Alemania
Subir el SMI, construir 400.000 viviendas o un impuesto a los ricos: los planes económicos de Olaf Scholz
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Las elecciones federales de Alemania del próximo 26 de septiembre podrían alumbrar, según las encuestas, la vuelta de la socialdemocracia a la cúspide del poder, un poder del que el Partido Socialdemócrata (SPD) no se había alejado del todo al participar en tres de los cuatro gobiernos de Angela Merkel como socio menor de la coalición. Olaf Scholz aspira a suceder a la mandataria europea más insigne, a tenor de lo que marcan las encuestas. Y su formación tiene muchas papeletas para recuperar la cancillería, perdida en 2005.
Con la victoria de la izquierda en Noruega el pasado 13 de septiembre, todos los países escandinavos están gobernados por socialdemócratas y laboristas. Y el espejo económico de Scholz, según airea el propio candidato en esta campaña, es el modelo escandinavo de fuerte protección social e impuestos altos. Es por eso que Scholz plantea rediseñar un impuesto a los ricos sobre la fortuna, algo que en España se conoce como Impuesto de Patrimonio. De hecho, hay bastantes paralelismos entre el programa del SPD y el del PSOE, más allá de este tributo del que la derecha española en la Comunidad de Madrid ha hecho su bandera al perdonárselo a los residentes más adinerados. Por el contrario, el Ministerio de Hacienda apuesta por armonizarlo a nivel autonómico y para ello ha creado un grupo de expertos cuyas conclusiones están por conocerse aún.
Pero en Alemania la medida no deja de ser extraña incluso para Scholz, que actualmente es vicecanciller y ministro de Finanzas. Fue él quien impulsó en 2019 la práctica abolición del último impuesto sobre la riqueza que quedaba, el denominado Soli, creado tras la reunificación de las dos Alemanias en 1990. Una contradicción que no parece afectar a las posibilidades de Scholz el 26-S, sobre todo porque la iniciativa anterior se produjo antes del covid-19. En este sentido, el primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, ha aumentado por primera vez en casi medio siglo el Impuesto de Sociedades con los gastos de la pandemia como justiciación última. Los impuestos progresivos han vuelto a ponerse de moda.
La segunda gran propuesta socialdemócrata comparte a grandes rasgos otro acontecimiento en España: la subida del salarío mínimo interprofesional (SMI), medida que Merkel aceptó a regañadientes por imposición precisamente del SPD. El SMI alemán está siendo un éxito, como refleja un estudio de la Universidad de Harvard elaborado por cinco investigadores: ha mejorado el sueldo al 15% de la población sin que se destruya empleo y los trabajadores alemanes han ganado estabilidad, según la tesis. Con semejante balance, Schol propone elevarlo a 12 euros la hora frente a los 9,5 euros actuales (unos 1.500 euros al mes aproximadamente). En España el Ministerio de Trabajo anunció esta semana que elevará el salario mínimo (950 euros) en 15 euros para el actual 2021, a contar desde septiembre. La patronal CEOE se ha descolgado no participando de la recta final de la negociación.
"Soy liberal pero no estúpido"
La tercera propuesta de Scholz también entronca con la problemática española: la construcción de cientos de miles de viviendas, la mayoría sociales. El candidato ha llegado a hablar de hasta 400.000 para poder abaratar los precios del sector. Y en campaña se han recordado sus logros en esta materia como alcalde de Hamburgo (2011-2018): además de equilibrar las cuentas de una ciudad endeudada y gentrificada, Scholz se fajó en lograr acuerdos con promotores inmobiliarios y con asociaciones pro vivienda asequible, semejantes a los sindicatos de inquilinos. Construyó muchas (de esa época data una frase suya memorable, "soy liberal pero no estúpido"), labor que le valió reeditar la alcaldía en 2015.
En España, el Ministerio de Transportes también ha planteado la necesidad de construir alquileres sociales (economistas como Alejandro Inurrieta aseguran que faltan "millones" de VPO). La actual negociación entre los socios de Gobierno, PSOE y UP, para impulsar una ley de vivienda que permita frenar los precios del alquiler en zonas tensionadas no va a producirse en Alemania tras las elecciones federales: ya existe. Actualmente, localidades como Berlín plantean medidas más extremas, como expropiar a fondos multipropietarios.
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Ni una palabra se oye desde las filas socialdemócratas sobre el rigor fiscal que con ahínco ordenó Merkel aplicar en la Unión Europea los años más duros de la anterior crisis, especialmete a partir de 2010. La irrupción del covid-19 ha enterrado los cantos a la austeridad y obligado a los países a gastar cantidades astronómicas para regar de dinero a las pequeñas y medianas empresas o fortalecer los servicios públicos. En ese sentido, Scholz, como por lo general la izquierda europea, apuesta por el papel central de la UE y sus instituciones. "La UE está contrayendo préstamos conjuntos para ayudar a los Estados a superar esta crisis. Estas deudas acabarán siendo reembolsadas. Y es aquí donde se ha producido un cambio: las deudas no se reembolsarán con las contribuciones nacionales en función del PIB de cada Estado miembro, sino con nuevos recursos propios europeos", ha señalado el candidato en una reciente entrevista con The Guardian.
La estabilidad fiscal podría complicar la coalición favorita de Scholz, con presencia de los Verdes y de los liberales del FDP. El FDP exige regresar cuanto antes al rigor y al control de los déficit y las deudas, algo sobre lo que no se ha pronunciado en demasía ni siquiera la CDU de Angela Merkel, cuyo candidato es Armin Laschet.
Las otras medidas que propugna el SPD pasan por una apuesta convencida por la transición verde y financiada masivamente, una ley para evitar que los contribuyentes vuelvan a rescatar a las entidades financieras (aunque no se sepa mucho, Alemania es el estado miembro de la UE que más dinero inyectó a sus bancos en la pasada crisis financiera) y una reforma del Hartz IV, el sistema de ayudas sociales a desempleados de larga duración creado durante el Gobierno de Gerard Schröder. Schröder es el último canciller militante del SPD. De momento.