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Un millar de monumentos al borde de la desaparición en España: "Nos falta educación patrimonial desde el colegio"

Retablo en la Iglesia de Santa Eulalia de Mérida en Cardeñuela Riopico (Burgos)

España es el cuarto país del mundo en número de monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Muchos de ellos mundialmente conocidos, si bien nuestro país atesora un gigantesco patrimonio cultural desconocido, recóndito y, muchas veces, completamente abandonado y en ruinas.

Una auténtica pena que prácticamente todos hemos sentido alguna vez. Por ejemplo, cuando regresamos tiempo después a algún lugar que en nuestra memoria resplandecía de una manera muy luminosa, pero que no ha soportado el paso de los años, sometido al peso del tiempo que poco a poco lo va erosionando hasta dejarlo machacado.

Pasa mucho, particularmente, con los pueblos que antaño eran recipiente de vida y que de un tiempo a esta parte se fueron quedando vacíos, sin sus gentes. Todos conocemos ermitas, iglesias, castillos, torreones o fortificaciones que forman parte de nuestro imaginario infantil. Pero si nadie las cuida, se caen. Si no las cuidamos entre todos, se caen.

"No creemos que en España se trabaje mal por el patrimonio, ni mucho menos, hay grandes profesionales, pero no se llega. Es fundamental, por ello, que la ciudadanía tome conciencia de que este patrimonio es su patrimonio, que tiene que defenderlo y apoyarlo", plantea a infoLibre la directora general de Hispania Nostra, Bárbara Cordero.

Hispania Nostra, en marcha desde 1976, es la asociación de referencia en España con respecto a la defensa y puesta en valor del patrimonio cultural y natural español. "Y no solamente el patrimonio físico, lo que son los monumentos, sino también todo lo que tiene que ver con lo natural", apostilla Cordero, quien defiende la necesidad de entender al patrimonio como una oportunidad.

"Intentamos poner en valor que España es un país muy rico en patrimonio. Además, aquí se trabaja bien por el patrimonio, que es riquísimo, porque al final hemos sido un crisol de culturas que han ido dejando su legado", destaca, para luego insistir: "Es importante que la ciudadanía entienda que debemos cuidarlo, porque el patrimonio bien gestionado no es una mochila, sino una oportunidad. Es motor de desarrollo social y económico".

Por eso, defiende, asimismo, que la "salvaguarda" del patrimonio solamente se conseguirá a través del "asociacionismo y la participación social". Porque, a su juicio, "sin la sociedad civil no se logrará poner en valor todo nuestro patrimonio", debido, además, a que las intervenciones en este ámbito son "muy costosas". "Y como siempre hay poca financiación, tampoco abordamos nunca la conservación preventiva. Cuando muchas veces se interviene ya se ha caído el tejado, por así decirlo, y entonces la cifras se triplican", explica. 

Es por ello que defiende la labor de las administraciones públicas, al tiempo que lamenta que no puedan "llegar" a todas las intervenciones que serían deseables porque las partidas presupuestarias "son las que son". Y es que, claro, no todos los municipios tienen el mismo presupuesto y por eso ocurre que hay ayuntamientos "con mucho patrimonio pero una dotación económica muy pequeña, ya que tienen otras necesidades". "España es un crisol en todo, y hay muchas diferencias entre Comunidades Autónomas. Por eso la administración necesita a la sociedad civil", apostilla.

A cubrir ese vacío dedica toda su actividad Hispania Nostra, que colabora a su vez con el Ministerio de Cultura y Deporte, pero que se financia principalmente gracias a su millar de socios, que pagan una cuota anual de 75 euros (u otra, la cuota sugerida, que es de 100). Además, cuenta la asociación con una red de asociaciones locales y una plataforma de micromecenazgo que, desde que está en funcionamiento, ha recaudado más de 450.000 euros para proyectos concretos (ahora mismo tiene activos tres).

LA LISTA ROJA

Especialmente llamativa es la Lista Roja de Hispania Nostra, que tiene contabilizados cerca de 1.100 monumentos en peligro de desaparición por su mal estado. Cualquiera puede solicitar la inclusión de un monumento en este listado, sencillamente rellenando un formulario en la web de la asociación. "Es una herramienta espontánea, ya que es la ciudadanía la que se toma la molestia de cumplimentar la ficha", señala Cordero, quien explica, a su vez, que la Lista Roja tiene un comité científico integrado por profesionales de distintas disciplinas, que evalúan si se coloca en la lista roja, se sube a la lista verde o se pasa a la lista negra.

Una necesaria "llamada de atención", en definitiva, que consigue rescatar en torno al 20% de los monumentos que entran en un primer momento en la Lista Roja: "Alguien monta una campaña de micromecenazgo o le pone las pilas al ayuntamiento... al final remueve conciencias. A veces pasa algo, pero otras veces no pasa nada y se mantienen en la lista roja. Esta es una herramienta más que tenemos para luchar contra el abandono del patrimonio".

"Yo he visto ejemplos muy bonitos. Se ha intervenido en algunos de los elementos de pequeñas localidades que han entrado en la lista roja, porque a lo mejor quedaba parte de un convento y había unos restos arqueológicos que se han puesto en valor y se han abierto al público. Eso genera que haya una persona en ese pueblo que te enseñe y te explique lo que allí quedaba. Así estás generando algo, y una zona del pueblo degradada donde no había nadie de repente la recuperas", resalta, añadiendo acto seguido: "España tiene tanto patrimonio que es una pena, porque puede dar mucho de sí. Siempre bien entendido, claro, porque al patrimonio hay que darle un uso. De nada sirve una gran intervención para que luego no sea sostenible".

Precisamente para trabajar más y mejor en la conservación del patrimonio de todos, lanza Hispania Nostra una nueva app para teléfonos móviles, con la intención de ser más accesibles todavía para los ciudadanos. Con el patrocinio de la Fundación ACS y la Fundación Mutua Madrileña, esta aplicación recoge, por ejemplo, los monumentos de la Lista Roja con su geolocalización para poder encontrarlos fácilmente. A través suya, también se puede, además, hacer llegar denuncias de elementos patrimoniales en riesgo, con el fin de alertar y que sean incluidos en el listado.

También hay multitud de sugerencias de rutas, excursiones, exposiciones y visitas; posibilidad de colaborar en los proyectos de micromecenazgo en marcha; una agenda cultural; una asesoría jurídica y financiera para cuestiones referidas al patrimonio cultural y natural, y una posibilidad de lo más curiosa: la reconstrucción virtual de monumentos, que permite viajar en el tiempo en busca de nuestra propia memoria y ver en la pantalla del teléfono cómo eran en la antigüedad.

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"Debería cuidarse mejor y deberíamos tener más recursos", resume Cordero ante la pregunta de si el patrimonio español está, por lo general, bien cuidado. "Pero es muy difícil generalizar, porque hay tanto", añade, para luego plantear que esta es una cuestión de sensibilidad: "Estamos un poco en el camino, pero nos falta educación patrimonial, algo que parte desde el colegio, desde que somos pequeños. Se trata de ir despertando esa sensibilidad en los alcaldes, en los ciudadanos. Al final, si tienes más sensibilidad tendrás más socios y cuidarás mejor el patrimonio".

Y plantea: "En la educación patrimonial estableces un vínculo. Son vínculos con los objetos, con los recuerdos. Con el patrimonio pasa igual, con ese vínculo que tienes con la iglesia del pueblo donde acompañabas a tus abuelos cuando eras pequeño. El patrimonio es lo que nos emociona porque son esos vínculos que has establecido con el terruño, con la tierra, con la historia, con nuestra España".

Esta parte vinculante se percibe "mucho en muchos pueblos", asegura, pues es algo "identitario". "Las campañas de micromecenazgo de más éxito han tenido lugar en Castilla y León, donde hay una gran sensibilidad hacia el patrimonio y también precisamente porque los promotores sentían esos vínculos. En el pasado, tuvieron mucho éxito campañas de micromecenazgo en verano, que es cuando la gente regresa a los pueblos a pasar las vacaciones. Sin embargo, ha habido campañas en ciudades grandes que no han tenido tanto éxito por no tener ese vínculo", remata.

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