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Sánchez, a Mohamed VI: el objetivo es establecer "una nueva relación" que evite "futuras crisis"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

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"Reconozco la importancia que tiene la cuestión del Sáhara Occidental para Marruecos y los esfuerzos serios y creíbles, en el marco de Naciones Unidas, para encontrar una solución mutuamente aceptable. En este sentido, España considera que la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo". Con esas palabras, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio el vuelco histórico en la política exterior española a cuenta del Sáhara. Según la carta enviada por el líder del Ejecutivo al rey de Marruecos, Mohamed VI, a la que ha tenido acceso El País, España plantea a Marruecos abstenerse de "toda acción unilateral" para evitar "futuras crisis" entre los dos países.

La misiva fue enviada al rey de Marruecos el pasado 14 de marzo, cuatro días antes de que la Casa Real marroquí la hiciera pública parcialmente. En ella, Sánchez repite hasta tres veces que la apuesta de España es establecer una "nueva relación" con el país, con el que ha mantenido una crisis diplomática de alrededor de 10 meses. Todo comenzó con la decisión de acoger al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, que fue hospitalizado en Logroño para tratarse de un caso grave de covid sin informar de esta decisión a las autoridades marroquíes. "Tiene mi garantía de que España actuará con la absoluta transparencia que corresponde a un gran amigo y aliado", promete ahora Sánchez.

Y pide reciprocidad. El objetivo, subraya en la carta recogida por El País, es "construir una nueva relación basada en la transparencia y la comunicación permanente, el respeto mutuo y el respeto a los acuerdos firmados por ambas partes y la abstención de toda acción unilateral, para estar a la altura de la importancia de todo lo que compartimos y para evitar futuras crisis entre nuestros países".

La misiva también apunta a la necesidad de "afrontar juntos los desafíos comunes; especialmente, la cooperación en la gestión de los flujos migratorios en el Mediterráneo y el Atlántico" y a la de "restablecer la plena normalidad en la circulación de personas y bienes, en beneficio de los dos pueblos". Así, el presidente del Gobierno recuerda la entrada irregular de más de 10.000 marroquís en Ceuta el pasado mes de mayo y los recientes saltos a la valla de Melilla, algo que ha evidencia el uso de la inmigración como arma de presión por parte de Marruecos. "Todas estas acciones", subraya Sánchez, "se llevarán a cabo con el fin de garantizar la estabilidad e integridad territorial de nuestros dos países".

Para finalizar, el presidente del Gobierno desea un encuentro entre los ministros de Exteriores de ambos países para reestablecer las relaciones y comenzar a trabajar por esa "comunicación permanente". "Espero que nuestros dos ministros fijarán de común acuerdo una fecha para la visita del Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación a Rabat, con el fin de empezar a trabajar para construir conjuntamente esa nueva relación entre nuestros dos países", concluye.

Sánchez defiende que sigue los pasos de Francia y Alemania 

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Asimismo, durante su visita a la ciudad de Ceuta, a la que seguirá Melilla, Sánchez ha asegurado este miércoles que ha seguido la posición de otros países europeos sobre el apoyo del plan marroquí para el Sáhara, como Francia y Alemania, pero no ha aclarado si tiene garantías de Marruecos sobre Ceuta y Melilla. Tampoco ha respondido a la pregunta de si había informado a Argelia del cambio de posición de su Gobierno.

El jefe del Ejecutivo ha justificado sus decisiones en que la situación con Marruecos era insostenible y había que resolverla ya. Ha argumentado que en la nueva postura sobre el Sáhara "el Gobierno ha seguido la posición que también han manifestado otras naciones muy potentes de la Unión Europea como Francia y Alemania". Ha alegado, en este sentido, que la propia Comisión ha respaldado la nueva posición de España con la excolonia. "No deja de ser una de las propuestas recogida en las resoluciones de ONU", ha remachado.

En cualquier caso, Sánchez considera que "al fin y a la postre" se reconoce que tienen que ser las partes afectadas en este conflicto las que acuerden la solución.

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