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Las científicas reclaman su espacio en un "mundo de hombres" en el que sólo son el 12% en las academias

Un cartel del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la ciencia. Imagen de archivo.

Sofía Henales

"Conozco a menos de cinco fundadoras o cofundadoras de empresas dedicadas al espacio en todo el mundo. Si en la carrera hay 70% hombres y 30% mujeres, en altos cargos el porcentaje es muchísimo menor", afirma la ingeniera aeronáutica Sara Correyero. Ellas continúan infrarrepresentadas en las ramas empíricas, según apuntan los últimos datos de la UNESCO. Hay menos de un tercio trabajando en tecnología, ingeniería o matemáticas, y los números bajan aún más en temas de inteligencia artificial: de cada cinco puestos sólo uno lo ocupa una mujer. Para reconocer el papel que desempeñan en la comunidad científica, la ONU celebra desde 2015 cada 11 de febrero el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la ciencia.

Si ya existe brecha de género en profesiones científicas o investigación, la diferencia se agrava más si miramos su representación en elevadas esferas. Sólo el 18% de las startups españolas han sido fundadas por mujeres, según refleja el último estudio Mapa del Emprendimiento español 2023 elaborado por la plataforma South Summit. Una startup es una empresa joven que pretende crecer rápidamente usando tecnologías. Sara Correyero, Sara Zangri y Clara Fernández lideran compañías de este tipo. infoLibre ha hablado con ellas para que nos cuenten la realidad de su sector y cuáles han sido sus principales obstáculos como mujeres en un entorno masculinizado.

El sector espacial

Sara Correyero lanzó en 2019 IENAI Space, una startup que desarrolla soluciones de movilidad para satélites y crea módulos de propulsión eléctrica. En palabras de su creadora, "son sistemas para que, una vez se ha enviado el satélite al espacio, pueda maniobrar, cambiar de órbita o evitar colisiones". La compañía de esta ingeniera aeronáutica es "la única en España que se dedica a esto", apunta. Pero no lo emprendió sola, sino junto a dos compañeros con los que estudió su tesis doctoral. "Trabajábamos muy bien juntos y teníamos una idea que merecía la pena explorar".

En el sector espacial las cifras de mujeres emprendedoras son notablemente más bajas. "El porcentaje estará en menos de un 5%", dice la ingeniera desde su experiencia. En su opinión, "la falta de referentes femeninos en la ciencia hace que las jóvenes no se decanten por estas carreras". Desde su primera edición en 1901, de 662 premiados sólo 26 mujeres han ganado un Nobel de Medicina, Química o Física. La primera fue Marie Curie, en 1903, por el descubrimiento de los elementos radiactivos. Las cifras de Naciones Unidas indican que ellas son únicamente el 12% en las academias científicas nacionales. Es el mismo porcentaje que opta por cursar un grado de ingeniería o tecnología, según el informe Científicas en Cifras 2023, realizado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.

"Parece que los hombres no se lo piensan dos veces a la hora de emprender, y a nosotras nos cuesta más dar el paso", sostiene Correyero. Nos resulta más difícil, pero lo cierto es que luego nos va mejor. Ahí están las cifras: el 59% de las empresas jóvenes fundadas por hombres fracasan, frente al 27% de las creadas por ellas. Viendo estos números, refiere, "no se explica que se invierta tan poco en proyectos de mujeres". Pese a ser más seguros sólo se les destina un 2% del dinero disponible. "Supongo que influye que hay muchas menos inversoras que inversores", arguye.

La rama psicológica

Para Sara Zangri, que lidera el software Medea Mind, la financiación también ha sido un quebradero de cabeza. "Muchas veces este tema echa para atrás a las mujeres porque, ¿cómo vas empezar un proyecto sin dinero? Yo he encontrado una vía alternativa: la financiación pública", relata esta psicóloga especializada en neurociencia. Su empresa nació en 2022, pero la idea surgió unos años antes mientras estudiaba en Harvard. Allí se dio cuenta de que en nuestro país el tratamiento para la salud mental no daba buenos resultados. "La mitad de las personas que se tratan no mejoran de forma significativa, porque o tienen una recaída o los métodos son inadecuados. Eso significa que no estamos abarcando el problema en su totalidad", cuenta.

El software que ha impulsado con sus socios agiliza el diagnóstico y permite ahorrar varias sesiones de terapia, cuyos precios son inviables para muchos bolsillos. A través de unos formularios que el paciente debe rellenar, la app mide variables como el estilo de vida, la nutrición, la actividad física o el contexto social. Se trata de "un autoinforme breve, una especie de chequeo de salud mental". Siguiendo estos pasos, en diez minutos la persona visualiza en qué punto está. "El objetivo es que la terapia sea transparente y que los profesionales pueden basar sus decisiones clínicas en datos". Eso sí, "no se puede acceder al sistema sin prescripción médica", indica esta psicóloga.

Su deseo de ayudar a estos perfiles la impulsó en su camino laboral, en el que se no se ha encontrado con muchas mujeres. "Hay muy pocas en este contexto específico. Por lo general son hombres, y es sorprendente porque la mayoría de los profesionales de la salud son mujeres". En concreto más del 70%, tal y como apunta el ministerio encabezado por Diana Morant. "Hay algo ahí que nos está faltando", dice Sara Zangri, quien aboga por la representación como un primer paso para avanzar hacia la igualdad. "Tengo muchas compañeras psicólogas con su consulta privada, pero tal vez no tienen el ejemplo de alguien que haya ido más allá". Por eso considera muy importante hablar de negocios entre mujeres.

La salud para la tercera edad

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Clara Fernández diseño la aplicación móvil RX Longevity en 2021, después de 13 años gestionando el balneario médico Cofrentes, que está enfocado a personas mayores de 60 años. Se trata de "una clínica de longevidad online centrada en gente de entre 60 y 75 años. Digamos que es como un spin off del balneario", señala. El programa posibilita trazar un plan de envejecimiento saludable a las personas de la tercera edad. "Tenemos una combinación de parámetros internacionales con un montón de pruebas con inteligencia artificial, con los que ayudamos a entender dónde estás hoy y dónde deberías estar para tu edad y tu sexo".

Asimismo, cuentan con sesiones de coaching e imparten clases sobre fisioterapia o salud cognitiva. Es decir, la aplicación informa de los parámetros a mejorar, y en función de ellos se crea una agenda con actividades a realizar. "Además tenemos chats con diferentes especialistas por si quieres hablar con tu tutor o hacer un seguimiento de los objetivos". Clara Fernández tampoco ha tenido muchos referentes en los que fijarse.

La brecha de género en la ciencia sigue siendo muy profunda. Sin embargo, hay motivos para la esperanza. El porcentaje de investigadoras de nuestro país ha aumentado y supone ya un 42% del personal investigador. También ha crecido su participación en proyectos I+D, tanto en solicitudes como en concesiones, según muestra el Ministerio de Ciencia. Las diferencias todavía son muy notorias y faltan avances para equilibrar las cifras. "Es normal tener inseguridades, pero tenemos que aprender a vendernos mejor y vencer esas inseguridades que vienen de estar en un mundo rodeado de hombres", concluye la ingeniera aeronáutica Sara Correyero.

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