situación de incertidumbre, desigualdad y faltas de pleno reconocimiento. 

La experiencia emocial de las personas trans

Setenta jóvenes de entre 14 y 25 años, junto a 27 familias de personas trans, han sido encuestados en este estudio. A esto se le suman otras seis familias en el proceso cualitativo, que tras una serie de entrevistas y debates han hecho posible estudiar las situaciones de transfobia y sus consecuencias emocionales. El primer dato respecto a las emociones generadas tras la experiencia en educación normativa ya pronostica cómo continuará el resto del informe: un 78% afirma que en su etapa escolar se sintió o se siente más infeliz que el resto. El 22% se siente "igual de feliz", mientras el porcentaje de personas que ha sentido mayor alegría que sus compañeros se reduce a cero.

¿Cuáles son las causas de un estado emocional peor en la mayoría de casos que el del resto de compañeros? El primer factor es el tamaño del lugar en el que viven. En ciudades grandes, las personas encuestadas eran un poco menos infelices, aunque no felices. Aquellas que habitan en núcleos rurales, afirman que su infancia fue menos feliz en un mayor porcentaje. 

La familia es un aspecto fundamental, muchas personas trans necesitan el reconocimiento de sus padres para sentir plenas sus vidas. De las familias depende también la búsqueda de coberturas jurídicas, educativas, y de recursos públicos que ayuden a los jóvenes a reconocer su verdadero género. El desconocimiento de sus relativos es muchas veces un problema al que se enfrentan. No saben qué es una persona trans, y esto puede producir un problema grave en la aceptación de la condición de los jóvenes. "La familia de un niño de 12 años ha prohibido a la tutora hablar del caso con el niño, están llevándolo a un psicólogo para que reconsidere eso de ser niño", responde uno de los padres entrevistados, "La abuela dijo 'esta niña lo que necesita es ropa'", afirma otro. "Para mí, sólo podía ser chico o chica y la posibilidad de ser yo, estaba tan escondida que no fui capaz de admitirlo como mi realidad", añade otra de las personas trans participantes en el estudio. 

Un 16% de los encuestados cometió intentos de suicidio% de los encuestados cometió intentos de suicidio

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La FELGTB advierte de que el primer síntoma esel aumento del malestar con la identidad de género, y el segundo es la ideación suicida. Esto significa que la persona se desea la muerte, pero no llega a intentarlo. Después se cometen las autolesiones. Finalmente se lleva a cabo el intento de suicidio. Los jóvenes encuestados vieron cómo la disforia que sentían aumentó en un 95% de los casos, seguido de la ideación suicida que sufrieron en un 60%, las autolesiones que cometieron la mitad de los participantes y los intentos de suicidio, en un 16%. Las familias confirman los efectos de la transfobia, las consecuencias observadas en sus hijos son las mismas. 

Del 74% de personas que participaron en actividades no formales, que desarrollaron su currículum oculto, más de la mitad experimentó situaciones transfóbicas. Las preguntas inadecuadas sobre su cuerpo o sus genitales, la dificultad al utilizar los aseos y vestuarios, el uso de su nombre y género de asignación con intención de herirles, son algunas de ellas. Esto tiene un grave impacto en la salud mental de las personas que sufren la transfobia y en aquellas que viven con miedo a sufrirla: el 25% de los jóvenes nunca ha acudido a una actividad de educación no formal por miedo al rechazo, por el profesorado o por vergüenza a participar. La discriminación en el ámbito educativo cristaliza habitualmente en formas de violencia como el aislamiento, que se dio en un  25,7%, los insultos que recibieron en un  23,58% y el acoso que vivieron en un 12,26%.

Con su estudio, la FELGTB insta en la necesidad de revisar las políticas públicas en materia de educación no formal. Ya lo hizo hace dos años con el ámbito educativo y en 2020 con la legislación autonómica. Los datos revelados evidencian la desprotección que sufren las personas trans en ámbitos, tan inofensivos para otros, como las actividades extraescolares, los desayunos en los colegios, los campamentos o los cursos de verano. Como conclusión al informe, afirman que "recordar el propio contexto y origen de la Educación No Formal es un preciso ejemplo de cómo ha de ser una herramienta para eliminar cualquier forma de odio y discriminación".

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