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El LP no ha muerto: larga vida al vinilo, que entierra al CD y ya satura las fábricas

Tienda de vinilos, en una imagen de archivo.

En 2021 se vendieron en España un 32% más de discos de vinilo que en 2020, alcanzando el millón y medio de unidades. Se mantiene así la racha ascendente de un formato que tantas veces nos dijeron que estaba muerto, pero que ya acapara casi la mitad de lo que se despacha en tiendas, un 43%, con unos ingresos en el primer semestre de 2021 de 10,7 millones de euros frente a los 13,4 millones de los CD. Y otro dato: en Estados Unidos ya se ha producido el sorpasso por primera vez desde 1986, por lo que es cuestión de tiempo que eso suceda en otros países.

Menuda remontada la del vinilo. Se suponía que estaba muerto pero andaba de parranda y está a punto de enterrar al CD. "Los vinilos se agotan. Tanto las novedades como las reediciones y fondos de catálogo. Hay más demanda que oferta y hemos vivido en los últimos tiempos momentos de colapso de las fábricas europeas de prensado de vinilos. Esto se ha acentuado mucho durante y después de la pandemia", resume a infoLibre el director de compras y estrategia omnicanal de Entretenimiento y Ocio en Fnac España, Leo Alcaraz.

Esta renovada afición vinilítica se produce en un contexto que solo vimos venir relativamente. En el caso concreto de nuestro país, hay actualmente tan solo tres fábricas de discos de vinilos, todas ellas abiertas recientemente: Krakatoa Records (Castellón, desde 2013), Press Play Vinyl (Bilbao, 2019) y Mad Vinyl (Algete, Madrid, 2020). Visionarios que sí lo vieron venir y ahora disfrutan del auge como quien nada a favor de la corriente, con el viento en las velas.

"Ahora mismo, nosotros podemos sacar hasta medio millón de vinilos al año. Si se vendieron un millón y medio el año pasado, entre las tres fábricas ya estamos cumpliendo las necesidades del mercado", apunta a infoLibre Eugenio López, copropietario de Mad Vinyl, a pleno rendimiento desde su apertura hace dos años.  

También a tope funciona Press Play Vinyl, según explica uno de sus fundadores, Alain Consonni: "Esa saturación de la que tanto se habla es sobre todo a nivel mundial. Sí es cierto que los plazos de entrega se han alargado. Hay gente que quiere tener el disco en cuatro o cinco semanas, como hacíamos nosotros hace un año, pero eso ya no se puede, sobre todo porque los proveedores de materias primas tardan más y nosotros al tener más pedidos también tardamos más".

Por su parte, el fundador y CEO de Subterfuge Records, Carlos Galán, habla de un "tapón increíble en la fabricación" y reconoce que es "frustrante" que los plazos de fabricación se hayan multiplicado por dos. Su compañía, en cualquier caso, fabrica en Loděnice, un pueblo anodino de 1.640 habitantes situado en la selva de Bohemia, a unos 25 kilómetros al sur de Praga

"El meollo del vinilo está en la República Checa, en esa ciudad-fábrica que hace todo. Las reediciones de los Beatles en Inglaterra, las de Téléphone en Francia o Isabel Pantoja en España. Todo va allí y no dan abasto tampoco. Eso, unido a la leyenda de que Amazon había comprado todo el cartón del mundo y no había cajas para enviar, hacen del problema algo más exótico todavía", remarca, para luego señalar que, por todos los años que lleva Subterfuge tienen cierto "privilegio" en las fábricas, lo cual no implica que no tengan que esperar tres o cuatro meses. "A sellos pequeños que acaban de empezar les dan hasta un año de espera", asegura.

PLAZOS

Consonni destaca que el aumento de los plazos de entrega se debe a una mayor demanda, que hace que los proveedores tarden más y se dilaten los tiempos para conseguir las materias primas. "No hemos tenido, por suerte, ningún problema de roturas de stock. No hemos parado de fabricar en ningún momento, aunque sí que es verdad que los plazos no son los mismos que hace un año", añade, al tiempo que explica que en Press Vinyl trabajan a "dos o tres turnos" en función de la demanda, llegando a fabricar también medio millón de vinilos por año. 

En Mad Vinyl el plazo de entrega ronda las doce semanas, tal y como calcula López: "Podríamos tardar menos, pero también están saturadas las imprentas que se dedican a las portadas y toda la parte artística. Muchas veces, te llega la portada unos días antes de la fecha de producción del vinilo. Cuando todo viene perfecto lo hemos llegado a hacer en ocho semanas, pero en cuanto tienes que hacer el más mínimo cambio en cualquier parte del proceso la cosa empieza a alargarse y te vas a doce semanas con facilidad".

Con semejante panorama, no es extraño que en las tiendas Fnac dediquen desde hace años cada vez "más espacio" al vinilo. Así, Alcaraz indica que, "aunque aún no supera al CD", hemos asistido el aumento de las ventas de discos de vinilo "en torno al 20%". "Ya representa más del 40% de toda la música que se vende en Fnac", subraya.

Y añade: "Muchas reposiciones han de esperar al menos seis meses o más. Lo que, por otro lado, hace que aumente el interés por hacerse con una copia de los vinilos más demandados en cada momento. Esto también afecta a veces al retraso de las fechas de lanzamiento. Las compañías, en general, deben apostar más por el vinilo viendo la tendencia del mercado a poner en valor este formato".

La gente no ha abandonado nunca al vinilo, se abandonó la fabricación

Todas las fuentes consultadas coinciden en referirse a los discos de vinilo como un objeto especial, gourmet, con valor añadido, de coleccionismo. Y que va más allá de lo musical, pues en muchas ocasiones ni se desprecintan. Es ese autorregalo, ese premio para uno mismo, lo que los convierte en el fetiche perfecto para melómanos de todo el mundo.

"La gente no ha abandonado nunca al vinilo, se abandonó la fabricación. Puede ser el formato del futuro, pero como producto de premio para uno mismo, de coleccionismo. Es un producto gourmet, no como cuando entrabas en un centro comercial y tenías cestas de CDs a 3 euros, que estaban así tirando todo el valor de la música", argumenta López.

Coincide con esa valoración Alcaraz, quien asegura que la venta de vinilo va más allá del contenido musical para convertirse en "un objeto de deseo". Y también en la misma línea va Galán, para quien el vinilo es "el continente y el contenido". "Mucha gente ni los abre, el coleccionismo es así. Y para nada esto es una crítica", lanza divertido.

"El vinilo ha sobrevivido claramente al CD, que está en vías de extinción", prosigue Galán: "Yo creo que con el CD pasará lo mismo que con el vinilo, que nunca se fue, aunque sí que se convirtió en algo muy residual. Me hace gracia porque ya empieza a aparecer gente reivindicando el CD, cuando hasta hace nada estaba denostado y mucha gente los usa de posavasos".

Arreglamos ahora el doble de tocadiscos que antes. Los equipos a los que no les hacían ni caso y tenían olvidados ahora los están arreglando para escuchar los vinilos que se compran y heredan

Esta pasión por los vinilos ha provocado que se cuiden mucho más las ediciones para hacerlos aún más atractivos. "Es genial que, al ser ediciones más cortas, de 300 o 500 copias, se cuida muchísimo el formato. Veo ahora reediciones de discos que tenía yo desde los ochenta y en lugar de ser básica, ahora el cartón es mucho mejor, vienen con las letras impresas en las fundas interiores, el disco pesa 140 o 180 gramos", destaca López.

Y Alcaraz agrega: "El producto final se cuida mucho hoy día, con carpetas o cajas bien estructuradas, vinilos de 180 gramos, vinilos de color, con el CD de regalo en su interior, etc. Han crecido significativamente los lanzamientos de ediciones limitadas, siendo claramente las más buscadas y las primeras en agotarse. También destaca el auge en las ediciones coloreadas, cada vez más del gusto de coleccionistas y aficionados. Se percibe una apuesta cada vez mayor por parte de los músicos por este formato, reeditando antiguos álbumes e incluso lanzando sus últimas novedades".

Aumentan las ventas, las fábricas echan humo y los tocadiscos no paran de girar. Tanto es así que hay también un incremento en las reparaciones de estos aparatos que son, claro, necesarios para que suene la música. "Ahora lo que más se arregla son tocadiscos. Los equipos a los que no les hacían ni caso y tenían olvidados ahora los están arreglando para escuchar los vinilos que se compran y también los que heredan", explica a infoLibre Mario Lobo, de la tienda Sonido 40, ubicada en la calle Barquillo de Madrid.

"Arreglamos ahora el doble de tocadiscos que antes", recalca, y sonríe al contar que hay cosas que merece la pena arreglar, pero en ocasiones le tienes que decir al cliente que lo tire y se compre uno nuevo. "Vendemos todo cosas nuevas y también hacemos reparaciones. Llevamos aquí 60 años abiertos y como servicio técnico se nota ese aumento. Siempre hemos reparado de todo, pero desde luego que ahora se reparan más tocadiscos", destaca, para luego expresar abiertamente su predilección con humor: "Cuando la gente tiraba los vinilos yo les decía que me los dieran a mí, y ahora vienen a pedírmelos y les digo que de eso nada".

Asistimos al resurgimiento del vinilo, en definitiva, para alegría de unos y de otros. Como de López, para quien es "bonito este momento en el que la gente apuesta de nuevo por el formato que tú estás fabricando". Y Consonni remata: "Los planes para este año son crecer Todos los años hemos crecido y este año no va a ser distinto. Teníamos la idea de que podía pasar y el tiempo nos ha dado la razón. Hoy en día no hace falta el formato físico para escuchar música, pero la gente quiere el vinilo porque es más especial, porque quiere apoyar a los artistas y quiere el ritual que conlleva". Lo dicho: larga vida al vinilo.

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