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El futuro de la izquierda

Díaz empieza a construir Sumar y Podemos pide a sus cargos escoger: "No existe la doble militancia"

Ione Belarra y Yolanda Díaz, durante un acto público de Sumar, a 17 de julio de 2023, en Pamplona.

Dejar atrás la etiqueta "instrumental" y convertirse en una formación con estructura orgánica, militancia e ideario. Ese es el objetivo de Movimiento Sumar, la formación liderada por Yolanda Díaz, que el próximo sábado 23 de septiembre celebrará un encuentro, en el que estará presente la vicepresidenta segunda en funciones y los coordinadores de los grupos de trabajo de Sumar, para actualizar su "ideario político". El portavoz del proyecto, Ernest Urtasun, ha asegurado que se abordarán debates "muy intensos" con vistas a potenciar sus planteamientos programáticos.

Un "debate de las ideas" que Urtasun ha definido como "el corazón de Sumar" y ha situado como la como prioridad antes de la celebración de la Asamblea General —el máximo órgano según sus estatutos— para constituirse como una organización con vida interna. "Queríamos, después de la campaña electoral, que lo primero fuera reiniciar los trabajos del debate programático y de las ideas, y eso es lo que vamos a hacer", ha explicado en rueda de prensa.

Sumar aparca, por el momento, otras cuestiones de carácter orgánico como la elección de los nombres que compondrán la dirección del partido —Urtasun no ha explicitado de qué manera se elegirá a los altos cargos de la formación, pero sí ha querido remarcar que el procedimiento será "plenamente democrático"—, la elaboración de los documentos normativos y del código ético. Desde la organización no ponen fecha a una asamblea que quieren que se realice antes de finalizar el año pero después de la investidura del socialista Pedro Sánchez, que como tarde se producirá en el mes de noviembre.

Díaz busca integrar a miembros de otros partidos en su dirección

Una de las principales incógnitas que Movimiento Sumar deberá resolver es la de su fórmula jurídica, ya que actualmente es una coalición electoral que reúne a varias formaciones —como lo fue en su momento Unidas Podemos— pero ningún partido parece dispuesto a diluirse a nivel orgánico dentro del proyecto de Díaz. Así lo trasladan las distintas organizaciones —de Podemos a Más Madrid pasando por IU o Compromís—, que reivindican su "autonomía", tanto en el Congreso como fuera de él.

El objetivo de la vicepresidenta segunda en funciones pasa por integrar en su dirección a miembros de los distintos partidos que componen la coalición Sumar —un ejemplo es el del propio Urtasun, dirigente de los comunes e implicado al máximo en los futuros pasos del partido de Díaz— y por ese motivo permite la doble militancia, que formaciones como Podemos rechazan de pleno. La futura estructura tendrá dos tipos de militantes, los afiliados, de mayor entidad jurídica, y los "amigos" de Sumar.

Al afiliado clásico se le da la posibilidad de pertenecer a otras organizaciones políticas, siempre y cuando cumplan una serie de derechos y obligaciones como abonar cuotas o ser elegibles para cargos de dirección. "Las personas que quieran afiliarse y participar lo harán en igualdad de condiciones, independientemente de su pertenencia a otras organizaciones, asociaciones o partidos", señala la formación.

Según indican los estatutos de Movimiento Sumar, el 35% de esos afiliados pueden reclamar que la dirección comparezca en una Asamblea General para rendir cuentas. Además, habrá una Comisión de Garantías formada por tres afiliados al margen de la dirección, que será el órgano encargado de defender y garantizar los derechos de los afiliados y el cumplimento de las normas y principios del partido.

Podemos avisa a los suyos: "Tendrán que decidir de qué partido forman parte"

Los partidos ya empiezan a poner sus cartas sobre la mesa y Podemos ha sido el primero en dejarlas boca arriba. La formación dirigida por Ione Belarra ha abierto un "proceso de reflexión" para redefinir su relación con Díaz y, en su ponencia política, se ha reafirmado en la necesidad de prohibir la doble militancia, de manera que cualquier cargo que dé el salto al partido de la vicepresidenta segunda tiene que romper el carnet morado o, de lo contrario, será expulsado.

"Podemos es una fuerza política autónoma, que tendrá siempre su propia hoja de ruta, su programa, sus órganos de dirección y sus mecanismos de decisión protagonizados por la militancia", señala el documento presentado el pasado sábado por la dirección morada, que deberá ser votado por la militancia hasta su presentación el 4 de noviembre, en el que se recalca que "en Podemos no existe la doble militancia".

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Una prohibición en la que ha insistido este lunes la coportavoz del partido, María Teresa Pérez, que ha apremiado a sus cargos a elegir: "Quien esté en activo y dado de alta en nuestra base electoral y en la política de Podemos tendrá que decidir de qué partido forma parte y a qué organización política está aportando su capacidad".

Aunque Pérez no ha citado casos concretos, hay dos personas que actualmente forman parte de la dirección de Podemos como Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales y Agenda 2030, y Alejandra Jacinto, candidata de la formación a las elecciones autonómicas madrileñas, que participaron como portavoces de Sumar durante la campaña. Ninguno de ellos es militante de Sumar, pero desde Podemos dejan claro que si eso sucede una vez se constituya formalmente como partido, no podrán continuar en la Ejecutiva morada.

Álvarez también suena en las quinielas para ser nombrado ministro de Derechos Sociales, la cartera que ahora ocupa Belarra, por lo que Díaz podría podría contabilizarlo como la 'cuota Podemos' dentro de la coalición. Sin embargo, los de Belarra rechazan esa posibilidad y afirman que solo serán considerados como ministros de su formación aquellos nombrados por su dirección. En ese sentido reclaman que sea su número dos, Irene Montero, la que repita en la cartera de Igualdad si finalmente Sánchez es investido presidente.

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