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23J | ELECCIONES GENERALES

La estrategia de Sánchez de “desmontar bulos” en 'prime time' anima al PSOE: “Es un subidón”

Pedro Sánchez, en 'El Hormiguero'.

“Un subidón”. Esto es lo que sintió un candidato del PSOE al 23J cuando terminó la entrevista de Pedro Sánchez en El Hormiguero y apagó el televisor. Los chats de Whatsapp de los socialistas ardían, se mandaban mensajes comentando cada pregunta y con mensajes de ánimo. Un revulsivo en las filas socialistas, conscientes de la dificultad de conservar La Moncloa pero con la idea de que sí se está acertando en esta campaña y que todavía hay mucho partido.

En el núcleo duro de La Moncloa y de Ferraz se ha diseñado una estrategia diferente a la del 28M, donde la sucesión de anuncios y propuestas no caló entre el electorado en un marco del relato dominado por las derechas. Ahora se trata de pinchar esa burbuja del antisanchismo y jugar, además, en el campo hostil de medios que han sido muy críticos durante estos años con el presidente del Gobierno.

La entrevista de Sánchez con Carlos Alsina en Onda Cero la semana pasada fue el pistoletazo de salida: un candidato mostrando su lado más humano y contestando todas las preguntas con argumentos, desmontando la imagen que ha construido la derecha política y mediática. Y el tú a tú con Pablo Motos ha ido “muy bien”, según consideran fuentes cercanas al jefe del Ejecutivo.

A por la mayor audiencia posible

En el equipo de Sánchez explican que se trata de llegar al mayor número de personas en el menor tiempo posible con la idea de explicar lo que se ha hecho ante millones de personas que no se habían parado a escuchar al presidente. Por ejemplo, rebatir en primera persona las acusaciones de fraude electoral hechas por Juan del Val días antes en El Hormiguero, indican en el círculo directo del líder socialista.

En La Moncloa y en Ferraz ponen de relieve los altos datos de audiencia de los espacios en los que está participando Sánchez, lo que, a su juicio, evidencia el interés por escuchar esos argumentos del presidente en unos formatos a los que se acercan muchas personas que no están en la burbuja política. El Hormiguero rozó los tres millones de telespectadores, con un cuota de pantalla del 22,8% en pleno prime time, convirtiéndose en la tercera entrevista política más vista de este programa desde que se emite (por detrás de Santiago Abascal e Isabel Díaz Ayuso). La semana anterior la entrevista al presidente en El intermedio llevó al programa del Gran Wyoming a marcar su récord de temporada (11,9%). También fue muy bueno el dato del domingo en Lo de Évole, con un 12%. Dan importancia en el núcleo duro del presidente a la alta tasa de fidelidad en estos programas, es decir, ese interés se demuestra en que muchos ciudadanos consumieron los formatos de principio a fin.

Fuentes de Moncloa indican que se trata de una dosis de “vitamina” tanto para el partido como para el electorado progresista. Una de las principales obsesiones que tienen en el PSOE es lograr movilizar y que no caigan en la apatía los votantes de izquierdas. Y Pedro Sánchez espera activar y lograr una gran participación (llegó a vaticinar en el programa de Évole que estará entre el 73 y el 76%, lo que se situaría por encima de la media de las elecciones generales).

"Aquí estamos, no tenemos problema en hablar de Bildu"

Sánchez quiere desmontar con este tipo de entrevistas la imagen sobre él que ha ido labrando la derecha política y mediática. Uno de los errores, según ha reconocido él mismo, es que no se calculó bien cómo se iba hinchando ese globo antisanchista a base de “insidias y descalificaciones”, como dicen los suyos. Pero creen que nunca es tarde y que es posible. Una campaña muy en los medios pero también con muchos gestos, como lucir una pulsera con la bandera LGTBI. Fuentes gubernamentales indican: “No es sólo apoyo al Orgullo, es un símbolo de los derechos humanos, respeto e igualdad”.

Desde la emisión del programa, en los equipos de Ferraz y de La Moncloa detectaron muchos mensajes en redes desde el lado de la derecha muy irritada con el programa y criticando la propia estrategia de la derecha frente a un Sánchez crecido durante estas dos semanas. “Eso significa que lo estamos haciendo bien”, añaden las fuentes. La próxima gran cita será el martes en El programa de Ana Rosa.

Además, durante estas entrevistas, señalan las fuentes, el presidente mandó varios mensajes: “Aquí estoy, no tengo problema en hablar de Bildu o de ‘que te vote Txapote”. Y en su entorno repiten: “Vamos a pelear, el PSOE nunca se rinde”. Pedro Sánchez como José Luis Rodríguez Zapatero están mostrando ese “pundonor” del partido, indican en el entorno del presidente. Algo que se transmite de arriba hacia abajo, con un partido que necesita ir a por todas para conservar La Moncloa. “Lo que ha hecho la entrevista en El Hormiguero es que el partido se convenza de que se puede ganar realmente”, ilustra un diputado.

"Desmentir los bulos"

Sánchez está copando la mayor parte de la campaña como candidato, aunque esto, según advierten algunas voces del partido, puede tener sus riesgos también al central en su figura. En el equipo del presidente señalan que sí se está dando espacio a más figuras y que precisamente uno de los reclamos es que hay un “buen equipo” frente al PP con nombres como Nadia Calviño, María Jesús Montero, José Luis Escrivá o Teresa Ribera. Pero Sánchez es “el principal activo” del PSOE, indican los suyos, que recalcan que no son unas elecciones generales al uso, sino que se está jugando un modelo de sociedad para los próximos años. “Nos afecta a todos. Vox ya no es esa gente pintoresca que hablaba de toros y de caza, sino que están en las instituciones negacionistas de derechos”, añaden las fuentes. Y denuncian las pegas del PP para debatir (por el momento sólo ha aceptado un cara a cara en Atresmedia).

En Ferraz subrayan que se trata de una campaña más audiovisual, con muchas entrevistas y los diálogos entre el presidente y los ministros. “Menos mítines, pero multiplicar el número de personas a las que hacer llegar el mensaje”, subrayan desde el cuartel general de los socialistas. Con esta filosofía: “Además de contar a la gente lo que ha sido una gestión del Gobierno con grandes logros en medio de una pandemia nunca vista el último siglo y una guerra a las puertas de Europa, también está la parte de desmentir los bulos que ha ido diseminando la derecha del PP ultraderechizada y la ultraderecha pata negra de Vox”. “En El Hormiguero tres millones de personas pudieron comprobar cómo se desmontan fake news y se habla de las cosas del comer en directo”, precisan.

“El PP se ha quedado en el marco del antisanchismo y nosotros incluso navegamos por ese marco desmontando al PP. ¿Qué es el sanchismo? Es la subida de las pensiones, es la protección de los trabajadores con los ERTE, es la reforma laboral, es el récord absoluto de personas trabajando en nuestro país, es la protección de los derechos LGTBI frente a la caverna... y sabemos hacia dónde van a tratar de girar. Querrán volver a ETA, pero la gente ya sabe que el único terrorismo que queda por eliminar en nuestro país es el machista”, emiten desde Ferraz.

"Victorias emocionales"

Los socialistas aspiran a que esta estrategia levante del sofá al electorado que no fue a las urnas el 28M. ¿Pero se traducirá en votos aparecer en formatos como El Hormiguero? Ramón Mateo, director de Análisis e Impacto Regulatorio de beBartlet, lo analiza así: “Había provocado mucha expectación, llevaba siete años sin ir. Es un espacio de máxima audiencia. Es el que llega a un público más transversal y familiar. Tiene también su importancia porque en el propio programa son conscientes de este hecho y desde hace tiempo vienen incorporando contenidos también de tertulias con valoraciones más de tipo político o de actualidad. Tampoco pasa desapercibido que parte de las personas que participan tienen un tono crítico con el presidente y el Gobierno. Era participar en una plaza importante por audiencia y que se había configurado en el imaginario de un público de centro derecha como un bastión o libre de influencias del Ejecutivo”.

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“La realidad es que, por lo que se ha publicado, existe una valoración general de que Pedro Sánchez salió muy airoso. Se le vio muy cómodo, enfrentándose a preguntas muy complicadas. Cuestiones polémicas como el Falcon, la ley del sólo sí es sí, referencias a que no había mentido… Mostró una actitud bastante suelta. Respondió y fue capaz de colocar sus mensajes, dominó la conversación”, agrega.

No obstante, Mateo reflexiona que la capacidad para cambiar voto de un partido a otro con estas entrevistas, tanto para Pedro Sánchez como para Alberto Núñez Feijóo, es “reducida”. “No obstante, el gran reto de esta campaña no es tanto ser capaz de atraer votos del lado contrario porque el escenario de polarización ha limitado las transferencias. Y las que se tendrían que producir, ya se han registrado. Pero el principal enemigo es la desmovilización para los candidatos”, asevera. 

“En la batalla contra la desmovilización este tipo de entrevistas sí que pueden tener un impacto. Es difícil medirlo, pero hay que entender ese ejercicio de Sánchez de pasearse por los medios y buscar espacios incómodos en términos de movilización, en general victorias emocionales y simbólicas que permitan subir la moral y mantener expectativas de victoria. Es un aliciente movilizador para el votante del PSOE, pero también de Sumar, que puede activarse al ver que hay posibilidades de gobernar juntos”, indica.

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