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El PSOE, un partido desgarrado por la ley trans y con temor a costes internos y electorales

Carmen Calvo e Irene Montero.

“El ambiente está muy caldeado, muy caliente”. Así lo reconoce de manera directa un dirigente socialista. El PSOE se ha desgarrado por la ley trans, una norma que enfrenta a sectores feministas del partido con otros LGTBI y más jóvenes. Con la incógnita de si presentará enmiendas y de qué tipo ahora en la tramitación parlamentaria del texto impulsado por el Ministerio de Igualdad.

Por el momento, lo que ha hecho el grupo parlamentario es prorrogar una semana más el plazo para registrar cambios a la ley enviada por el Gobierno de coalición a las Cortes Generales. Y esto ha supuesto un auténtico terremoto en el partido, sin que haya en estos momentos una posición clara respecto a lo que pasará. Pero ya ha tenido una consecuencia muy dura para muchos socialistas: la salida del partido de Carla Antonelli, todo un referente en el activismo LGTBI.

Hay sectores del partido enraizados con la exvicepresidenta Carmen Calvo que están empujando para enmendar ese texto. Son dos cuestiones las que están principalmente encima de la mesa: el artículo 65 que hace referencia a la violencia intragénero y el tema de la autodeterminación de género, especialmente en los menores. El proyecto de ley que salió del Consejo de Ministros establece la libre determinación de género: desde los 16 años cualquier persona trans podrá cambiar la mención registral del sexo.

El proceso, contempla el proyecto, consistirá en acudir al Registro Civil, realizar la solicitud y en un plazo máximo de cuatro meses volver a comparecer ante el organismo. Esto supone un gran cambio para las personas trans que hasta ahora debían hormonarse de forma obligatoria durante dos años y un médico debía firmar un papel dónde se les calificaba como personas enfermas. 

Para los menores de 14 a 16 años, será necesario el consentimiento paterno. Y desde los 12 a los 14 años, se podrá iniciar el cambio con un proceso de jurisdicción voluntaria que emprenderán los padres y madres o tutores legales. Estos puntos han provocado que una parte de las mujeres de ámbitos socialistas y feministas no estén de acuerdo. Amelia Valcárcel, filósofa vinculada al PSOE y miembro del Consejo de Estado, dio una entrevista a El Mundo este miércoles con este titular: “No podemos dañar a nuestros hijos para que cuatro personas conserven sus puestecitos”. Uno de los temores es que los menores inicien transiciones que luego quieran revertir a los años. Desde sectores feministas del PSOE se rechaza que vayan contra las personas trans y no ven a Valcárcel como referente, pero subrayan que hay que darle una mayor seguridad jurídica al texto. La propia Calvo se presentó este miércoles como "la primera ministra de toda Europa" en portar la bandera del Orgullo. Pero la lucha ha llegado hasta la Comisión de Ética y Garantía del partido, donde se han cruzado denuncias desde los dos bandos.

Los temores de los dos grupos

Aunque ahora hay dudas y críticas de sectores del PSOE, precisamente fue entonces un Gobierno del PSOE, el de Andalucía (en coalición con IU), el pionero en España en aprobar una ley trans regulando la autodeterminación de género. Además, los socialistas propusieron en 2017 una reforma de la ley en el sentido de la ahora debatida en el Congreso de los Diputados y en 2019 apoyaron una ponencia para modificar dicha ley, una iniciativa que no salió adelante debido a la disolución de las Cortes.

Este debate reapareció en el congreso federal del partido en octubre del año pasado, pero finalmente se llegó al acuerdo para apoyar la ley trans. Como reconoce un barón a infoLibre: “Hay que cumplir con los congresos”. Y una de las críticas que hacen a Carmen Calvo internamente es que ahora quiera cambiar una ley que ya se aprobó dentro del Consejo de Ministros y en la que ella misma trabajó. Las asociaciones FELGTBI+, Chrysallis y Fundación Triángulo se han pronunciado sobre esto mismo y han afirmado que no aceptarán recortes "a la ley trans pactada con Carmen Calvo en junio de 2021", cuando el anteproyecto fue aprobado en Consejo de Ministros.

Esta lucha dentro del PSOE es vista por muchos con estupor y temiendo, según varios cargos y parlamentarios consultados, que tenga consecuencias tanto internas como electorales, en un tema de especial sensibilidad en la izquierda. Y otro temor que hay es que los socialistas pierdan la bandera arcoíris, siendo el partido que más luchó por los derechos LGTBI y artífices de avances como el matrimonio igualitario.

Vacío entre los dirigentes: "No hay nadie al volante"

Uno de los factores que más pesa en estos momentos es que no hay dirigente socialista que capitalice la autoridad sobre el tema. Por lo que todo apunta a que tendrá que ser el propio Pedro Sánchez quien tome la última palabra. La Moncloa se limita a indicar que ya cumplió su "compromiso" y que ahora es el turno de las Cortes. Carmen Calvo está presionando, pero perdió casi todo su poder una vez salió del Gobierno en la crisis de verano del año pasado, si bien ahora tiene una posición determinante en la tramitación: es la presidenta de la Comisión de Igualdad.

Además, tampoco está ya en la dirección socialista Adriana Lastra, pieza clave para Sánchez hasta hace unos meses y que como vicesecretaria general tenía la autoridad para posicionar sobre estos asuntos al partido. La actual número dos es María Jesús Montero, pero no se ha posicionado claramente sobre esto y no es una experta en la ley trans. Este miércole afirmó, sobre la norma, que sobran los que juegan al enfrentamiento. Estos temas los llevan principalmente Andrea Fernánez, como secretaria de Igualdad, y Víctor Gutiérrez, secretario LGTBI.

Este último dejó clara su posición en Twitter tras la salida de Antonelli: “Qué triste noticia que el partido pierda a una de las activistas más importantes de la historia de España. Nunca podremos agradecerte lo suficiente lo que has luchado y defendido al colectivo LGTBI bajo las siglas del PSOE. Nos reencontraremos pronto, porque la razón SIEMPRE gana”. El dirigente, referente LGTBI en el deporte y fichaje estrella de Sánchez en el congreso de València, aseguró que habrá ley trans. Su figura estuvo, no obstante, en el punto de mira de las feministas después de que alabara la salida de Calvo: "El PSOE ha tenido un traspiés que ha sabido reconducir".

También presionan en este sentido por la ley trans los jóvenes. De hecho, muchos analizan que se trata de un tema generacional. El responsable de Juventudes, Víctor Camino, apoyó a Antonelli en público: “Tu lucha nos representa. Somos el partido que imagina sociedades donde cabemos todas las personas frente a una derecha que divide y excluye. Espero que vuelvas pronto a la que será siempre tu casa”.

Desde el sector feminista advierten sobre este vacío en estos momentos en Ferraz: "No hay nadie al volante". Esta parte del partido considera que no se puede "copiar el discurso de Vox" en el tema de violencia intragénero y que este proyecto no puede pasar sin ley ni enmiendas por el Parlamento. "Eso no va a pasar", advierten fuentes de este sector. En su opinión, hay que escuchar ahora a los colectivos y científicos. "Es una ley que tiene implicación en el ámbito penal, procesal y civil", subrayan.

"Mientras esto se alargue, peor será"

Lo que sí espera la mayoría de los socialistas es que este debate se solucione, se llegue a un acuerdo y no se extienda en el tiempo. Por el momento, se ha ampliado el plazo de enmiendas, pero no hay movimientos, según explican fuentes parlamentarias del PSOE.

Además, todos miran al Orgullo, que se celebrará en junio del año que viene, un poco después de las elecciones autonómicas y locales. Una de las imágenes que sigue impactando entre muchos socialistas es la de los abucheos hace dos manifestaciones del Orgullo: sentada contra el partido que más luchó por el matrimonio igualitario.

“Mientras esto se alargue, peor será”, reconoce en privado un dirigente socialista. “Si la ley no sale, el colectivo nos hace la cruz por siglos”, explica otro parlamentario que está a favor de la norma. “A ver si somos capaces de reconducirlo y todo sale bien”, agregan fuentes socialistas. Desde La Moncloa no se quieren mojar en estos momentos y fuentes del Gobierno resaltan que ya se cumplió el "compromiso" aprobando la ley, dejando ahora el trabajo a los grupos parlamentarios.

Igualdad quiere la ley antes de que termine el año

Al contrario de lo que ocurre entre los socialistas, Unidas Podemos siempre mantuvo intacto el consenso interno sobre la futura ley. El principal muro lo encontró entre sus compañeros de Gobierno, con la entonces vicepresidenta primera liderando el sector más crítico. Los socialistas insistían en una premisa que repetían como un mantra y que alargaba las negociaciones: la futura norma debía estar dotada de seguridad jurídica y calidad normativa. Los morados tenían una línea roja: blindar la autodeterminación de género. Respetando ambos requisitos, la negociación llegó a término. Aunque con algunas cesiones por parte del Ministerio de Igualdad, como la exclusión de las personas no binarias y cambios en la redacción inicial sobre los menores. 

Igualdad confiaba en que, tras la salida de Carmen Calvo y con el texto ya aprobado en Consejo de Ministros, la ley fuera una realidad antes de final de año. Con el texto en manos de los grupos parlamentarios, el margen solo podía ser de mejora. Esa convicción no es tan firme desde este martes. Fuentes del Ministerio de Irene Montero reconocen temer por la continuidad de la ley y recalcan que, en el anuncio de su salida del PSOE, Carla Antonelli parecía deslizar que la voluntad del partido es, sencillamente, que la ley no salga adelante

Carla Antonelli, tras su marcha del PSOE: "No veo otro final posible que salga adelante la ley trans"

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Tras la última prórroga de enmiendas, pactada por el PSOE y el PP, el Ministerio de Igualdad ha pedido que no haya más demoras y que den comienzo las ponencias a partir de la semana próxima. Lo contrario supondría una ralentización de la norma que iría en contra del trámite de urgencia que se acordó con el PSOE, tanto para la ley trans como para la reforma del aborto, recuerdan fuentes del departamento de Montero. Su voluntad, a pesar de los obstáculos, sigue siendo la misma: contar con la ley antes de que termine el año.

"Ni un paso atrás" respecto a los acuerdos del Gobierno

Sobre las modificaciones al texto, las voces consultadas lo tienen claro: "Ni un paso atrás respecto a lo que se pactó en el Gobierno". Esa es la "prioridad" absoluta del equipo de Irene Montero, no solo en lo que atañe a la autodeterminación, donde los socialistas consiguieron introducir los requisitos que a su juicio dotaban al procedimiento de seguridad jurídica, sino también en cuanto a los menores, terreno en el que los morados también aceptaron condiciones como el dictamen de un juez y el consentimiento paterno. Igualdad recuerda además que existe una sentencia del Tribunal Constitucional, dictada en 2019, en la que los magistrados fallaron que los menores con "suficiente madurez" y en situación "estable de transexualidad" deben poder acceder al cambio registral en igualdad de condiciones que los adultos. En cuanto a la violencia intragénero, las fuentes consultadas recuerdan que es una demanda de los colectivos.

"Estoy muy preocupada porque retrasar el plazo de enmiendas retrasa la posibilidad de que la ley esté aprobada a final de año", reconoció la propia Irene Montero este martes en los pasillos del Senado. Su equipo, ha enfatizado, "no va a aceptar ni un solo retroceso en derechos respecto a la ley pactada después de una negociación muy dura en el seno del Gobierno". Entretanto, algunas voces de Unidas Podemos han interpelado directamente a Pedro Sánchez. El presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens, considera que la exvicepresidenta Carmen Calvo "le ha metido un gol" al jefe del Ejecutivo, según explicó en una entrevista en Onda Cero recogida por Europa Press en la que no descarta que el líder socialista no estuviese al tanto de la decisión del grupo parlamentario de retrasar las enmiendas. Este miércoles, la propia vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, abundó en la necesidad de sacar adelante la ley y equiparó su relevancia a la reforma laboral liderada por su Ministerio. En cualquier caso, fuentes próximas a la formación morada inciden en que quien tiene que aclararse y resolver sus pugnas internas, es el PSOE.

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