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El antifeminismo de Milei pone en pie de guerra a las activistas argentinas

Convocadas por el colectivo “Ni una Menos” varias mujeres participan en una manifestación que ha partido del Congreso, en Buenos Aires en 2021.

Louise André-Williams (Mediapart)

Deslumbrada por el sol que bajaba por la Avenida de Mayo el pasado sábado con las mejillas brillantes de violeta, Mali Solís admite que todavía está en estado de shock. Y no es la única. En este país, referente de los derechos de la mujer en América Latina, el triunfo de Javier Milei en las elecciones presidenciales del 19 de noviembre ha dejado a las feministas consternadas.  

Al nuevo presidente, que obtuvo el 56% de los votos, le gusta describirse a sí mismo como libertario y "anarco-capitalista". Pero también es un furibundo antifeminista. Para Javier Milei, el aborto es el "asesinato de un ser humano indefenso en el seno materno", y va a ser sometida a referéndum la ley de 2020 que lo autoriza hasta la semana 14 de embarazo.

Entre las pancartas del colectivo Ni una menos, una estudiante de 21 años sacude la cabeza y repite, como un mantra: "No, es imposible, no podrá hacerlo". Y tiene sus argumentos: para derogar la ley o someterla a referéndum, Milei tendría sin duda que modificar la Constitución y para ello tiene que reunir los votos de una mayoría absoluta en el Congreso. Una mayoría que su partido, La Libertad avanza (LLA), podría tener muy difícil de obtener, incluso con el apoyo de una parte de la derecha tradicional.  

A Giselle Eiriz, activista de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, no le tranquiliza precisamente el argumento legalista. "Legalmente, sí, es complicado. Pero el Estado hace cosas ilegales todo el tiempo. Los abusos de la policía son ilegales, y sin embargo ocurren todo el tiempo en nuestros suburbios", afirma.

Estamos en alerta máxima.

Georgina Orellano, Secretaria General de Ammar, el sindicato de trabajadoras del sexo

De momento reina la confianza en el joven partido de Javier Milei. Alberto Benegas Lynch, economista libertario y diputado de LLA, confirmó en una entrevista que la derogación de la ley que autoriza el aborto "la salvajada más espantosa" es una de las medidas "prioritarias" del partido. El partido libertario está lleno de ideas para empeorar la situación de las mujeres. Las mujeres serán las primeras víctimas de los drásticos recortes presupuestarios prometidos por Milei. Por si fuera poco, la diputada (y ex cosplayer) Lilia Lemoine quiere proponer una ley que permita a los padres renunciar a su paternidad en los 15 días siguientes al anuncio del embarazo, argumentando que "para seducir a los hombres", muchas mujeres "pinchan los preservativos". 

Amenazas de bomba contra el Ministerio de la Mujer

La primera protesta feminista de Mali Solís se remonta a 2018. Tenía 16 años y se implicó con pasión en la Marea Verde, movimiento feminista que luchó con fuerza por el derecho al aborto. Recuerda con cariño cuando finalmente se legalizó, al inicio del mandato del presidente saliente Alberto Fernández, y la creación del Ministerio de la Mujer, Género y Diversidad, donde la estudiante de Ciencias Sociales soñaba con trabajar algún día. 

"Pero eso era antes", dice con amargura. El ministerio, reconocido por haber impulsado leyes únicas en el mundo (como la de cuotas para personas trans), es uno de los once que el futuro presidente planea destruir "con una motosierra" para ahorrar dinero.  

En vísperas de la movilización, el ministerio en cuestión, que actualmente representa apenas el 0,2% del presupuesto total del Estado y está ubicado a unos pasos de la Casa Rosada, el palacio presidencial, tuvo que ser desalojado. En un comunicado oficial, la institución denunció haber recibido dos amenazas de bomba falsas como culminación de "una serie de llamadas violentas y de odio [...], y de acoso en las redes sociales del ministerio, que se intensificaron después de las elecciones".  

En la manifestación camino del palacio presidencial, varias participantes también denunciaron haber recibido amenazas en las últimas semanas. "Estamos en alerta máxima", dice Georgina Orellano, secretaria general de Ammar, el sindicato de trabajadoras del sexo. Cuenta que el domingo por la noche, cuando los mileístas celebraban su triunfo, un policía las amenazó: "¡Tengan cuidado, porque a partir de ahora se acabaron los derechos humanos para ustedes! 

"Nuestra única solución es la calle"

Vestido con un estampado de mariposas y con el pelo suelto, el activista no binario Irvin Moncada confirma que los actos de violencia contra la comunidad LGTBIQ+ "aumentaron durante la campaña". De origen colombiano, Irvin decidió hace nueve años establecerse en Argentina, "un país reconocido mundialmente por sus avances en derechos para travestis y personas trans", en parte por razones de seguridad. "Sabemos que aquí hay gente que nos quiere encerrar en el armario", dice el activista. "Ante esta amenaza, de momento, nuestra única solución es la calle" añadió.  

Son las cinco de la tarde. Las distintas columnas se amalgaman en la Plaza de Mayo. Frente a la Casa Rosada va tomando forma una mezcla singular, reflejo de las múltiples consignas lanzadas por diversas organizaciones en vísperas de la jornada de movilización mundial. 

Hay muchas banderas palestinas ondeando en respuesta a la convocatoria de "Acción Global Feminista por Palestina", "mujeres, feministas y disidentes del Sur que también han sufrido las consecuencias de la colonización, el imperialismo y las redes de influencia del capital". Atados en el pelo y en las muñecas, se mezclaban los pañuelos verdes de la lucha por el derecho al aborto y los pañuelos rojos por la protección de la infancia. En el suelo, pintados de blanco, los pañuelos de las "Madres de la Plaza de Mayo" forman un lazo lleno de simbolismo. 

Milei, ¿motosierra o ariete de la casta?

Cada jueves, desde hace cuarenta y siete años, estas activistas hacen la ronda por los desaparecidos, víctimas del terrorismo de Estado (1976-1983), cuya existencia niegan impunemente Javier Milei y su vicepresidenta Victoria Villarruel. El 10 de diciembre, en la misma plaza, el inquietante dúo asumirá oficialmente el poder en la Casa Rosada. Donald Trump, Jair Bolsonaro y Santiago Abascal (líder del partido neofranquista Vox) ya han sido invitados a la ceremonia de investidura. Ese día, Argentina conmemorará los 40 años del retorno de la democracia.

 

Traducción de Miguel López

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