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Sí en los centros de salud, no en las residencias: el alcance de las mascarillas divide a los expertos

Un hombre sale con mascarilla del centro de salud de Guzmán El Bueno, en Madrid, este miércoles.

"Obligatorio el uso de mascarilla". El mensaje vuelve a ser visible desde este miércoles en las puertas de centros de salud y hospitales de toda España. No hay excepciones, ni siquiera las de aquellas autonomías que en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de este lunes se opusieron a una medida que genera un consenso unánime entre los expertos que, no obstante, difieren en la necesidad o no de ampliarla a otros espacios: "La decisión es correcta", celebra el exdirector de Sistemas de Salud de la OMS Rafael Bengoa. "Es oportuna y está bien planteada", añade el profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública José Martínez Olmos. La medida no tiene que pasar por el Boletín Oficial del Estado (BOE).

La decisión, criticada duramente por algunos gobiernos autonómicos como el de Madrid o Galicia —que dijeron que la decisión es "desproporcionada" y "demuestra improvisación"—, pretende dar "respaldo jurídico" a aquellos que ya habían recuperado la obligatoriedad del uso del cubrebocas en sus centros sanitarios. Son seis: el de Cataluña, el de la Comunitat Valenciana, el de Murcia, el de Aragón, el de Asturias y el de Canarias. "El incremento de virus respitarorios nos ha llevado a decidir que en Cataluña la mascarilla sea obligatoria en los centros sanitarios", anunciaba el pasado 5 de enero el conseller Manel Balcells.

El mismo motivo ha llevado a extender la medida a toda España. "Estamos en un rango de incidencia similar a la prepandemia, pero en un rango alto, especialmente en el virus de la gripe, que ha tenido un ascenso agudo y está presentando tensiones en hospitales y centros de salud", detalló la ministra del ramo, Mónica García, en una rueda de prensa celebrada este miércoles, minutos después de hacer llegar la orden a todas las autonomías en virtud del artículo 65 de la Ley de Cohesión del Sistema Nacional de Salud, que avala a su Ministerio para "coordinar y de alguna manera unificar aquellos criterios en los que ponerse de acuerdo".

Pero, concretamente, ¿en qué punto estamos? El Instituto de Salud Carlos III divulga cada semana los datos que recoge su Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (SIVIRA). Los últimos disponibles son los relativos a la semana central de las navidades: aquella que comprende entre el 25 y el 31 de diciembre. En ese momento, siempre según esta estadística oficial, la tasa de infecciones respiratorias ascendía en atención primaria a 952,9 casos por 100.000 habitantes, un 3,4% más que una semana antes, cuando el dato se situaba en 921,7. Si se compara el dato con la primera semana de diciembre, el incremento de la incidencia llega hasta el 82%.

Pero como explicó García, la preocupación sobre todo se sitúa en la situación de la gripe: en tan sólo una semana, la incidencia aumentó un 75,7%, desde los 249,4 casos por 100.000 habitantes hasta los 438,3. Como ya explicaron los expertos a infoLibre, esta explosión se debe a que a su aparición estacional se sumó el desplazamiento del coronavirus que, durante tres años, no dejó lugar de infección al resto de virus respiratorios habituales.

Por eso los expertos reclamaban que la mascarilla se impusiera ya. Para algunos profesionales, de hecho, el Gobierno llega tarde. "La decisión tenía que haberse tomado antes del puente de la Constitución, o a mucho tardar cuando en la segunda quincena de diciembre empezó a observarse el aumento exponencial de los casos, que se están multiplicando semanalmente", considera el portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Lorenzo Armenteros. El uso de la mascarilla, continúa, está pensado para que tenga un "efecto preventivo". "Poco sentido tiene hacerlo obligatorio al borde del pico de contagios", critica. Según coinciden los expertos consultados, las infecciones seguirán produciéndose, al menos dos semanas.

Bengoa se pronuncia en el mismo sentido, aunque es menos crítico con el Ministerio. "Es necesario que el Ministerio encuentre un nuevo modus operandi con las comunidades autónomas, para que estas no se vean sorprendidas con decisiones inmediatas. Es lógico usar ahora las mascarillas, pero también es cierto que aquellas regiones que tomaron antes la decisión acertaron", explica.

La idea es, pues, trabajar en la prevención. "Aunque no lo parezca, epidemiológicamente es complicado anticiparse al comportamiento de estos virus, por eso lo que hay que hacer es, a comienzos de diciembre, ponerse en el peor escenario posible. En este caso hemos llegado a él, tenemos tres virus —covid, gripe y virus respiratorio sincitial, el que provoca la bronquilitis sobre todo en los más pequeños— atacando a la vez y tensionando el sistema de salud. No se puede hacer una planificación perfecta, pero sí vislumbrar cuál podría ser la peor situación y ya tener un plan diseñado para, si hace falta, aplicarlo", defiende Bengoa. Es la idea del Ministerio, que según ha explicado García, pretende trabajar conjuntamente para la próxima temporada los planes de invierno antes de llegar a una situación como la actual.

¿Y en el transporte? ¿Y en las residencias?

En cualquier caso, algunos se preguntan: ¿y en otros espacios? Fuentes de Sanidad confirman a infoLibre que de momento no se ha planteado extender esta medida a lugares como el transporte público —donde ya muchas personas voluntariamente la utilizan— o las residencias —donde los expertos recuerdan que viven las personas más vulnerables a este tipo de virus. Lo explican desde el propio Ministerio en el documento oficial que explica las medidas dictadas este miércoles, consultado por este periódico, que incluye un apartado concreto en el que se habla de "recomendaciones en centros residenciales de personas vulnerables y farmacias".

"Los centros residenciales de personas mayores y personas con discapacidad son los entornos donde viven las personas más vulnerables. Aunque no se recomienda el uso universal de las mascarillas para cuidar el bienestar de los mayores tanto a nivel físico como emocional, se considera necesario tomar precauciones adicionales para proteger a las personas residentes y evitar brotes [...]. Es por ello que [...] se debe asegurar la provisión y uso de mascarillas para el personal que atiende a personas con síntomas compatibles con infección respiratoria aguda y para las personas que presenten síntomas", concreta el texto. "Este nivel se recomendación se hará extensivo también a las oficinas de farmacia", añade.

Martínez Olmos comparte todo esto. "En el ámbito sanitario es donde más benefiicio se va a obtener de esta medida, porque así se protege a los profesionales y a la población vulnerable", señala. Y matiza: en las residencias habría mantenido la obligatoriedad de las mascarillas.

Bengoa también lo implantaría. "En esos centros entran y salen constantemente los trabajadores y no podemos tener otro susto en las residencias. Son los más vulnerables", dice. Armenteros va incluso más allá, apostando por extender la medida a otros espacios en los que el resto de fuentes consultadas no ven necesidad. "En mi opinión no sólo debería haberse puesto en centros sanitarios donde hay enfermos, sino en todos aquellos lugares cerrados donde existe aglomeración, como en el transporte público", sostiene.

A su juicio, la responsabilidad individual adquirida en pandemia ha desaparecido. "Ha habido una especie de hastío o de cansancio pandémico, pero los virus siguen ahí", advierte. Por eso critica duramente que el Gobierno haya establecido la posibilidad de que las autonomías puedan pasar de la obligación a la recomendación de las mascarillas en los centros sanitarios si sus infecciones descienden durante dos semanas consecutivas. "Todo lo que flexibilice y deje la decisión en manos de la política va a ser un error", denuncia. Y apuesta así por recuperar otras medidas como la ventilación o la vacunación.

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Sanidad también incide en ello. "Para disminuir la transmisión a nivel poblacional, se debe insistir en la importancia de las medidas higiénicas como la etiqueta respiratoria [...] o lavado de manos. Asimismo, se debe garantizar una correcta ventilación de espacios interiores, medida que ha demostrado una gran eficacia para reducir el riesgo de transmisión de infecciones respiratorias", señalan en su documento de este miércoles, en el que hacen hincapié en la necesidad de no olvidar esta medida en los centros laborales y educativos.

Respecto a la vacunación, desde el Ministerio también se recomienda incrementar la tasa de cobertura, "una medida fundamental para reducir las complicaciones y gravedad de estas infecciones", sobre todo en los grupos de población más vulnerable. El documento de Sanidad explica que no hay datos de la vacunación de esta temporada, pero que el estudio Gripómetro —cuyos resultados otros años se han asemejado bastante a los que luego se hicieron oficiales— refleja que la cobertura media de las personas de 65 y más años se sitúa en un 63,2%, lo que supondría un descenso de cinco puntos con respecto a la temporada 2022-2023.

Respecto al covid ocurre lo mismo. Según destaca el Ministerio, la cobertura de personas de 60 y más años ha sufrido un descenso de 12,2 puntos con respecto al año pasado y de 10 puntos entre los mayores de 80 años.

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