Derecho al olvido oncológico
Sufrir un cáncer y pagarlo con algo más que la salud: "Me rechazan los seguros o me exigen una cuota mayor"
Sufrir un cáncer y pagarlo con algo más que salud. ¿Con qué? Con un préstamo más caro, un seguro de vida prohibitivo o un puesto de trabajo al que no puedes acceder dado el historial médico. Es lo que le sucedió a Yaiza Cumelles, que a la edad de 21 años sufrió un cáncer, un linfoma inclasificable. Cuando se estaba tratando de su enfermedad recibió una llamada de teléfono en la que le ofrecían un seguro de vida. Accedió, pero cuando confesó que era paciente de cáncer, le colgaron al otro lado del teléfono. Una década después, y pese a haberse recuperado, el cáncer sigue condicionando su vida.
Tal y como relata la joven en conversación con infoLibre, se enfrenta a muchas trabas para tener un seguro médico privado: "Me rechazan o me dicen que tendría que pagar una cuota muy alta y con muy pocos servicios cubiertos", explica. "Las personas que hemos pasado un cáncer no somos consideradas un colectivo vulnerable. Eso significa que no tenemos ninguna ventaja ni ayuda en ningún aspecto. Si aceptamos esa premisa, entonces deberíamos aceptar también que no merecemos ninguna discriminación ni trabas extras para absolutamente todo. Competimos por lo mismo que los demás, pero con menos herramientas", lamenta. Por ese motivo reivindica el derecho al olvido. Al olvido oncológico, concretamente, para no tener que cargar para siempre con —las otras— secuelas de la enfermedad.
"El derecho al olvido oncológico implica que una persona que ha padecido cáncer no puede ser discriminada, es decir que el cáncer no sea la razón de exclusión a la hora de contratar algún servicio financiero y de aseguradoras”, explica la joven. A su juicio "es importante" que se legisle "seguir avanzando como sociedad e ir a la par con los avances médicos": "A día de hoy, los pacientes tenemos muchos mejores tratamientos, la tasa de supervivencia y la calidad de vida posterior es mejor que hace unos años. No tiene sentido tener unas leyes tan poco actualizadas por una parte y por otra parte tan discriminatorias hacia una parte tan grande de la comunidad", asegura.
La vicepresidenta Nadia Calviño se ha comprometido a "hacer todo lo posible" para garantizar que se cumpla ese derecho esta legislatura. En la sesión de control al Gobierno del pasado 19 de abril Calviño aseguró que el Ejecutivo prevé aprobar una normativa para garantizar "la máxima protección y una igualdad de trato" a todas las personas que sufren o han sufrido un cáncer. "No pueden de ninguna manera convertirse en un estigma, ni en el momento en el que se están sufriendo ni, por supuesto, el resto de sus vidas", señaló tras la petición de la diputada del PNV, Idoia Sagastizabal.
Sagastizabal recordó que España se encuentra "rezagada" en el cumplimiento del mandato europeo. Nuestro país es de los pocos, junto con Islandia y Malta, que todavía no ha regulado el derecho al olvido para las personas que han superado un cáncer. El Parlamento Europeo aprobó el pasado año una resolución en la que pedía a los Estados miembros que garanticen que los supervivientes de cáncer no sean discriminados en comparación con otros consumidores. Bruselas marcó como fecha límite el 2025 para que los países la incorporen en su legislación el derecho al olvido “diez años después del final de su tratamiento” y a más tardar “cinco años después del final del tratamiento para los pacientes cuyo diagnóstico se haya realizado antes de los 18 años”.
El 80% de los expacientes tienen problemas para contratar seguros o acceder a procesos de adopción
La parlamentaria del PNV también aludió a un reciente informe realizado por la fundación Josep Carreras —Jóvenes y leucemia: Más allá de sobrevivir— tras entrevistar a 295 jóvenes que padecían o habían pasado la enfermedad. El informe expone que un 83% de los pacientes o ex pacientes de entre 18 y 35 años aseguran que han tenido dificultades al contratar un seguro de vida. “Y cuando lo hacen, lo hacen además en condiciones alejadas de lo asequible o usual”, lamentó Sagastizabal.
Desde la fundación reconocen que es "preocupante" que 8 de cada 10 expacientes tengan dificultades para contratar productos bancarios o seguros. Aunque la legislación española no obliga a contratar un seguro de vida para pedir un préstamo o una hipoteca, hay entidades bancarias que sí lo solicitan o lo recomiendan como garantía de pago. Pero no solo pasa con los seguros y los préstamos: ocho de cada diez también encontró trabas para acceder a tratamientos de fertilidad o procesos de adopción.
Además, la mitad de los 295 jóvenes encuestados tuvieron inconvenientes a la hora de volver a trabajar o encontrar un empleo, mientras que el porcentaje de personas que han tenido ayuda económica del Estado o de otras instituciones públicas es solo el 17%. Tras casi dos años, solo el 50% se ha reincorporado a su trabajo y 3 de cada 10 lo hará con condiciones distintas a las que tenía, según se desgrana en el informe
Ese es el principal problema con el que se ha encontrado Cumelles, el acceso al mercado laboral. "Buscar empleo es una tortura porque al explicar que los cinco años en los que no he estado trabajando han sido por un cáncer, temen que no rindas igual o que faltes mucho al trabajo". Desde la fundación Josep Carreras aseguran que esto sucede de manera habitual, lo que provoca que las personas que han sufrido un cáncer tienen que "justificar su parón laboral": "La vida no solo se les para, sino que muchos tienen que dar algunos pasos atrás como dejar su primer trabajo o volver a casa de sus padres".
La joven explica que tres años después de reincorporarse al mundo laboral, se cogió una baja —por depresión— que le costó el puesto. "Al volver de esa baja, que duró tres meses, mi jefa me despidió porque, como dijo a mis compañeras: 'es que esta chica me va a coger muchas bajas'". Después de este episodio, Cumelles relata que se ha visto obligada a "maquillar" su experiencia a nivel laboral y también "forzada a rendir de más” para que que no la vieran "más débil que el resto": "He tenido que minimizar mis dolores o decir que mi tratamiento fue mucho más suave de lo que realmente fue".
El pasado año la Cámara Alta aprobó una proposición de ley promovida por Ciudadanos para "mejorar la protección social y laboral de las personas a las que les hubiera sido diagnosticada una enfermedad grave o carcinoma". Con esta proposición de ley se apostaba por reconocer el derecho al trabajo a distancia y a la reducción de la jornada de trabajo a aquellas personas que, afectadas por una enfermedad grave o carcinoma, hubieran recibido el alta médica de la situación de incapacidad temporal o la incapacidad permanente. También se abogaba por reconocer el derecho preferente de las personas afectadas a ocupar otro puesto de trabajo y por incrementar de dos a cuatro años la reserva de puesto de trabajo.
En España no existe una regulación específica para que no se discrimine a personas con cáncer
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Con todo, en España no existe una regulación específica. La Ley 4/2018 ya prohíbe discriminar en la contratación de seguros a una persona por tener VIH u otras condiciones de salud, si bien no especifica qué son "otras condiciones de salud". "Con esa ley, las personas que tienen VIH y otras enfermedades no pueden ser discriminados, pero al no desglosar qué enfermedades son, se quedó todo en el aire. Ahora lo que pedimos es que el cáncer se incluya en ese listado", explica Cumelles. Sin embargo, la joven considera que los diez años marcados por la resolución europea para borrar el historial médico desde la remisión —5 a los menores— sigue "siendo muchísimo": "Yo, por ejemplo aún tendría que esperar otros 5 años. Pero bueno, es un pequeño paso", señala.
La joven narra la impotencia que siente cuando, casi una década después de ser diagnosticada, sigue sufriendo las consecuencias de la enfermedad en su día a día: "Nos ponen muchísimas trabas para todos los aspectos de la vida, a veces te planteas si ha valido la pena luchar tanto por sobrevivir. Algunos tenemos muchas secuelas y eso nos dificulta un poco hacer el día a día. Si encima nos ponen más trabas, te quedas sin fuerza y sientes una impotencia enorme", expone.
A Cubelles le sorprende que, a pesar de que el cáncer es una enfermedad muy conocida, cree que como sociedad se sabe muy poco de ella. "Hasta que no superé el cáncer y comencé a 'vivir' como una persona fuera del hospital, no supe que me iba a encontrar tantas puertas cerradas. No tiene sentido. Como pacientes somos unos héroes, unos guerreros. Pero una vez te curas, ya no eres válido", zanja.