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CULTURA

Las 'piedras preciosas' de Clara Sánchez se sientan en el sillón X de la RAE

La escritora Clara Sánchez.

La tarea creadora de Clara Sánchez (Guadalajara, 1955), licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, filóloga y docente durante muchos años en la UNED, es cuajada y coherente. Despliega su recorrido en géneros simultáneos como la novela, el relato y el artículo literario. Completan un gran mosaico donde los espacios reflexivos mantienen la sensibilidad del yo y los matices de fondo de una mirada indagatoria sobre los ángulos de la experiencia existencial y el entrelazado de relaciones con el entorno.

La escritura de Clara Sánchez comienza con Piedras preciosas, en 1989, en un momento en el que la narrativa en castellano se liberaba definitivamente del casticismo anecdótico y los marcados rasgos del realismo, empeñados en la reproducción literal, para acrecentar su dimensión verbal e imaginativa con la influencia de otros ámbitos como la literatura norteamericana, anglosajona o centroeuropea.

En ese ambiente de libertad de tendencias la voz de Clara Sánchez emergía con un registro singular que se abre camino con las entregas No es distinta la noche (1990), El palacio varado (1993), Desde el mirador (1996) y El misterio de todos los días (1999). En ellas, la expresividad de lo cotidiano, los trazos de personajes cercanos y el sustrato emotivo son constantes recursos, como si los protagonistas nos tendieran la mano en el dominio expresionista del presente para compartir sus soliloquios biográficos; para que estados de ánimo como la evocación, la soledad o la convivencia diaria se transformen en espacios de conocimiento. La propuesta ficcional de la escritora obtenía en 1999 el Premio ILCH en Wesminster, California.

Entre la diversidad de sus argumentos, la eficacia constructiva de Clara Sánchez recrea el discurrir de la intimidad y las formas de convivencia en los espacios y atmósferas que definen nuestro tiempo. Así sucede con las urbanizaciones de la periferia de la capital, donde se ubica el nudo accional de Últimas noticias del paraíso. El libro obtuvo el Premio Alfaguara de Novela en el 2000. En sus páginas, la intrahistoria personal convive con las asimetrías colectivas en un tiempo marcado por una realidad paradójica donde se renuevan las formas de convivencia.

En el despertar del siglo XXI Clara Sánchez integraba su tarea narrativa en el núcleo central de la novela contemporánea desde las infinitas posibilidades de la normalidad. La naturalidad expresiva conforma escenarios cercanos con la habilidad del espectador que comparte una constante vigilia para reflexionar sobre lo cotidiano y su lumbre sentimental.

El utillaje formal de Un millón de luces (2004) busca la claridad expresiva, desde ropajes como la ironía y la ternura. En sus enclaves argumentales conviven evocaciones y pensamientos en torno a la presencia continua de una temporalidad que condiciona la voluntad personal, como se observa también en Presentimientos (2008).

El ideario ficcional se renueva con un tema de calado en Lo que esconde tu nombre (2010), que obtuvo el Premio Nadal, donde se intensifica en la pupila observadora el peso incontestable de la historia. La escritora recuerda que tras la Segunda Guerra Mundial muchos nazis encontraron refugio lejos de Alemania para vivir una segunda existencia como asépticos ciudadanos sin pasado. Esas presencias inspiran los personajes ficticios de un absorbente relato en el que el terror constituye un estrato contundente en torno a la memoria, la culpa y la indulgencia.

El tramo de madurez añade nuevos títulos, premios y reconocimientos. Tras la publicación de Entra en mi vida (2012), una inmersión en los contraluces de las relaciones personales, consigue el Premio Planeta en 2013 con El cielo ha vuelto, salida que hace de su trama una inmersión en los estimulantes efectos del triunfo social en la escala jerárquica de protagonistas y secundarios del entorno cercano.

Los trabajos y días prosiguen hasta el presente con títulos como El amante silencioso (2018) y El infierno en el paraíso (2021), salida con trama de suspense psicológico, que añade a lo real dimensiones mentales y perspectivas. 

La identidad narrativa de Clara Sánchez es trasversal. Se desdobla en enfoques que van desde el intimismo autobiográfico y confidencial, en el que adquiere fuerza el discurrir de la conciencia, hasta el acento testimonial que muestra las grietas fragmentarias del presente. La escritura imagina las formas de vida de nuestro tiempo y el espacio habitable donde siempre es posible vadear las aceras de la extrañeza y los estímulos que la configuran.

En el carácter de su prosa seduce el conocimiento de una tradición que asimila nombres como T. Bernhard, Mishima, Tobias Wolff o la cercanía generacional de Soledad Puértolas. La escritora entrelaza en sus historias el tejido emotivo y la temporalidad del presente; en sus parámetros interiores habitan contornos y vivencias que parecen estar en silencio, inadvertidos y fuera de plano, y que conforman el epitelio paradójico de la condición humana.

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Clara Sánchez obtiene carta de ciudadanía en la Real Academia y sus lectores lo celebramos con emoción y alegría, con el convencimiento de que su escritura tiene voluntad de futuro y está hecha para perdurar en la memoria. Desde este domingo ocupará el sillón X, vacante desde el fallecimiento del poeta Francisco Brines.

 

* José Luis Morante es poeta y crítico literario. Su último libro es 'Nadar en seco' (Crátera / Isla Negra, 2022).

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