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El 'delito' de Carme Chaparro

Begoña Curiel (El libro durmiente)

El libro durmiente comenzó su andadura como club de lectura en junio de 2003. Su nombre hace referencia a la necesidad de rescatar los valores y principios que duermen en el seno de los libros. El libro durmiente se define como una entidad creada sin fin de lucro. Nuestra acción adquiere la condición de voluntariado cultural. Desde el año 2012, correspondiendo con el período lectivo, impartimos los talleres de escritura creativa en dos niveles: básico y avanzado. Finalmente, la invitación a los autores para presentar sus obras o impartir clases magistrales sobre las técnicas de escritura ha dado lugar a la creación de un foro literario donde confluyen los lectores, libros y escritores, compartiendo ideas e inquietudes en pro de la cultura.

Delito

Carme Chaparro

Espasa (2023)

Entretenida, aunque esperaba más. El comienzo es de infarto, pero la trama, un tanto enmarañada, va perdiendo fuerza. Tampoco ayuda que se barrunte demasiado pronto el desenlace.

El suicidio de diez personas de forma simultánea desde un hotel de Madrid es un arranque brutal. A priori las muertes y los fallecidos no tienen relación entre sí. Lógicamente, no será así. Una pequeña pista se convertirá en el hilo del que tira el forense Santi Munárriz.

Es un personaje muy atractivo, que promete. En mi opinión, se sobredimensiona tanto su potencial que se eclipsa a sí mismo. Algo parecido ocurre con el otro personaje principal: Berta Gigliani, la periodista con la que se reencuentra después de haber desaparecido hace años sin dar ninguna explicación. Los sucesos eran su trabajo y, al regresar –mejor no adelantar más–, sigue rodeada de ellos.

El ramo de secundarios, (otra periodista, un pirata informático, la hermana de Santi, el hermano de Berta...) se suma a la enorme marabunta que teje Delito con personalidades extremadamente llamativas. Es lógico que la escritora cree perfiles interesantes para dar intensidad a la trama, pero que todos, todos, –cada uno a su manera y por diferentes motivos– sean tan sorprendentes... no resulta verosímil. Ya sé que con personajes planos no se va a ningún sitio, pero adaptarlos tanto, tanto a tus necesidades narrativas, termina por no ser demasiado sutil.

Mucho más que una novela sobre un infanticidio

De la misma manera intenta llevar a su terreno hechos, circunstancias y diálogos, pero no siempre encajan sin que chirríen. Especialmente, los relacionados con la profesión de Santi. Soy consciente de que los fraudes y chanchullos existirán y no sólo en su oficio, pero que casi no falte ni uno –por así decirlo– no me convence, la verdad.

Delito es excesiva en muchos sentidos, también en cantidad. Sobran páginas que no aportan al nudo principal y a las subtramas, que no son pocas. Y a pesar de todo, hay que reconocer que la novela procura buenos ratos de entretenimiento. También que hay mucho trabajo detrás para elevar un edificio de la dimensión de Delito, por el que pululan mafias que revuelven las vísceras.

Es la segunda novela que leo de Carme Chaparro, pero No soy un monstruo, sin duda, me dejó mucho mejor sabor de boca.

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