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BATALLA FISCAL

El Gobierno ultima su plan fiscal con más impuestos a los ricos sin descartar una bajada para las rentas bajas

María Jesús Montero y Félix Bolaños, en el Congreso de los Diputados.

El Gobierno está ultimando su gran plan fiscal. PSOE y Unidas Podemos negocian a contrarreloj para intentar llegar a un acuerdo en los próximos días que configure su hoja de ruta en materia de impuestos en mitad de la guerra abierta entre comunidades autónomas por la rebaja de gravámenes con la vista puesta en las elecciones autonómicas y municipales de mayo del año que viene.

Desde el Ministerio de Hacienda se vaticina que habrá acuerdo, según fuentes del departamento, que esperan cerrarlo cuanto antes para presentarlo “en los próximos días”. Lo que se desprende desde el ámbito de María Jesús Montero es que no contendrá este plan una rebaja general del IRPF y que tampoco irá en el sentido de deflactación que exige el Partido Popular.

La filosofía del paquete fiscal, indican fuentes de Hacienda, es el “reparto justo de las cargas”. Ese plan llevará consigo medidas fiscales dentro de los presupuestos y otras iniciativas fuera, como la creación de un impuesto a las grandes fortunas (no se puede aprobar un nuevo tributo en la ley de PGE). Y todo el plan irá en la línea que defiende el Gobierno: deben contribuir ahora más los que más ganan para proteger al resto de la sociedad. Esto incluye los impuestos a las grandes energéticas y a las entidades financieras por sus ingresos extra por la inflación.

Lo que no se descarta ahora es que pueda haber una rebaja selectiva de impuestos a las clases medias y bajas. Según Cinco Días, una de las posibilidades es que haya una modificación eventual del IRPF para una pequeña bajada de tipo marginal a las rentas de menos de 35.200 euros, o una rebaja en la tasa aplicable hasta los 60.000 euros. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, no rechazó esa posibilidad en rueda de prensa tras reunirse con la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, remitiendo los anuncios para Hacienda pero dejando la puerta abierta con su reflexión de que han adoptado bajadas selectivas cuando se ha necesitado para los sectores más afectados: “Los hemos hecho, lo estamos haciendo y lo seguiremos haciendo”. Pero “siempre”, señaló, con una política fiscal responsable.

"Nuestros hechos confirman la determinación que tenemos para aprovechar todos los instrumentos y adoptar la medidas que sean necesarias, incluyendo rebajas fiscales selectivas o generalizadas, como hemos venido haciendo con la bajada del IVA, la bajada de los impuestos especiales de la energía o todas la bonificaciones fiscales o las moratorias para las empresas", respondió ante los medios. La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, reconoció por la noche que en las últimas horas se había abierto ese debate.

Hasta el momento el Gobierno no había apuntado en esta dirección, poniendo distancia con propuestas como la de la Generalitat Valenciana (rebajas de IRPF para rentas inferiores a los 60.000 euros). Sí se ha diferenciado esta iniciativa de la deflactación que pretende el Partido Popular y, especialmente, de la política fiscal de eliminar el impuesto de patrimonio, como ha hecho Andalucía, ya que sólo afecta al 0,2% más pudiente. Si se materializa esa posibilidad, supondría esa bajada pero aumentando principalmente los ingresos con los tributos para ricos, lo que no supondría una merma de recaudación para los servicios públicos.

Impuesto de grandes fortunas, IRPF de capital e IVA de productos de higiene femenina

Las negociaciones dentro del Gobierno tienen como principales protagonistas a la ministra María Jesús Montero, por parte del ala socialista, y a los representantes del ala de Unidas Podemos: Nacho Álvarez (secretario de Estado de Derechos Sociales) y Josep Vendrell (director de gabinete de Yolanda Díaz). Sobre la mesa, según fuentes negociadoras, hay varias vías abiertas en materia impositiva. Hay consenso sobre la creación de ese impuesto sobre las grandes fortunas, pero se sigue viendo la letra pequeña.

Otro de los puntos que puede llevar el gran plan fiscal, y sobre el que las posturas están muy cercanas, es la rebaja del IVA a los productos de higiene femenina. El PSOE y Unidas Podemos estudian para este paquete un aumento en el IRPF para los ingresos del capital más altos (por ejemplo, por los ingresos por alquileres e intereses). En la mesa de negociación también se está hablando sobre el impuesto de sociedades con el fin de “dotarlo de más eficacia”, según fuentes conocedoras, y que no haya vías de escape. Todavía no se ha cerrado el paquete global y la reunión del miércoles por la noche entre ambas delegaciones acabó sin acuerdo, especialmente por partidas en los presupuestos y no por el tema fiscal.

El debate de los impuestos está removiendo toda la política española desde los últimos días. Las comunidades han emprendido una guerra de fiscalidad a la baja, que va en contra de la filosofía que ha mostrado Moncloa. En el complejo presidencial siempre recuerdan que esto no casa con el momento en el que España recibiendo fondos por valor de 140.000 millones de euros, lo que puede llevar a quejas de países como Alemania, que han hecho un gran esfuerzo mutualizando por primera vez la deuda. Desde el Gobierno advierten de que Bruselas está muy atenta a cualquier paso que se dé en fiscalidad por parte de España, además de que se tienen que cumplir hitos para recibir esa cantidad ingente de dinero.

Otro de los aspectos que subrayan fuentes del Gobierno es que el contexto internacional demuestra que no se pueden hacer rebajas generalizadas de tributos. El ejemplo más claro, recuerdan, es Reino Unido, donde la libra se ha desplomado desde el momento en el que la nueva primera ministra, Liz Truss, lanzó su plan de bajada masiva de los impuestos. 

Preocupación por la espiral autonómica

La espiral de bajada de impuestos preocupa bastante al Gobierno. Entienden en el Ejecutivo que hay “mucha presión” entre las autonomías una vez su vecina entra en la bajada fiscal. Hasta el momento habían sido las del Partido Popular, con Andalucía copiando a Madrid, pero se ha dado un giro desde que este martes lo hizo la Generalitat Valenciana, que es el principal bastión autonómico de la izquierda.

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La guerra se ha recrudecido en los últimos días, con el anuncio de Galicia de deflactar el IRPF para las rentas menores de 35.000 euros y bonificar el 50% del impuesto de patrimonio. Cantabria también se lo piensa: “Si por ahí va la marea, no nos vamos a quedar fuera”, dijo este miércoles el presidente regional, Miguel Ángel Revilla. Se trata de un Ejecutivo de coalición con el PSOE. Además, se lo están planteando comunidades socialistas como Aragón, Navarra, Canarias y Castilla-La Mancha. La Junta de Extremadura también ha asegurado que estudiará la rebaja fiscal que piden PP y Ciudadanos pero no es partidaria de abrir una subasta entre comunidades.

Los nervios electorales se han apoderado de muchas de ellas, apenas ocho meses antes de que se pongan las urnas. El 28 de mayo se juega la mayoría del poder territorial en España y se votarán las corporaciones de los más de 8.100 municipios de España. Y el debate de los impuestos se configura como clave en un momento de alta inflación y con un panorama de incertidumbre debido a las consecuencias de la guerra de Ucrania.

Esta guerra fiscal coincide con la elaboración de los presupuestos generales, que el Gobierno quiere sacar “en tiempo y forma”. La promesa de María Jesús Montero es que entrarán en vigor el 1 de enero y son unas cuentas públicas especiales por tratarse de las últimas de la legislatura.

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