El tribunal alemán pide que declare Benedicto XVI tras la denuncia de una víctima de abusos por un sacerdote
El Tribunal Regional de Traunstein, en Baviera, ha solicitado una declaración del papa emérito Benedicto XVI por una demanda presentada por un hombre que sufrió abusos de un sacerdote, según ha confirmado la portavoz del tribunal, Andrea Titz, según informa Europa Press.
"Los acusados tienen la oportunidad de indicar su disposición a defenderse en un plazo de dos semanas, tras lo cual tienen cuatro semanas, es decir un mes, para responder", ha explicado.
Según informaron medios alemanes cuando se presentó la denuncia, el demandante es un hombre de 38 años de Baviera que alega haber sido abusado sexualmente por el sacerdote cuando era niño.
La demanda se dirige no solo contra Benedicto XVI, cuando era arzobispo de Múnich y Freising, así como a su sucesor el cardenal Friedrich Wetter. La archidiócesis también ha recibido la denuncia a principios de esta semana, según ha confirmado su portavoz Christoph Kappes. "No comentamos los procedimientos judiciales en curso", se ha limitado a mencionar.
La llamada acción declaratoria no es un proceso penal, pero sí puede establecer culpabilidad de la Iglesia en casos de abuso. En todo caso, el hecho de que el tribunal haya incoado ahora unas diligencias preliminares por escrito no supone "ninguna valoración de fondo sobre las perspectivas de éxito del recurso por parte del tribunal", según ha subrayado la portavoz del tribunal.
"La cuestión de si la pretensión declaratoria existe a pesar de la prescripción de las posibles reclamaciones de daños y perjuicios o de indemnización por daños y perjuicios solo es objeto del procedimiento posterior", ha agregado.
A principios de año, Joseph Ratzinger fue acusado en un informe sobre abusos sexuales en la archidiócesis de Múnich y Freising de no haber reaccionado en cuatro casos de sacerdotes abusadores.
Los expertos del bufete de abogados Westpfahl Spilker Wastl indicaron que durante su etapa como arzobispo de Múnich Ratzinger estuvo en una reunión en la que se reasignó a la labor pastoral a un sacerdote que había abusado de niños. El papa emérito negó primero haber participado en esa reunión y después rectificó y lo atribuyó a un despiste.
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Tras esta publicación, el papa emérito volvió a pedir perdón a las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia católica, como había hecho durante su Pontificado, pero rechazó con firmeza las acusaciones de encubrimiento.
"He tenido una gran responsabilidad en la Iglesia católica. Mi dolor es aún mayor por las ofensas y los errores que se produjeron durante mis mandatos y en los lugares correspondientes", escribió en un comunicado difundido en junio por el Vaticano.
"Me ha impactado profundamente que el despiste haya sido utilizado para dudar de mi sinceridad e incluso para presentarme como un mentiroso", añadía también atribuyendo a un "despiste" el haber negado en un principio su asistencia a una reunión en 1980 cuando era arzobispo de Munich para decidir sobre un sacerdote acusado de abusos a menores.