Escaparates y monumentos apagados a las 22:00: el ahorro de energía llegará a noviembre de 2023
Los escaparates de las tiendas y los edificios públicos deberán apagar sus luces cuando no haya nadie en su interior. Las oficinas y la iluminación de los monumentos se apagará a las 22 horas. La temperatura en los interiores de multitud de locales se limitará a 27 grados en verano y a 19 en invierno. Estas medidas y otras, como la instalación de puertas automáticas en los comercios para que no estén abiertas si está puesta la calefacción o el aire condicionado, son parte del plan de ahorro energético que el Gobierno adoptó este lunes en el Consejo de Ministros y que llegará hasta 2023. Buena parte del paquete tendrá que aplicarse dentro de una semana, según anunció este lunes la vicepresidenta Teresa Ribera en rueda de prensa.
El objetivo del Gobierno es ahorrar la energía suficiente para que España pueda ayudar a sus socios de la Unión Europea ante la previsible escasez de energía que sufrirá el continente este invierno. "La situación es crítica y se puede producir un corte de gas ruso en cualquier momento”, declaró la ministra de Transición Ecológica.
Neus Agost, arquitecta de la consultora energética Aiguasol, apunta a que estas restricciones van en la dirección adecuada. Las puertas abiertas “son un punto crítico” de pérdida de energía en los locales, explica en conversación con este periódico. Otro centro de fuga serían las paredes de las tiendas y oficinas que abusan del cristal, como aquellas con grandes escaparates mal aislados.
Según explicó Ribera, el paquete aprobado ahora es el primer paso de un plan a gran escala que verá la luz en septiembre, cuando se incorporará al ahorro el sector industrial, que consume el 22% de la energía que se emplea en España, muy por encima del 12% que consumen las pymes y la Administración Pública, los protagonistas de este primer paquete.
Será en septiembre cuando se aborde también las medidas de ahorro energético que deberán acometer los ciudadanos, ya que hasta ahora Transición Ecológica ha seguido la política de recomendar un mejor uso de la luz sin imponer medidas obligatorias, y tan solo ha pedido gestos como abrir las ventanas por noche o usar ventiladores para evitar encender el aire acondicionado. No obstante, desde el ministerio mantienen que no trasladarán a los hogares medidas obligatorias como las que afronta ahora el sector privado.
El nuevo decreto no cambiará en profundidad el día a día de las grandes y pequeñas empresas, pero sí supone un cambio de mentalidad en costumbres arraigadas, como ver torres de oficinas encendidas en plena madrugada o tiendas con las puertas abiertas de las que emana el aire acondicionado en pleno verano. Aun así, la ministra aseguró este lunes que el decreto-ley cuenta con el apoyo de los empresarios, aunque advirtió que habrá sanciones para quienes se salten la nueva normativa, pese a que no especificó su cuantía.
Por el lado de la Administración, Ribera insistió en que todos los organismos deben remar en la misma dirección, en clara alusión a las comunidades autónomas y ayuntamientos gobernados por la oposición, y e invitó a las grandes empresas a sumarse y facilitar el teletrabajo para evitar desplazamientos y contribuir al ahorro de combustible.
Un ahorro considerable en la factura de la luz
Además de reducir la dependencia de la energía rusa, un ahorro energético ayudará al bolsillo de las empresas y los ciudadanos por dos lados. El primero en forma de ahorro directo, ya que a cuanta menos luz se consuma, menor será la factura.
Cada grado que se aumente la temperatura del termostato ahorra un 7% de energía, como recalcó Ribera y coinciden los expertos. Según Agost, un local de 90 metros cuadrados, como una tienda de ropa o una asesoría, rebajaría su consumo de 1.6MWh a 1.2MWh si sube el aire acondicionado de los 23 a los 27 grados, lo que “supone un ahorro de 102 euros durante el verano” en la factura de la luz. Ribera aseguró que la empresa pública Paradores podría ahorrar un millón de euros en un año con estas nuevas medidas.
Pero rebajar el gasto de electricidad también impide que haya picos de precios en el coste diario de la luz en los mercados. Esto ocurre porque en el momento en el que el consumo de luz se dispara, se procede a generar energía con centrales de ciclo combinado, que pueden ponerse en marcha rápidamente en caso de un pico de demanda. Eso sí, a un precio desorbitado debido a que funcionan con gas natural, una materia prima que se ha encarecido enormemente este año.
Alemania y Francia a la cabeza en el ahorro energético
Las medidas aprobadas por el Gobierno este lunes siguen la senda fijada por la Comisión Europea en mayo en el plan RePowerEU, un compromiso de los Veintisiete de reducir la dependencia del gas ruso y promover una rebaja del precio de la luz. Al que se suma la reducción del consumo de gas –por el momento voluntaria- que fijaron los ministros de Energía de la UE la pasada semana y donde España se comprometió a reducir un 7% su uso de esta materia prima.
Entre los compromisos adoptados en Bruselas en mayo destaca alcanzar una eficiencia energética del 13% en 2030 a través de la inversión en electrodomésticos eficientes y bombas de calor, y la mejora del aislamiento de los edificios, pero también con la introducción de medidas de ahorro energético “obligatorias”, como las que se aprobaron este lunes en el Consejo de Ministros.
Otros socios europeos preparan medidas similares o las han aprobado ya, como Francia y Alemania, que se encuentran en una situación más crítica que la española: el país galo tiene operativos menos de la mitad de sus reactores nucleares por averías y revisiones, mientras que Alemania recibe de Gazprom, el gigante ruso del gas un 20% del flujo habitual de esta materia prima clave en la generación eléctrica.
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Además de limitar el aire acondicionado y cerrar las puertas de los establecimientos, como en España, Francia ha ordenado a sus comerciantes que apaguen los letreros de la fachada y los escaparates al cerrar el negocio y reduzcan la intensidad de los focos mientras la tienda esté abierta, mientras que Alemania apagará las luces que iluminan los monumentos, apagará sus fuentes y reducirá la intensidad de las farolas.
La Asociación Internacional de la Energía (AIE) respaldó en mayo el plan de la UE y añadió que no solo lograría deshacerse de su dependencia de Rusia, sino que beneficiaría directamente el bolsillo de los consumidores.
Por el lado del transporte, un ciudadano que recorra diariamente 15 kilómetros en coche hasta la oficina, trabajar en casa tres días a la semana, reduciría su gasto en combustible en unos 35 euros al mes, incluso teniendo en cuenta el mayor uso de energía en casa, según los cálculos de la AIE. Y reducir la velocidad en 10 kilómetros hora para un coche que recorre 13.000 kilómetros al año, ahorraría 60 euros al año en gasolina.