LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Por qué el problema de la vivienda para jóvenes no se soluciona yéndose del centro

Un joven se dirige a los andenes del Cercanías en Atocha, que conecta Madrid con las ciudades del sur.

Los jóvenes tienen un problema con la vivienda, y no solo los que viven en Malasaña (centro de Madrid) o en Gràcia (Barcelona). Los economistas constatan que la vivienda pasa desde la crisis inmobiliaria por un problema estructural que no está resuelto: España tiene un parque público de vivienda de alquiler en torno al 2%, frente el aproximadamente 8% de la media de la Unión Europea. La solución para acceder a una vivienda digna, sea en régimen de compra o de alquiler, no pasa por salir de los centros de las ciudades a otras localidades de alrededor. Los altos precios, la presión del turismo y las bajas rentas de los menores de 35 años hacen que para estos la vivienda se haya convertido en un factor que merma la calidad de vida de los jóvenes y sus expectativas en el futuro.

Uno de los argumentos recurrentes es el de las prioridades de los gastos de las nuevas generaciones. Las palabras del economista Gonzalo Bernardos, que participó este sábado en el programa laSexta Xplica, han generado un intenso debate en las redes sociales. Bernardos respondía a una joven, que expuso sus problemas para acceder a una vivienda digna, de la siguiente manera: “En Madrid quiere vivir mucha gente y los precios suben. No puedes aspirar a todo. Esto es una cuestión de oferta y demanda. En Móstoles se vive muy bien”, dijo el economista. “Si te vas del centro, el problema se amortigua, eso es así. Pero el problema sigue existiendo”, explica a infoLibre Antoni Garrido, catedrático de Economía Aplicada de la Universitat de Barcelona. “Es un problema estructural de oferta y de demanda, y también de la evolución de la renta salarial, especialmente en los jóvenes”, continúa el profesor.

Este problema de la vivienda no ocurre solo en España, aunque en este país es especialmente acusado, por diversos factores. La concentración de la población en las grandes urbes es un fenómeno global en el mundo desarrollado: “Las metrópolis concentran la actividad económica, las universidades, el talento, la oferta cultural… Tienen un efecto atracción que tiene una explicación económica: los costes de transporte son menores, hay una economía de escala”, explica el profesor. En España ocurre en Madrid y las ciudades colindantes, así como en todo el litoral y en las islas. Si el problema es acusado en España es porque presenta una menor disponibilidad de viviendas de alquiler, respecto al resto de economías avanzadas. 

“En España se han construido cinco o seis millones de viviendas de protección oficial en los últimos 30 o 40 años, pero se han destinado a la venta”, explica Julio Rodríguez López, miembro de Economistas Frente a la Crisis y expresidente del Banco Hipotecario de España, que apunta: “Al final, toda esa vivienda, que era de protección oficial, se ha permitido que se descalificara como vivienda libre, que se ha vendido a precio de mercado. Hoy hace falta aumentar la vivienda de alquiler, pero es algo que no se hace de la noche a la mañana”. La mayor cultura de compra de vivienda en España es otro factor que ha pasado factura al mercado del alquiler. Su prevalencia aún perdura. Como informó infoLibre, España se va acercando a la media europea de población que se encuentra viviendo en alquiler, aunque sigue por debajo de la media. El 24,9% de los españoles viven de alquiler, frente el 30,3% de la media europea. 

La gran demanda de alquiler en España

El problema de los jóvenes no se circunscribe a Madrid y Barcelona, aunque sea donde más se manifiesta. Un informe de Idealista, el principal portal inmobiliario de España, hace acopio de los datos de las decenas de millones de visitas mensuales que recibe y constata que hay muchas ciudades que tienen más demanda de alquiler que Madrid. El ranking lo corona Hospitalet de Llobregat, la segunda ciudad más grande de Cataluña. Le siguen Denia, Torrevieja (ambas de Alicante), Vitoria (en Álava) y Badalona (Barcelona). La capital catalana no aparece hasta la novena posición, y hay que bajar hasta el puesto 52 para encontrar Madrid. La metodología a seguir por Idealista para elaborar este ranking ha sido a través de las métricas de comportamiento de los anuncios de las viviendas. 

El catedrático Garrido coincide con el economista: “El problema de la vivienda del alquiler es del marco regulador. Regular los precios es una medida que puede ser beneficiosa en este momento, de manera puntual, pero con esto el problema no se va a solucionar. Por ejemplo, ahora se limita el aumento de los precios del alquiler hasta un 2%. Si esta medida se mantiene en el tiempo, a los propietarios dejará de compensarles tener la vivienda en alquiler y la oferta se va a ir”, explica el economista. Garrido explica que los países que han conseguido paliar este problema han sido a través de medidas de largo plazo, que aumenten la oferta: “Un parque de vivienda potente no se hace en dos o tres años. Quizás en 20 sí, pero los políticos están condicionados por el corto plazo”, critica. 

En este sentido, el economista Julio Rodríguez también apunta que las autoridades podrían tomar medidas más contundentes: “Lo que hay hasta ahora son actuaciones aisladas. La Operación Campamento [la construcción de 12.000 viviendas de alquiler en terrenos del Ministerio de Defensa, al sur de Madrid] está muy bien. Pero el Gobierno debería dar un paso más radical, con una presencia mayor. Estiman que hacen falta 100.000 viviendas. Hacen falta más operaciones campamentos en más territorios de España”, explica este miembro de Economistas frente a la crisis. Entre otras medidas que contempla es dar mayor presencia al Instituto de Crédito Oficial, para facilitar la edificación: “El ICO está como escondido. Debería reforzar su estructura y avalar más construcción”. 

Otro factor que presiona desde el lado de la oferta es que los lugares que concentran a la gran mayoría de la población (Madrid, el litoral y las islas), tienen un gran impacto del turismo. El alquiler por temporadas ofrece a los propietarios una mayor rentabilidad, lo que provoca que exista menos oferta dedicada al alquiler de largas estancias: “Las plataformas como Airbnb tienen un claro efecto de encarecimiento y de distorsión del mercado”, explica Antoni Garrido. Según los datos de Idealista, mencionados anteriormente, la ciudad con un mayor precio medio del alquiler tampoco son la capital madrileña o la catalana. En este ranking, las primeras cinco urbes del ranking son costeras y turísticas: Benahavís y Marbella, de Málaga; Calvià e Ibiza, de Baleares y Sotogrande (Cádiz). Esto es un elemento de presión al alza de los precios de la vivienda de alquiler para largas estancias.  

Las rentas de los jóvenes

El portal inmobiliario Fotocasa constata en su informe Relación de salarios y la compra de vivienda en 2021 que entre 2016 y 2021 los sueldos han crecido un 5,9% mientras que los precios de la vivienda han crecido un 15,6%. Esta situación impacta especialmente en el grupo de edad más vulnerable en términos económicos: los jóvenes. A finales de 2021 la tasa de paro de jóvenes menores de 25 años era del 30,7%, casi dos puntos por encima del dato registrado en 2008, en plena crisis financiera (29%). Los jóvenes cobran menos. Como informó infoLibre, la Encuesta Anual de Estructural Salarial de 2020 revela que los menores de 20 años perciben unos 566 euros menos que en 2008, y 368 menos en el caso de los jóvenes entre 20 y 24 años. “El problema entre 2014 y 2019 es que el precio de la vivienda se ha recuperado tras el boom inmobiliario, pero no los salarios. La reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy provocó unos salarios más reducidos y eso ha llevado a que la distancia se haya acentuado bastante en este período”, explica el economista Julio Rodríguez.  

El nuevo escenario, con las subidas de tipos de interés del Banco Central Europeo, es de encarecimiento de las hipotecas. Este nuevo factor va a suponer una carga extra para los jóvenes que quieran comprar una vivienda, aunque el catedrático Antoni Garrido cree que debe ponderarse: “El aumento del coste financiero es evidente. Cuando te planteas comprar una vivienda, el tipo de interés al 1% o al 4% influye en la decisión. Pero los tipos de interés actúan como una cascada. Al ser los precios de las hipotecas mayores, es posible que eso frene el avance de los precios”.

“Hay estudios que constatan que el esfuerzo para adquirir una vivienda ahora es mucho mayor, en términos de las anualidades de tu sueldo que te hacen falta para comprar una vivienda”, explica el catedrático Antoni Garrido, al ser preguntado por las críticas que atribuyen a los jóvenes un gran gasto en ocio que dificultaría el acceso a la vivienda: “No depende tanto de que los nuevos patrones de consumo sean distintos. Claro que tienes que viajar. Faltaría más”, remacha el catedrático.

Más sobre este tema
stats