De 200 a 6.000 euros de obra: la adaptación de los comercios sin puerta para no perder ni un solo kilovatio
A partir del mes de octubre las calles comerciales en España perderán quizás cierto encanto, pero serán mucho más eficientes. Las tiendas y restaurantes con climatización tendrán que mantener sus puertas cerradas cuando no las utilicen, lo que permitirá ahorrar una cantidad sustancial de energía en muchos locales que ahora tienen su entrada abierta de par en par, o que ni siquiera cuentan con puertas.
La mayoría de los dueños de pequeños comercios ya cumplen a raja tabla esta medida para evitar que la factura de la luz se dispare. Pero tanto en pleno mes de agosto como en diciembre es habitual que las grandes cadenas de tiendas y hostelería derrochen el aire acondicionado o calefacción con tal de atraer clientes, una práctica que ahora estará multada. También saldrá caro instalar puertas automáticas en estos negocios, una obra que puede alcanzar los 6.000 euros incluso para quienes tienen una entrada pequeña.
La medida forma parte del plan de eficiencia energética que aprobó el lunes el Consejo de Ministros, y la responsable de Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo entonces que los edificios públicos, los comercios, la hostelería y las oficinas que usen aire acondicionado o calefacción “deberán contar con un sistema de cerrado de puertas” antes del 30 de septiembre.
El Boletín Oficial del Estado especifica que la medida va dirigida a la administración pública, tiendas, supermercados, centros comerciales, teatros, cines, auditorios, salas de exposiciones, bares, restaurantes, cafeterías, estaciones y aeropuertos. Siempre que su salida dé a la calle.
Basta con dar un paseo por el centro de una ciudad para ver bares, tiendas de ropa, administraciones de lotería o tiendas de souvenirs que tendrán que adaptarse a la nueva normativa, aunque muchos locales ya cumplen con la nueva exigencia por ideales medioambientales o económicos, especialmente por el precio de la luz.
Cristina y Elisa Sanz, dueñas de una papelería del centro de Madrid, prestan mucha atención a que su puerta de cristal esté cerrada todo el día para no desperdiciar ni un kilovatio, y se niegan a arreglar uno de los dos aires acondicionados de su tienda porque no se pueden permitir encenderlo. “La factura se ha duplicado este año y ya son casi 1.000 euros”.
En su caso, reconocen, el mejor incentivo para el ahorro energético es el bolsillo, y eso les animó a contratar hace un par de años un asesor que les ayudase a cambiar la iluminación del local por una más eficiente de bombillas led.
Una obra cara para no perder clientes
El nuevo decreto llevará a que en las próximas semanas muchos negocios se apresuren a hacer obras para instalar puertas automáticas de cristal, el mejor remedio para quienes quieren continuar siendo visibles al público. Desde dos estudios de arquitectura estiman que este sistema puede costar entre 3.000 y 6.000 euros, aunque podría ser incluso más caro si hay que tirar muros.
Pedro Scattarella, del estudio DA2 de Barcelona, echa mano de un presupuesto que elaboró recientemente y cifra la obra en entre 5.500 y 6.000 euros para una puerta de 2,70 metros. “Solo la puerta son entre 4.000 y 5.000, según los acabados, aunque se pueden encontrar más baratas si se rebaja la calidad”, explica.
Mientras que Marcos Marinas, del estudio Aima de Madrid, da una horquilla de entre 2.000 y 4.000 euros, dependiendo del ancho y de si se quiere una o dos hojas de cristal, y puede alcanzar los 5.000 euros si hay que hacer obra.
El arquitecto de Aima recuerda que como el decreto no habla específicamente de puertas automáticas con sensores, por lo que simplemente se puede instalar un muelle que cierre la puerta, como tiene la inmensa mayoría de pequeñas tiendas, por no más de 200 euros.
Saltarse las nuevas normas de eficiencia energética tendrá una sanción de entre 60.000 y 100 millones de euros, ya que se penalizan según la Ley de Industria de 1992. La cuantía depende de si la sanción es leve o grave, pero el Gobierno no ha aclarado aún qué tipo de infracción supone dejar las puertas abiertas o poner el termostato por debajo de 27 grados.
Dentro del paquete de ahorro de luz aprobado este lunes al sector privado –los hogares no están incluidos– también se recoge la limitación del aire acondicionado en verano, que no podrá estar por debajo de los 27 grados, y a la calefacción en invierno, que no podrá ponerse por encima de los 19 grados. Para comprobar esta temperatura habrá que instalar en todos los locales una pantalla con la temperatura del termostato.
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Además, se incluye la obligación de apagar el alumbrado de los escaparates a partir de las 22.00 y la de someter el negocio a una inspección de eficiencia energética antes del 1 de diciembre si no han realizado ninguna desde el 1 de enero de 2021.
100 millones en ayudas al sector servicios
Para sufragar la inversión de hosteleros, oficinas y comerciantes, el ministerio de Transición Ecológica también aprobó el lunes una línea de 100 millones de euros para mejorar la eficiencia energética del sector servicios. Subvenciones que estarán vigentes hasta diciembre de 2024.
El dinero lo repartirán las comunidades autónomas y subvencionarán los gastos de los empresarios que supongan una reducción del consumo de energía de al menos el 10%. La inversión podrá ir destinada a la mejora de la eficiencia en la envolvente térmica, en el uso de renovables para refrigerado o calefacción, en instalaciones de iluminación, en instalaciones frigoríficas, en sistemas de automatización y control o en la climatización de los centros de proceso de datos.