Adiós a Jesús Quintero, al loco de la colina y a sus ratones colorados
Malos días para el periodismo y, en definitiva, para la comunicación. Este lunes ha fallecido Jesús Quintero, después de que en las últimas jornadas le precedieran Ander Landaburu y Ángel Casas, ambos cinco años más jóvenes que él, ya que contaba 82 años. Decir Jesús Quintero es afirmar que nos ha dejado El loco de la Colina, un espacio emblemático en radio, y posteriormente en televisión, que le hizo tremendamente popular en España y parte de América. Pero Jesús era más, mucho más. Quizás una de sus señas de identidad que mejor le definían la hizo su madre, como él mismo contaba, cuando le dijo: "Hijo, eres más raro que un perro verde y un ratón colorado", y Jesús asumió el dicho y puso esos dos apelativos a sendos y recordados programas.
Originalmente fue un hombre de radio, primero en su Huelva natal y, enseguida, en los primeros sesenta, en la Sevilla donde se expandió Radio Nacional, en la que ingresó por oposición. En ella obtiene su primer gran éxito con Estudio 15-18, junto a Marisol Valle. Quintero se instala en el medio con rotundidad: posee una voz difícil de confundir, pero sobre todo es dueño de los silencios (tan difíciles en la radio), las pausas... y los quiebros, mucho más que cambios de asunto, con los que sorprende a sus interlocutores y a los propios oyentes.
Con los años ochenta llega el espacio que le da sobrenombre, precedido por El Hombre de la roulotte, donde ya aparece su perfil definitivo, en el año 1981 crea El Loco de la Colina, un espacio que se mantendrá entre RNE y la SER hasta 1986, y que trasladará a Televisión Española en 2006. Tanto en uno como en otro medio ya está el Jesús Quintero total. Ese que más que oyentes o espectadores crea seguidores, adictos a su singular personalidad.
Muere a los 77 años el periodista Ander Landaburu
Ver más
Sigue con El Perro Verde, o Ratones Colorados, o tantos y tantos espacios en los que poco importa el título, es Quintero, o El Loco, inconfundible, personalísimo. Ni siquiera importa la popularidad de sus interlocutores, ni la cadena en que se emite. Es capaz de dedicar en Trece Noches otros tantos programas de una hora con la sola compañía de Antonio Gala, o bucear en la calle para extraer personas desconocidas, conversar con ellas y convertirlas en personajes populares.
Con los años, se refugia cada vez más en su tierra y en su televisión. Ha triunfado en TVE, en Antena 3, en diversas televisiones de América, pero sus últimos años se queda en Canal Sur.
Este lunes nos ha dejado, pero quedará siempre como el personaje cercano y popular al tiempo, capaz de emocionar y emocionarse sin utilizar más que su voz, sus silencios, sus pausas y sus quiebros. El Loco de la Colina se queda para siempre como uno de los más importantes entrevistadores y comunicadores de la historia.