Zahia Ziouani, del suburbio a la Philharmonie de París: "Me decían que una mujer no podía dirigir una orquesta"
Zahia Ziouani (París, 1978) es hoy una de las directoras de orquesta más prolíficas de Francia. Ha dirigido orquestas nacionales en multitud de países y es una de las pocas mujeres de renombre mundial dedicadas a este oficio. En su país ha recibido las más altas distinciones, es Oficial de La Orden Nacional del Mérito y Comendadora de la Orden de las Artes y las Letras de la República Francesa. Una historia dichosa de superación y de lucha contra el mundo, pues el camino hasta aquí ha estado plagado de sacrificios y momentos duros. No en vano, Zahia es mujer y de origen argelino, dos realidades que desde joven le han obligado a multiplicar su esfuerzo.
"Cuando era joven me decían que una mujer no podía dirigir una orquesta, que era una profesión que no era compatible con la maternidad por tener que hacer los conciertos por la noche y las giras. Yo escuchaba que no era una profesión para mujeres", remarca a infoLibre ahora que es una figura musical tan reconocida como para tener su propia película sobre sus primeros pasos en la música siendo aún una adolescente, que llega este viernes a los cines españoles con el título de Divertimento, que es precisamente como se llama la orquesta que ella misma fundó para así conseguir cumplir su sueño con una determinación apabullante y casi diríase que inconsciente, a su juventud inherente.
Así las cosas, Divertimento es una historia real retratada por la cineasta y periodista Marie-Castille Mention-Schaar (A Good Man, La profesora de historia) que nos traslada al humilde distrito 93 (Sena-Saint Denis) francés del año 1995, cuando Zahia y su hermana melliza Fettouma, con tan solo 17 años, ya soñaban desde los suburbios de París con llevar su pasión, la música, a los lugares más inaccesibles. Cumplieron sus objetivos: ella y Fettouma, reconocida violonchelista, viven de su pasión, pero además dedican buena parte de su tiempo a iniciativas y proyectos de sensibilización y promoción de la música sinfónica y operística contagiando su entusiasmo y dando oportunidades a los jóvenes con menos recursos.
Al frente de la orquesta sinfónica Divertimento (fundada en 1998, con sede desde 2005 en Stains, París), Zahia Ziouani ha logrado diversificar el público y popularizar la música clásica a través de su propio proyecto. Una realidad presente que era poco menos que una utopía en aquellos años noventa en los que el papel de la mujer en la música clásica era tan secundario. Algo que tampoco ha cambiado demasiado si atendemos a las cifras que nos dicen que en todo el mundo solo hay un 6% de directoras de orquesta, porcentaje que baja hasta el 4% en Francia.
Es por ello que Ziouani explica que el mundo de la música clásica sigue siendo machista y "bastante desigual", si bien "un poquito menos que antes". "La desigualdad entre hombres y mujeres sigue siendo muy fuerte en el mundo de la música y notablemente en la profesión de director de orquesta. En la música clásica, y particularmente a la cabeza de las orquestas, sigue estando lejos de estar arreglado. Así que hay más mujeres directoras de orquesta que antes, pero hoy en Francia menos del 4% de los directores de orquesta son mujeres. Es algo que se tarda un tiempo en cambiar", lamenta.
Y todavía continúa: "Hoy en Francia las pocas mujeres directoras de orquesta conocidas que dirigimos en las grandes salas de conciertos, la mayoría del tiempo dirigimos orquestas que hemos creado nosotras mismas. Son nuestras propias orquestas. Así que sí, la desigualdad sigue estando muy presente porque, aunque sí que cambia, lo hace muy despacio. Espero que el camino que hacemos a día de hoy no tengan que hacerlo los generaciones más jóvenes. Ahora, por ejemplo, de todas las orquestas nacionales en Francia que están financiadas por el Estado y con fondos públicos, que son más de treinta, hay a lo mejor dos que están dirigidas por mujeres. Esto demuestra que nos cuesta todavía darles la confianza a las mujeres. Por eso, está mejor que antes pero hace falta todavía arreglarlo".
En Divertimento vemos también cierta lucha de clases con el elitismo sempiternamente relacionado con la música clásica cuando Zahia y su hermana melliza Fettouma llegan a un conservatorio parisino con alumnos arrogantemente burgueses. Dos universos paralelos que, en esta ocasión y sin que sirva de precedente, se cruzan y no colisionan, sino que se fusionan: "Esta es mi historia, la de una joven directora de orquesta, pero también es la historia de un montón de gente que aspira y tiene grandes ambiciones y que vive en barrios populares, de mujeres y de personas que sufren algún tipo de discriminación. Por eso creo que es también un mensaje motivador para decirles a los jóvenes que pueden creer y tener grandes ambiciones".
Jóvenes que, como ella, se encuentran con estructuras ya establecidas y prácticamente imposibles de mover para encontrar una rendija por la que colarse para dar con el lugar que puede estar esperándoles. "Cuando yo era joven no veía a mujeres directoras de orquesta y tampoco veía a directores de orquesta jóvenes, porque hace 25 años eran a menudo de edad avanzada al ser un trabajo que se hacía al final de la carrera", apunta Ziouani, manifestado así su deseo de que esta película sirva para visibilizar su historia y, de alguna manera, servir de referente. "Permite ver que soy directora de orquesta y que hago conciertos. Visibilizar contribuye a avanzar", apostilla.
Con el firme compromiso de hacer accesible la música a todo el mundo, Zahia ha conseguido llegar a los lugares más remotos dando oportunidades a los jóvenes con menos recursos. "A mi lo que me interesa más a día de hoy es ir a tocar por todos lados", admite subrayando que hace unos días ha hecho un concierto en la Philharmonie de París, "una de las salas más bonitas de Europa", pero también ha ido a "pabellones en medio del campo" e incluso a una cárcel no hace mucho. "Incluso en lugares y territorios en el medio rural donde no hay grandes salas de conciertos ni grandes auditorios debería ser posible llevar música y compartirla. El elitismo muchas veces viene porque esperamos que el público acuda a estas grandes salas de conciertos con localidades caras, mientras que para mí la música clásica es música popular, en el sentido noble del término. Y para poder hacerla popular hay que poder llevarla a todas partes", reflexiona.
Ese era su empeño a finales del siglo pasado, no sin una buena dosis de inocencia, pero lo cierto es que lo ha materializado. Un logro que, a su juicio, está también relacionado con el hecho de haber crecido en Sena-Saint Denis, que es "un suburbio parisino donde hay gente muy diferente entre sí, que vienen de todos los lugares del mundo, que tienen unos orígenes sociales y culturales muy diferentes". "He vivido en un barrio donde había también mucha pobreza, pero esto no me ha impedido, junto con mis padres, apreciar la música, escucharla e incluso practicarla y convertirme en directora de orquesta", destaca.
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"Tenía ganas sobre todo de mostrar que la música clásica es justamente una música que no debía ser elitista, sino popular. Y es un poco lo que contamos en la película, cómo poco a poco he imaginado la orquesta Divertimento, por ejemplo en las escenas que ocurren en el centro social, donde se reúnen jóvenes músicos que vienen de entornos muy burgueses y otros de entornos populares con niños en situación de discapacidad. Es así como voy imaginando una orquesta que va a ser diferente y que va a ir al encuentro de las personas. Y eso es lo que hace que hoy la orquesta Divertimento, que festeja los 25 años", relata.
Tras verse en la pantalla grande asegura Zahia Ziouani que ha ganado cierta perspectiva, lo cual le lleva a recordar el "miedo" que sentía a fracasar y que "nunca pasara" el sueño que con tanta fuerza imaginaba. "Otra parte de mí me decía 'agárrate, que vas a conseguirlo'", confiesa, poniendo también en valor los logros en el camino: "Me doy cuenta ahora que fue bastante osado tomar ciertas decisiones, pero estoy contenta de haberlas tomado. Me he visto dividida. incluso a día de hoy. entre 'es tan difícil que no estoy segura de conseguirlo' y, a la vez, tener el coraje de decirme 'Zahia, hay que pelearse'. En medio de todo eso he tenido la suerte de estar muy arropada por mi familia y, por supuesto, haber compartido este proyecto con músicos que también querían que se movieran cosas en el mundo de la música".
Protagonizada por la ganadora del César a Mejor Actriz Revelación Oulaya Amamra (Divinas, Fumar provoca tos) y Lina El Arabi (Brutus vs César) y producida por Easy Tiger y Estello Films, esta cinta fue galardonada en el Festival de Cine de Stony Brook (Estados Unidos), el Cinemania Film Festival (Canadá) y seleccionada en el Festival Internacional de Cine de Odesa (Ucrania). Tras su paso por la muestra de cine Francia está en pantalla de Madrid, la película llega este 27 de octubre a las salas españolas de la mano de Vercine.