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Raza, migración e identidad: "No pensaba en mí como negra"

Begoña Curiel (El Libro Durmiente)

El libro durmiente comenzó su andadura como club de lectura en junio de 2003. Su nombre hace referencia a la necesidad de rescatar los valores y principios que duermen en el seno de los libros. El libro durmiente se define como una entidad creada sin fin de lucro. Nuestra acción adquiere la condición de voluntariado cultural. Desde el año 2012, correspondiendo con el período lectivo, impartimos los talleres de escritura creativa en dos niveles: básico y avanzado. Finalmente, la invitación a los autores para presentar sus obras o impartir clases magistrales sobre las técnicas de escritura ha dado lugar a la creación de un foro literario donde confluyen los lectores, libros y escritores, compartiendo ideas e inquietudes en pro de la cultura.

Americanah

Chimamanda Ngozi Adichie

Literatura Random House

Es un libro para aprender y aclarar realidades desde una mirada concreta porque el narrador define el relato. De no ser Ifemelu, una joven nigeriana en Estados Unidos, esta novela podría ser otra bien distinta. Su mirada no puede ser otra cosa que crítica: no está dispuesta a claudicar frente al racista ni ante el condescendiente. Americanah es una obra interesante, didáctica y sin pelos en la lengua.

No es lo mismo el africano que emigra a Estados Unidos que el afroamericano. Tampoco el hispano y el oriental aunque no "sufran" la negritud porque la piel no es el único motivo de recelos y hasta compasión no confesada en la famosa tierra de las oportunidades. Y ninguno tiene que ver con el/la americanah, el término irónico y burlón que el nigeriano dedica al compatriota que se pavonea al regresar de Estados Unidos. Aunque las haya pasado canutas.

Ifemelu volverá y aunque no alardee ya no puede ser la misma. Es inevitable. Tampoco Obinze, el amor de juventud que dejó atrás en su país. Su historia es secundaria aunque él sufrirá lo suyo con una dura experiencia en Inglaterra.

La relación será punto de referencia para recorrer la novela aunque se llega a olvidar al chico en gran parte del libro porque Ifemelu es la estrella indiscutible pese a que la escritura ofrece secundarios potentes.

Es el caso de su tía Uju, la única conexión familiar en el nuevo destino. Un personaje peculiar y fundamental porque hará de refugio de la joven cuando las cosas se tuerzan aunque sea difícil asustarla con desdén y en situaciones humillantes.

Acabará encontrando su sitio rebelándose como puede, sorprendida por las mil formas que experimenta la marginación. No hace falta violencia física para que exista.

"No pensaba en mí como negra. Me convertí en negra precisamente cuando llegué a EEUU", dice una Ifemelu boquiabierta ante el desconocimiento o la distorsión escondida tras prejuicios y opiniones de los estadounidenses (si sólo fueran ellos) que relacionan al nigeriano o a cualquier africano con la pobreza y el tercer mundo, vistiendo al mastodóntico continente con el mismo traje.

La piel negra ya es de por sí etiqueta suficiente para sentirse observado, relegado, condicionado. Detalles tan simples como el cabello se convierten en un símbolo representativo de su cruz. Toda una metáfora que obliga sobre todo a las mujeres a pelearse a diario con su pelo, abocadas indirectamente al sacrificio de esconderlo con alisados imposibles y a machacarlo con todo tipo de productos que borren su libre albedrío.

Aunque parezca menor, la cuestión simboliza la mirada errónea e interesada de la negritud. Qué palabra. Hermosa y dañina en función de quien la pronuncie. Será el pilar del blog con el que Ifemelu hará bandera informativa y crítica de sus entresijos, de las diferencias y miradas que condenan. ,

Dilemas morales y miserias personales en los juzgados

La escritora ha construido una mujer de ideas claras, emprendedora, íntegra y valiente. Se niega a ser un jarrón exótico en la tierra del omnipotente blanco. Prácticamente una heroína que a veces me costaba creer como lectora aunque me quedo con sus enseñanzas.

Muchísimas novelas abordan la eterna lacra del racismo y el discurso implícito del odio que sólo los ingenuos o interesados pretenden hacer creer que está en vías de extinción y sin embargo, en Americanah he encontrado algo nuevo y distinto con la voz decidida de Ifemelu.

Sí hay que tener en cuenta que es una novela extensa que se alarga demasiado en algunas páginas; donde a ratos me costaba retomar el hilo por lo repetitivo de algunos temas; farragosa, por la extensión que dedica a los textos del blog de Ifemelu; tampoco me ha convencido la evolución de su relación con Obinze. La novela puede hacerse larga dependiendo del lector pero está claro que Americanah me ha dejado poso y que esta escritora nigeriana ha sido un excelente hallazgo.

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