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Podemos cambia su discurso sobre Yolanda Díaz: de “es nuestra candidata” a “ya se verá”

La vicepresidenta tercera del Gobierno, Yolanda Díaz, y la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra.

Un año y medio después de que Pablo Iglesias designara a Yolanda Díaz como su sucesora de cara a las próximas generales, la dirección de Podemos ya no asegura que la ministra de Trabajo vaya a ser su candidata. "Cuando termine de organizar su partido político, escucharemos su propuesta. Es Yolanda quien debe decidir si debe ser candidata o no. Nosotros vamos a trabajar porque haya una coalición entre Podemos y Sumar", ha explicado este lunes en rueda de prensa el coportavoz de Podemos, Javier Sánchez Serna.

Fuentes de la formación señalan que su idea es negociar de igual a igual con la vicepresidenta cuando llegue el momento: "Ya se verá. La pelota está en su tejado", explican. Este cambio de discurso contrasta con las palabras de dirigentes como Irene Montero, Ione Belarra o Pablo Echenique, que en los últimos meses han reivindicado a Díaz como "su candidata", defendiendo que no había una aspirante mejor para el puesto. Sin embargo, los —cada vez más frecuentes— choques entre la cúpula de Podemos y la titular del Trabajo han dejado heridas que todavía no han cicatrizado.

Decisiones como el envío de armas a Ucrania, la candidatura de Inma Nieto en Andalucía, la negociación presupuestaria o la candidatura de Victoria Rosell al Consejo General del Poder Judicial, han evidenciado las tensiones que existen dentro de un espacio —el de Unidas Podemos— por el poder. Hasta la fecha Podemos ha sido la formación dominante, pero con la designación de Díaz como sucesora de Iglesias el peso de los morados ha caído en detrimento de otras formaciones como los comunes o Izquierda Unida, que apoyan sin fisuras a la vicepresidenta segunda.

Por ese motivo, los actuales dirigentes de Podemos reivindican el "liderazgo" que debe ocupar la formación en cualquier futuro proyecto de la izquierda. Una advertencia que también lanzó Iglesias en la Universidad de Otoño de Podemos, el foro de "rearme ideológico" del partido celebrado el pasado fin de semana. “Tenemos que apostar por confluir con Sumar, pero Podemos debe ser respetada”, aseguró. Díaz no acudió al evento alegando problemas de agenda, aunque fuentes de su entorno precisan que únicamente se la invitó a acudir en calidad de público.

Iglesias calificó de "estúpidos" a quienes piensen que a Díaz le irá bien en las elecciones generales aunque a Podemos le vaya "mal en las municipales y autonómicas", y afirmó que "no hay discurso más reaccionario" que el que señala que los partidos políticos son el problema. Una crítica velada a Díaz, que asegura que los partidos tienen que tener un rol secundario en su proyecto.

La hoja de ruta de Sumar

La hoja de ruta de Sumar, el proyecto que encabeza Yolanda Díaz, avanza a paso lento. Al tiempo que la vicepresidenta organiza actos por diversas localidades españolas, lo que ella misma ha denominado como "proceso de escucha", los 35 grupos de trabajo que presentó el pasado mes de septiembre tienen hasta febrero para elaborar sus conclusiones en el que asentar las bases de este nuevo proyecto.

A principios del próximo año Díaz oficializará o no su candidatura a las generales. En realidad, nadie de su equipo duda en que esa decisión ya está tomada y que todo este proceso tiene más que ver “con su forma de hacer las cosas” y con un intento de volver a acercar la acción política a la ciudadanía al margen de los aparatos de los partidos. Lo que quiere es una "refundación integral" para salir de la "esquinita" del espectro electoral a la izquierda del PSOE. 

Díaz siempre asegura que Sumar “no va de urnas ni de listas electorales" pero algunas voces de su equipo reconocen las dificultades de cara a las generales de 2023, donde Podemos pero también Izquierda Unida, los comunes e, incluso, Más País y Compromís, quieren tener un papel destacado. La decisión de Díaz de no presentar Sumar a los comicios autonómicos y municipales dificulta las pretensiones de unidad de todas esas formaciones en torno a su candidatura. En Podemos temen que la titular de Trabajo apoye a Mónica García o Joan Baldoví frente a sus candidatos.

Con todo, tanto Díaz como el resto de su equipo aseguran que todavía es demasiado pronto para hacer cálculos electorales y confían en el empuje que pueda tener gracias al proceso de escucha, que continuará con actos por toda España, pese a que los grupos ya están constituidos y funcionan de manera autónoma.

La exposición de Iglesias no convence a todos

Iglesias asegura que ya no se siente atado por los corsés de la política institucional pero según ha podido saber infoLibre consulta asiduamente a miembros de la dirección de Podemos antes de realizar sus intervenciones para saber por dónde respira el partido y evitar mensajes contradictorios. El exvicepresidente mantiene una interlocución fluida con Belarra y otros cargos de la formación morada, que también acuden a él en busca de consejo y opinión.

Es más, el exvicepresidente ha admitido en una entrevista en RAC1 que ya no tiene relación con la titular de Trabajo. "No hablo con ella", ha precisado. Los motivos de su distanciamiento difieren en función de a qué parte se le pregunte, pero se trata de un conflicto que también tiene eco dentro del espacio confederal y que afecta a Díaz, por un lado, y a Belarra e Irene Montero por el otro.

Lo cierto es que la exposición mediática del antaño líder de Podemos no convence a todos dentro del grupo confederal, empezando por los comunes y acabando con la propia Díaz, a la que en más de una ocasión ha situado en la diana de sus reproches. Sucedió durante la negociación y posterior votación de la reforma laboral. Iglesias sugirió que la reforma debería haber sido más ambiciosa mientras que en el entorno de Díaz recordaban que Trabajo llegó hasta donde marcaba el acuerdo de coalición con el PSOE, pactado por Iglesias y Sánchez.

Hay quien considera que Iglesias se "excede" con sus opiniones y que eso no beneficia a Díaz y tampoco a Belarra, a la que ven "desdibujada" frente a la opinión pública. Sin embargo, otras voces de Podemos sí creen que Iglesias les "ayuda" a "reforzar" la comunicación de Podemos y a "marcar la línea" frente al PSOE. En este sentido siguen considerando a Iglesias un "referente moral" para Unidas Podemos y aseguran que seguirán contando con él para futuros actos de partido.

El papel de Ione Belarra

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La navarra —actualmente de baja por maternidad— llegó a la secretaría general de Podemos en junio del pasado año. En el grupo confederal hay quien la ve como una líder "de transición" y auguran un eventual desembarco de Irene Montero si finalmente no se logra cerrar un acuerdo con Yolanda Díaz, pero según fuentes cercanas Belarra estará como mínimo "dos o tres años" en el cargo.

Belarra es una de las voces más críticas de Podemos con el PSOE durante la presente etapa del Gobierno de coalición. Ha protagonizado duras críticas a ministras socialistas como Margarita Robles, a la que definió como "la ministra favorita de los poderes que quieren que gobierne el PP con Vox". También ha tenido duros reproches hacia la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y el presidente Pedro Sánchez. En el partido la definen como una "dura negociadora" a la interna y también como una "trabajadora incansable", sin demasiadas reservas para criticar en público y “sin complejos” tanto los incumplimientos del socio de Gobierno como a la oposición.

Sin embargo, también admiten las dificultades a las que se encuentra: no cuenta con una abrumadora proyección mediática en comparación con Iglesias y, en muchas ocasiones, también se encuentra eclipsada por la propia Díaz. "Se enfrenta a las dificultades lógicas de ser la líder de Podemos sin ser la líder del espacio", señalan fuentes de la dirección. En ese sentido lamentan que la relación entre ambas dirigentes podría ser "mucho mejor" y creen que ahora es el momento de hacer "esfuerzos extra" para reconducirla. "Nos lo jugamos todo", zanjan.

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