DEBATE FISCAL

Sánchez profundiza su lado más social y lanza su conexión con Von der Leyen para retratar al PP

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, en el Congreso

A las 10.03 bajó de la tribuna de oradores. Una discurso de poco más de una hora en el Congreso de un Pedro Sánchez profundizando su vertiente más social, con el anuncio de un nuevo paquete de ayudas de 3.000 millones de euros en materia energética, confrontando con dureza con el PP su modelo de Estado del Bienestar y con una aliada argumental contra la derecha: Ursula Von der Leyen.

El presidente del Gobierno se enfrentó este jueves a la primera vuelta de la gran partida parlamentaria: el próximo martes seguirá con un ‘cara a cara’ con Alberto Nuñez Feijóo en el Senado. Pero la primera parada era el Congreso para explicar las medidas energéticas y la última reunión de los líderes europeos en Praga.

Sánchez siguió su línea más social, su discurso para las clases medias y trabajadoras. Bajo el brazo traía un nuevo paquete social de ayudas para luchar contra los precios energéticos, que moverá 3.000 millones de euros y servirá para el 40% de los españoles. En concreto, se hará un ampliación del bono social, con un aumento del descuento para los consumidores vulnerables (del 60% al 65%) y otro para los vulnerables severos (del 70% al 80%). Además, un incremento del 15% en la cantidad de energía con derecho a esos descuentos y un aumento del bono social térmico. Este paquete incluye más descuentos del 40% en la factura eléctrica para 1,5 millones de hogares trabajadores con bajos ingresos.

El jefe del Ejecutivo tuvo claro desde el principio de su intervención que quería contraponer dos tipos de modelos: el progresista y socialdemócrata de la coalición frente al neoliberal de la ultraderecha. El preside fue duro con los populares, en unos días en los que se intenta negociar de manera discreta y exprés la renovación del Consejo General del Poder Judicial, bloqueado por los conservadores desde hace cuatro años.

El "negacionismo" de la oposición

Sánchez, ya en la primera parte de su discurso, echó en cara el “negacionismo” de los populares en su oposición, que se ha dedicado a “acosar y tratar de derribar al Gobierno”. Y quiso incomodar al PP con una aliada argumental de la familia conservadora: la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. La exministra alemana de Defensa se ha convertido en una aliada de España en Bruselas, incorporando a sus propuesta medidas lanzadas por el Gobierno del PSOE y de UP como el mecanismo ibérico, la reforma del sistema eléctrico, el tope del gas y la creación de nuevos impuestos como el de las grandes fortunas.

De esta manera, quiso retratar el presidente a los populares españoles, que van con medidas contrarias a Bruselas, como rebajas masivas de impuestos. Ahí puso también como ejemplo la debacle de la libra en Reino Unido por el plan fiscal de Liz Truss. Londres siempre fue un faro para los populares, especialmente en el PP de Madrid de Isabel Díaz Ayuso y Esperanza Aguirre, adoradoras de Margaret Thatcher y sus discípulos.

Pero Bruselas, en cambio, está más en la línea de Sánchez que del PP. Con comillas quiso recordarlo el presidente, que citó dos veces literalmente a Von der Leyen: “Tenemos que desligar la influencia dominante del gas sobre el precio de la electricidad y para ello llevaremos a cabo una reforma profunda e integral del mercado eléctrico”, “Proponemos limitar los ingresos de empresas que producen electricidad a bajo coste. Están obteniendo unos ingresos que no contaban ni soñaban. No puede ser que algunos obtengan beneficios extraordinarios y sin precedentes gracias a la guerra y al coste de los consumidores. En estos momentos los beneficios deben compartirse y canalizarse entre los que más lo necesitan”.

Según Sánchez, España es hoy uno de los países más “creíbles” en Europa en materia energética, en uno de los momentos más duros con cortes de suministros por parte de Rusia. Pero advirtió: “Rusia no está ganando hoy la guerra, no está consiguiendo su objetivo”.

La "hipocresía" de las bajadas de impuestos

Parte de su discurso estuvo centrado en uno de los grande temas: el sistema fiscal. Con un mensaje claro: “Necesitamos impuestos:” “Qué hipocresía la de quienes pedían más al Estado y ahora, superada la pandemia, exigen menos Estado”, lanzó especialmente a la bancada del Partido Popular, que abandera las bajadas de impuestos en autonomías como Madrid y Galicia. Sánchez puso ejemplos de la necesidad de los tributos como que en España un trasplante de corazón en el sistema gratuito cuesta 90.000 euros mientras que en EEUU asciende a un millón de dólares. “Gracia al Estado del Bienestar, los españoles se hipotecan por comprar un coche o una casa, pero nunca por un tratamiento de cáncer”, subrayó.

Lamentó que el PP diga que hay que hacer auditorías de las cuentas públicas, cuando existe la Intervención General del Estado o la Airef, además del escrutinio de Bruselas. “España es un país serio”, advirtió, para retratar que esto son sólo excusas del Partido Popular para desmontar los servicios públicos y “encubrir falsas promesas fiscales”. “Las recetas de Feijóo son iguales que las de Rajoy, vuelta al pasado, al peor de los pasados, precariedad”, sentenció. Para apostillar: “La disyuntiva es clara”, en relación a los  modelos diferentes de los dos partidos. Fijó también sus referentes en el Estado del Bienestar como Francia y Dinamarca. Pero, para eso, hay que tener un sistema fiscal “de primera división” y no de “tercera regional”, reflexionó.

Por eso, pidió a la Cámara el “máximo apoyo” para la ley de presupuestos, que acaba de iniciar su tramitación en el Congreso y que recoge la máxima inversión en gasto social de la historia. Además, pidió al PP que aclare su postura sobre las pensiones “sin rodeos y de frente” y afeó a la oposición que siga en el grupo parlamentario Alberto Casero cuando se ha aprobado ya su suplicatorio por su imputación por parte del Tribunal Supremo.

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La réplica principal se la dio Cuca Gamarra, con un tono duro y sin tregua ante el posible pacto por el Poder Judicial. La popular dijo que no iba a aceptar “lecciones” cuando el PSOE tenía condenados a Manuel Chaves y José Antonio Griñán por el caso de los ERE. Dando un paso más y exigiendo que Sánchez se comprometa a que no va a indultar al segundo, que debe entrar en prisión.

La portavoz popular volvió a dibujar una España negra y arruinada por Pedro Sánchez. Con eslóganes como: “¿Va a dejar usted, como presidente, un país mejor que el que encontró? A la vista está: no”, “Mientras que toda Europa ha recuperado el nivel de PIB pre-pandemia, España ocupa el último puesto europeo en recuperación”, “Hoy en España hay más españoles en situación de pobreza y riesgo de exclusión que cuando usted llegó al Gobierno, las clases medias están asfixiadas y el paro lleva tres meses incrementándose”.

Desde luego, en el Congreso no se intuyó ningún posible acuerdo. Dos modelos, dos visiones, dos sistemas fiscales.

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