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El Gobierno recompone las alianzas con sus socios: salva el paquete fiscal y allana el camino de los presupuestos

Andalucía deja de ingresar casi 70 millones al año por la reforma de las herencias de PP, Cs y Vox

Campaña del PP andaluz sobre una reforma fiscal del Gobierno autonómico en octubre de 2021.

Es sólo un símil, pero de los que pueden tener fuerza ilustrativa. Afirma el historiador de la economía Carlos Arenas que Andalucía vive atrapada en una "rueda de hámster". Se mueve, su economía se mueve, pero no avanza. El PP y Cs, partidos que han gobernado durante la última legislatura con el apoyo de Vox durante buena parte de la misma, se han propuesto generar a toda costa sensación de dinamismo económico, dinamismo empresarial, dinamismo fiscal... Pero, ¿hay avance o sólo movimiento en la "rueda de hámster"?

Datos en mano, una respuesta corta sería esta: la convergencia se resiste, Andalucía sigue en el furgón de cola en los indicadores socioeconómicos clave y dos de las supuestas pruebas de cambio económico a mejor son cuestionables. 1) El auge en el número de autónomos, porque más que de emprendimiento presenta características de fórmula renovada de economía de supervivencia en un entorno de escasas opciones. 2) La "bajada masiva de impuestos", porque ha supuesto una merma de ingresos que abre incógnitas –al margen de valoraciones sobre justicia fiscal– sobre su sostenibilidad cuando se acabe el ciclo expansivo animado por la UE. Un dato: la Junta ha dejado de recaudar cerca de 70 millones al año del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, la bestia negra de su agenda fiscal.

El supuesto boom empresarial

Los datos abren paso a algunas certezas poco alentadoras: Andalucía era al principio y ha sido al final de la legislatura salida de las elecciones de diciembre de 2018 la segunda autonomía con más paro y menos PIB per cápita, lo cual cuestiona el relato del "milagro andaluz". Dicho relato, el de Andalucía como "locomotora económica" de España, competidora de Madrid y Barcelona, futura Baviera de España, también se apoya en un supuesto boom empresarial. Lo cierto es que la evidencia disponible rebaja el triunfalismo.

Atendiendo a los datos de las empresas inscritas en la Seguridad Social, en diciembre de 2018, fecha en la que tuvieron lugar las últimas elecciones, había en Andalucía 266.856, en un registro que excluye a las empresas sin asalariados. En mayo de 2022, el número había bajado a 246.468, una caída del 7,64%. Se trata de una bajada mayor que en el mismo periodo en el conjunto del país (-1,05%).

No obstante, comparar un diciembre con un mayo puede ser útil para comparar a Andalucía con el conjunto de España, pero para ver la evolución de la comunidad del sur es preferible medir mes con mes. Ahí se ve una línea bastante estable: 243.179 en mayo de 2018, 246.280 en mayo de 2019, 228.424 en mayo de 2020, 239.416 en mayo de 2021 y 246.468 en mayo de 2020. Está por ver si el número en diciembre supera los 266.856 del cierre de 2018, cosa que no ocurrió al cierre de 2021.

Pequeñas empresas y autónomos

Hay una segunda fuente de información: el Directorio Central de Empresas que publica el INE. ¿Qué muestra? En primer lugar, que la empresa andaluza es una empresa pequeña. El 96,24% (511.203 de 531.160) tienen menos de diez trabajadores (95,77% en España). De hecho, el mayor número de empresas andaluzas se concentra en aquellas "sin trabajadores", 289.289. Contabilizando la evolución del número de empresas como lo hace el directorio publicado por el INE, es decir, incluyendo a las empresas sin asalariados, su número entre 2018 y 2021 no ha descendido, sino que ha crecido un 4,32%, frente a un 0,86% en el conjunto de España.

Aquí se hace patente una característica ilustrativa del modelo laboral, social y empresarial andaluz: la fuerza del trabajo autónomo. Durante la legislatura ha habido un crecimiento significativo del número de trabajadores por cuenta propia en la Seguridad Social. Según datos del Ministerio de Trabajo, a 31 de diciembre de 2018 había 529.251 en Andalucía, un 16,18% del total. A 31 de marzo de 2022, la cantidad había subido un 6,76% hasta los 565.066, suponiendo un 16,9% del total. En España el número de autónomos ha subido menos en el mismo periodo: de 3.269.909 a 3.341.662 a (+2,2%).

Los 565.066 convierten a Andalucía en la comunidad con mayor número de autónomos de España, por delante de Cataluña (559.868). Esto es presentado como una prueba del éxito del Gobierno andaluz tanto por las direcciones de los partidos que lo integran como por el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno (PP), y su vicepresidente, Juan Marín (Cs).

No obstante, es un dato que hay que coger con pinzas. "Hay demasiado romanticismo con la pequeña y mediana empresa y con el emprendimiento, cuando en realidad implica un tejido empresarial con menos capacidad de inversión, de innovación y de adaptación y por lo tanto más frágil", señala Marcial Sánchez Mosquera, profesor de Economía de la Universidad de Sevilla. Como ha alertado Manuel Delgado, catedrático de Economía Aplicada y colaborador del grupo Andalucía Post-Covid, el alta como autónomo en economías frágiles puede ser un "refugio" en un mercado laboral corto de opciones.

De modo que los datos de autónomos se entienden mejor puestos a contraluz. Es útil para comprender su significado cuantificar el conocido como "autoempleo involuntario". Un informe del Observatorio de la Fundación La Caixa de febrero de 2021 situaba a Andalucía como la tercera comunidad con mayor porcentaje de "autoempleo involuntario", con un 25%, sólo por detrás de Asturias y Galicia. Uno de cada cuatro autónomos no quieren serlo. Hay que tener en cuenta además los posibles falsos autónomos.

Además, hay datos que invitan a vincular el autoempleo no tanto con la prosperidad y el emprendimiento como con la falta de opciones. La Junta ha publicado un listado de las 19 ciudades con más del 20% de autónomos en marzo de 2020. El resultado muestra que un total de once aparecen en la última clasificación de Eurostat entre las ciudades con peores indicadores socioeconómicos de España. Están en la lista Níjar, Vícar (Almería) y Los Palacios (Sevilla), las tres con menor renta media por habitante del país. Aparecen además Linares (Jaén), la ciudad con más paro de España, y La Línea (Cádiz), la segunda con más desempleo.

Menos industria, teletrabajo, afiliación y convenio sectorial

Los datos muestran cinco características más de la empresa andaluza. La primera es que su fuerza se concentra en el sector servicios, donde hay un 66,9% de los activos, según datos del INE del primer trimestre de 2022. La segunda es que la industria tiene un escaso peso relativo: sólo concentra el 7,7% de los activos, cuando eran el 8,1% en el cuarto trimestre de 2018. La industria ha perdido peso con el actual Gobierno andaluz. En España la caída ha sido menor, partiendo de un mayor peso industrial: de 12,6% al 12,3%. Andalucía es la tercera comunidad con menos peso de la industria, sólo por delante de Baleares y Canarias.

La tercera es su comparativamente menor afiliación a organizaciones patronales, según datos de 2020 de la Encuesta Anual Laboral del Ministerio de Trabajo. El porcentaje de empresas asociadas es de un 16,4%, frente a un 21% en el conjunto de España. Esto está relacionado con el tejido empresarial andaluz. Las empresas que más se asocian son las grandes (más del 50% a partir de 250 trabajadores) y las industriales (28%).

La cuarta característica es una mayor reticencia al teletrabajo. Con datos de 2020, año más duro de la pandemia, en Andalucía aplicaron el teletrabajo el 16,8% de las empresas, frente al 22,1% en España. Por último, la quinta característica está relacionada con las relaciones laborales: Andalucía tiene menos porcentaje de empresas que el conjunto del país con convenio colectivo sectorial: 68,6% frente a 72,6%.

Impuestos, la bandera que más une a las derechas andaluzas

Sin duda la gran baza política del Gobierno andaluz son los impuestos, columna vertebral de la primera legislatura autonómica con mayoría derechista. El PP y Cs presumen de recaudar más habiendo bajado impuestos. ¿Es cierto? Sí, en letras grandes. Pero la letra pequeña cuenta una historia llena de matices, escrita en los Cuadernos de Recaudación Tributaria que cada año publica la Consejería de Hacienda de la Junta.

Observando año a año la recaudación acumulada, sobresalen dos evidencias. 1) La Junta de Andalucía ha recaudado más cada año con el PP y Cs en el Gobierno, es decir, desde el ejercicio de 2019. 2) El crecimiento ya venía produciéndose ininterrumpidamente al menos desde 2013. Y además, a pesar del crecimiento de la recaudación general, la Junta sí paga con una menor recaudación sus bajadas de impuestos, por ejemplo en el caso de Sucesiones y Donaciones, aunque lo compensen otras fuentes.

Dentro de la subida global, sí se observan con el actual Gobierno bajadas en la recaudación por las figuras tributarias cedidas, aquellas en las que se han centrado las bajadas del PP, Cs y Vox. En ese apartado la recaudación baja en 2019, lo hace aún más fuerza en 2020 y la recuperación en 2021 todavía no alcanza el nivel de 2018. Hay que tener en cuenta, a la hora de valorar la subida de 2021, que en 2020 estuvieron suspendidos los plazos de numerosas obligaciones fiscales, saldadas en 2021, subraya un funcionario conocedor de las interioridades fiscales de la Junta. Es decir, no ofrece una imagen fiel ver aisladamente la bajada de 2020 –porque no es del todo ilustrativa por sí sola– ni la subida de 2021 –que no se explica sin la bajada de 2020–. Puede resultar más útil hacer la media de 2020 y 2021: 1.945 millones, frente a 2.216,43 de 2018.

¿Qué impuestos hay dentro del esos tributos cedidos? Patrimonio, Transmisiones Patrimoniales, Actos Jurídicos Documentados y Sucesiones-Donaciones, entre otros.

La rebaja de este último ha sido un motivo de orgullo del PP y Cs, cuyo gobierno lo lleva recortando desde abril de 2019, después de que PSOE y Cs ya lo redujeran en la anterior legislatura. El resultado es una bajada en la recaudación en 2019 que se hace más profunda en 2020. En 2021 sigue por debajo del umbral del 19, mucho más si comparamos con 2018 (299,34 millones) o 2017 (364,2).

Tomando como referencia hipotética para el ciclo 2019-2021 los casi 300 millones recaudados en 2018, último año con el PSOE en el Gobierno, la Junta han dejado de ingresar en total en los tres años 204,79 millones de euros, una media de 68,26 al año.

Haciendo la misma operación con otros impuestos cedidos, lo recaudado de media ha subido en 2019-2021 con respecto a 2018 en Patrimonio (95,95 frente a 80,35 millones), pero ha bajado en Transmisiones (1.114,63 frente a 1.200,98 millones) y Actos Jurídicos Documentados (422,78 frente a 470,66 millones).

En paralelo, Moreno mantenía hace un año frente al Gobierno de España reclamaciones económicas de más de 15.000 millones de euros.

¿Y el IRPF? Los datos de la Junta de Andalucía, de carácter provisional, dibujan una tendencia hacia una mayor recaudación, aunque está por ver cuando los resultados sean definitivos. La media del ciclo 2019-2021 es de 5.778.702.913,67, frente a 4.953.249.586 en 2018.

La del IRPF ha sido otra reforma fiscal estrella del Gobierno andaluz Para ver en qué ha consistido es útil partir de la escala autonómica previa a la llegada al Ejecutivo de PP y Cs.

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Y esta es la escala que aprobaron PP, Cs y Vox en el Parlamento en 2019, actualmente en vigor tras su introducción progresiva.

Los más beneficiados por la reforma son los que tienen una base liquidable de 120.000 euros o más, que pasan del 24,9% de tipo aplicable al 22,5%.

La Ley de Tributos Cedidos de 2021 crea además una deducción nueva de hasta 150 euros en el IPRF que comprende los gastos de enseñanza de idiomas y de informática y a la que tienen derecho aquellos contribuyentes con bases de hasta 80.000 euros, en caso de tributación individual, o de 100.000 euros en tributación conjunta. La medida fue criticada por su falta de progresividad. Y más aún cuando el PP vendió así la medida.

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