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Derechos laborales

El lujo de descansar dos días en el súper: “Lo llevo fatal, tengo un hijo y no consigo conciliar”

Dos trabajadoras, en un supermercado.

Librar dos días a la semana es una utopía en algunos supermercados. Que estos dos días sean consecutivos, es prácticamente una quimera en muchos de ellos. La disparidad de convenios hace que entre las comunidades autónomas, y también entre las empresas dentro de la misma región, haya diferencias significativas entre las condiciones que tienen los trabajadores en general, también en lo relativo a los días de descanso, pese a que el trabajo esencialmente es el mismo. Esta semana, Comisiones Obreras ha propuesto crear un marco mínimo estatal con diferentes derechos, entre ellos, el de contar dos días a la semana de descanso.

“En mi empresa solo se libra los domingos”, explica a infoLibre Katherine Sánchez, de 29 años, empleada en la cadena de supermercados madrileña Casa Elías. “Lo llevo fatal, tengo un hijo de cuatro años y no consigo conciliar. Me vendría bien tener un día más, aunque sea entre semana, para ir al médico, reuniones del colegio, hacer papeleo…”, lamenta. El derecho de esta trabajadora es el recogido en el Estatuto de los Trabajadores: 36 horas continuadas. Es decir, un día y medio

Esto se cumple, según Sánchez, porque en su empresa no hay turnos rotativos, así que algunos libran sábado por la tarde y domingos, y otros domingos y lunes por la mañana. “Al final es un día solo, ese medio día no me supone nada”, remacha Sánchez. Más allá de las responsabilidades del hogar, Sánchez no ve posible disponer de dos días seguidos para descansar, desconectar 48 horas del trabajo, o incluso para ejercer su derecho a disfrutar del ocio: “Con un día te da para muy poco. No sé lo que es tener un fin de semana para, yo que sé, poder escaparte dos días fuera de Madrid”, señala. 

Son unas condiciones bastante precarias”, critica Ángel Trujillo, coordinador sectorial de supermercados de CCOO. “En la mayoría de los supermercados hay un día y medio de trabajo, no llega a los dos días. Esto hace que la conciliación sea bastante mala. Desde el sindicato pedimos no solo descansar dos días, sino que haya al menos 12 fines de semana de calidad –es decir, un sábado y un domingo consecutivos– al año. ¡Fíjate tú lo que llegamos a pedir! Que una familia puedan pasar un fin de semana juntos al mes”, ironiza el sindicalista. 

Trujillo defiende que se cree un marco de mínimos estatal, por encima de los convenios, que acabe con la gran disparidad que hay entre los trabajadores de distintas empresas. “Hay 11 convenios de grandes empresas y 41 convenios regionales. Por eso hay tanta disparidad. Trabajar en un supermercado es lo mismo en un sitio que en otro", puntualiza el sindicalista. 

Descansar dos días, aunque no sea consecutivo

La situación es diferente en Lidl, supermercado que, según celebra Comisiones Obreras, dispone de un convenio que, desde 2016, permite descansar a los trabajadores dos días a la semana. En su momento, el sindicato lo calificó como el mejor convenio de empresa estatal de supermercados. Rubén R., de 34 años, es empleado en esta empresa y, aunque no se trate de dos días consecutivos, el trabajador admite tener buenas condiciones, en relación a su sector: “Desde 2019 que llevo trabajando he librado casi siempre dos días a la semana, salvo en algún momento puntual. Pero en esos casos, luego he librado tres para compensar”, explica. 

Este ejemplo sirve al portavoz sindical Ángel Trujillo como prueba de que es posible: “Es tan factible como que este supermercado lo tiene implantado y funciona. Es una mera cuestión de organización, no tiene que suponer ni un aumento de los costes", añade.

Sobre el hecho de que no sean consecutivos, Rubén R. admite que esta fórmula encaja bien con sus responsabilidades en el hogar: “A mí a sí se me hacen más cortos los días de trabajo. Por ejemplo, esta semana libro un día, luego trabajo dos y luego libro otro. Además, tengo una hija pequeña, me viene bien tener días entre semana para estar con ella, hacer papeleo…”, añade el empleado. 

Este trabajador compara su situación frente a cuando trabajaba en un establecimiento de La Plaza de Dia: “Ahí libraba solo un día a la semana. De hecho, en varias ocasiones estuve varias semanas seguidas sin librar. Lo normal era hacer una semana de corrido, y a la siguiente librar un día. Es como que siempre te debían un día. Cuando cambié de empresa vi como otro mundo”, explica. 

Respecto a esto, el portavoz de CCOO Ángel Trujillo cree que hay que entender la situación de cada empresa: “Hay que tener en cuenta la situación de Dia. Está en pérdidas, están vendiendo tiendas… Pese a esto, han reducido la jornada y han subido los salarios. Cuando se negocia con una empresa hay que tener en cuenta su situación económica. No se puede pedir lo que no tiene”, apunta. 

Derechos heterogéneos para un sector diverso

Fuentes del sector consideran que las particularidades de la distribución alimentaria impiden en este momento aplicar las mismas condiciones para todas las empresas por igual. La coexistencia de convenios autonómicos, provinciales y otros propios de las grandes empresas hace que sea muy difícil que dos trabajadores del sector tengan las mismas condiciones.

Estas diferencias responden a la diferente realidad de estos negocios. Por ejemplo, una empresa cuyo surtido esté destinado al cliente internacional, y por lo tanto le intereses zonas más turísticas y tenga una clientela más activa en los días festivos. Ante esto, otras podrían concentrar una mayor parte de consumidores nacionales y no les interese abrir en domingo o tener un establecimiento en una zona turística, sino en barrios residenciales. 

Comisiones Obreras, consciente de la dificultad de crear un convenio estatal, lo que proponen es un acuerdo marco que fije unos mínimos. Por ejemplo, un salario mínimo interprofesional del sector de la distribución de 18.000 euros, frente a los actuales 14.000. O los mencionados dos días de descanso semanal. Esto mismo ocurre en la hostelería: la heterogeneidad del sector es lo que ha llevado a que no exista un acuerdo marco nacional y se mantengan convenios colectivos que son diversos.

Ignacio García, director general de la asociación ASEDAS, que representa a la mayoría de supermercados, como Mercadona, Lidl, o Dia, que agrupan unos 322.000 trabajadores, en conversación con infoLibre, confirma esta idea: “Afortunadamente, en nuestro país existe una gran diversidad de empresas al consumidor, que aporta un gran abanico de empresas internacionales, nacionales y regionales. Esas particularidades hay que tenerlas en cuenta, es normal que haya diferencias entre regiones y entre las propias empresas”, afirma.

Fuentes empresariales de la distribución apuntan a que esta situación no es tan común en otros países europeos, donde hay menos empresas y el sector está más concentrado. En España, los festivos se gestionan a través de la regulación comercial. La Comunidad de Madrid es la única que mantiene una desregulación absoluta, desde 2011, en tiempos de Esperanza Aguirre. En el resto, las empresas de distribución alimentaria pueden abrir una serie de días al año. Como mínimo, suelen ser unos 10 festivos y en algunos casos suele llegar hasta 22, según apuntan estas fuentes: “Esto tiene que ver con la demanda. Por ejemplo, a las tiendas de alimentación no les compensa abrir en domingos durante la campaña de rebajas de enero y febrero, mientras que a los hipermercados sí [que venden productos de alimentación, pero también otros, como ropa]”. 

Las fuentes empresariales del sector de la distribución consultadas por infoLibre apuntan que, aunque las grandes superficies apuestan por modelos totalmente desregulados como el que opera en la Comunidad de Madrid, en España triunfa el modelo de proximidad: “Frente al modelo de hipermercado de periferia o el comercio electrónico, nuestras empresas son intensivas en empleo, nos interesa que los trabajadores estén contentos y funcionen bien. Es lógico pensar que avanzamos hacia un modelo que permita una mayor conciliación”, sostiene esta fuente. 

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La situación es diferente, pero no mucho, en los grandes almacenes. Esto incluye hipermercados de mayor tamaño, como los de Carrefour o El Corte Inglés. Este sector tiene un convenio propio estatal, que es lo que buscan los sindicatos para el sector de los supermercados, de tamaño mediano. Este convenio recoge algunas particularidades, como que los trabajadores deben disfrutar de al menos seis fines de semana de calidad completos al año. Luego cada empresa puede mejorar estos beneficios. No obstante, en cuanto a los días de libranza, la situación no es muy diferente.

Dos trabajadoras, empleadas de un establecimiento de El Corte Inglés en la Comunidad de Madrid, que prefieren no ser identificadas, relatan a infoLibre que hay dos turnos generalizados: uno de seis horas diarias y otro de ocho. El primero, tiene un día de libranza a la semana, más el domingo, en caso de que no se trabaje. El segundo, dos días, más el posible domingo. Las empleadas calculan que deben trabajar alrededor de un domingo o dos al mes, lo que hace que las personas que tengan turnos de seis horas libran un solo día a la semana, al menos una o dos veces cada mes. Cuando sí se descansa un domingo, el otro día de libranza no suele ser el sábado o el lunes, lo que dificulta desconectar del trabajo durante 48 horas: "Eso es casi imposible", apunta una de las empleadas. 

“La dinámica es similar a los supermercados”, señala Eugenio Gámez, coordinador sectorial de grandes almacenes de Comisiones Obreras. “La media está en seis días de trabajo y uno de libranza”. En algunas zonas en las que los hipermercados abren 365 días al año, como la Comunidad de Madrid y las zonas turísticas de playa, el Grupo Carrefour aplica el sistema “4-2”: “Son cuatro días de trabajo y dos de descanso consecutivo. En este sentido cubren la demanda y benefician la conciliación familiar. Creo que la negociación del convenio colectivo del próximo año va en ese camino, para poder conciliar más”, añade Gámez. 

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