La ‘Galicia en paz’ del PP da signos de fatiga y abre paso a un escenario electoral muy abierto
En vísperas de unas elecciones municipales, la persona responsable de una entidad acudió a la Diputación de Ourense para interesarse por un asunto pendiente de concretar. La funcionaria que la atendió le dio por garantizado que el trato, con una dotación económica discreta, se iba a cerrar, pero la remitió a después de los comicios para firmarlo. "Porque ahora hay elecciones, aunque aquí eso no influye", resumió. La posibilidad de un cambio de color político, que en aquel caso implicaría la caída de la familia Baltar en sus tiempos de mayor poder, no se contemplaba ni como mera hipótesis. El PP daba por obvio que repetiría y las fuerzas de la izquierda lo veían igualmente evidente, sin posibilidades de que sucediese otra cosa.
Esta misma dinámica caracterizó no pocas convocatorias electorales al Parlamento de Galicia. En las legislaturas del fraguismo más espeso, pero también más recientemente. En 2012, 2016 e 2020 prácticamente nadie manejó como escenario posible que el PP de Alberto Núñez Feijóo fuese a perder la mayoría absoluta en la Cámara y con ella, el Gobierno. Era algo que, simplemente, no iba a suceder.
Un cuadro como este es al que aspiraba a pintar el PP de cara a las elecciones gallegas de este 2024, adelantadas al 18 de febrero cuando, a finales de diciembre, el actual presidente confirmó una decisión que los populares tenían prácticamente tomada, cuanto menos, desde comienzos de ese mes. "Tengamos Galicia en paz", rezaban los carteles que los populares sacaron a las calles y a las redes sociales durante las fiestas de Navidad tras semanas en las que Alfonso Rueda recorrió diversos municipios invitando a cañas de cerveza -sin alcohol- y multiplicó sus apariciones en la TVG, la televisión autonómica gallega.
Una carrera electoral "en paz", sin tensión política, que desembocase en el orden natural de las cosas: otra mayoría absoluta, la quinta consecutiva del PP y la primera con Rueda en el cartel electoral. Un balón de oxígeno para Feijóo en Madrid mientras una nueva hornada de dirigentes populares consolida su dominio en la Xunta frente a la enésima recomposición de la correlación de fuerzas en la izquierda.
Pero el escenario comenzó a cambiar y todas las principales fuerzas políticas que concurren al 18F intentan alargar los límites de lo posible. Galicia "en paz" -para el PP- es un escenario posible, el más probable. Pero también es posible un cambio en el Gobierno. Es cuestión de sensaciones, pero también de números y demoscopia.
Tras la publicación de las primeras encuestas preelectorales, se extiende a derecha e izquierda la percepción de que las elecciones están más abiertas de lo que quisieran los populares, más aún con la crisis de los pellets y su gestión política por parte de la Xunta actuando como aguijón. Unos cuantos miles de votos, especialmente en las provincias atlánticas -que reparten 47 de los 75 escaños del Parlamento- pueden acabar derivando en una mayoría progresista, sobre todo en un contexto de movilización del electorado urbano. Es lo que leen ojos expertos en la letra pequeña de las encuestas y así es también analizado en las salas de máquinas de los principales partidos.
Un PPdeG con la G de Génova y no de Galicia
En esta línea, el actual presidente Rueda se está esforzando en las últimas semanas en trasladar a los cuadros del PP en público que las elecciones no están ganadas. Es la idea central alrededor de la que giran sus discursos más allá de nuevas propuestas programáticas o de la tradicional apelación a la "isla de estabilidad" gallega. Pero esas declaraciones públicas, divulgadas por el partido en notas de prensa y que podrían interpretarse como una apelación a la movilización del electorado más fiel, para que no se confíe, coinciden con el mensaje que se está esparciendo internamente. Lo que hace solo un par de meses era confianza amparada en supuestas encuestas que ratificaban una amplia mayoría absoluta giró en las últimas semanas en una serie de movimientos que despiertan inquietud en el partido.
El equipo que logró las cuatro mayorías absolutas para Feijóo se fue con él a Madrid hace año y medio. Este descabezamiento obligó a Rueda a construirse un gabinete propio tanto en el partido como en la presidencia de la Xunta. Sin embargo, en las última semanas algunas figuras relevantes del equipo de Feijóo en la madrileña calle de Génova volvieron a la Xunta o están asesorando directamente a Rueda, lo que abrió la puerta a momentos incómodos con el equipo del actual presidente.
Al mismo tiempo, ya no están tan claras las declaraciones de Rueda apelando a galleguizar estas elecciones. Desde un primer momento era deseado para todo el PPdeG que Feijóo participara activamente en los comicios. Pero los modos empleados no siempre revelaron coordinación con Galicia.
El mismo día en el que Rueda desveló la fecha de los comicios se anunciaba desde Madrid que Feijóo tendría una caravana electoral propia. Además, para este domingo está convocado en A Coruña un acto con barones autonómicos del partido y para el próximo fin de semana, una reunión en Ourense de las direcciones de los diversos grupos parlamentarios del PP en el Congreso, Senado o Parlamento Europeo en la que Feijóo tendrá un papel destacado con asuntos como la amnistía a los independentistas catalanes comandando la agenda. Se trata de actos que seguirán diluyendo esa pretendida galleguización de los comicios, a la que parece que ya renunció el propio Rueda, que en las últimas jornadas está presentando a Pedro Sánchez como su principal competidor.
"El escenario más abierto en 14 años" para un optimista BNG
La hipótesis de llegar a la recta final de cara al 18F en un contexto en el que se extienda la percepción de que el cambio es posible, considerada -y temida- en el PP, se maneja también en la formación que actualmente comanda la oposición y que, según las diversas encuestas, más posibilidades tendría de lograr la presidencia en ausencia de mayoría absoluta de la derecha, el BNG. En el contorno de su portavoz nacional y candidata, Ana Pontón, reiteran en público y en privado que el panorama electoral gallego es "el más abierto en 14 años", desde la caída del Gobierno de coalición en 2009, y consideran que ver a su líder en la presidencia es algo difícil, pero que puede suceder.
"Hay partido", resumen fuentes del Bloque consultadas por Praza.gal. En el equipo de Pontón manejan datos "nunca vistos" en cuanto a perspectivas de representación en el nuevo Parlamento y, sobre todo, de valoración ciudadana de su candidata, que además es "la líder preferida" entre electorado que en convocatorias anteriores votó por otras fuerzas de izquierda. "Tenemos una posición de partida muy buena", agregan en un contexto en el que, creen, su percepción es reforzada por observar al PP "tan nervioso": "No estamos acostumbrados a verlos así ni a que den muestras de debilidad como en la gestión comunicativa" de la crisis de los pellets, apuntan.
En este contexto, en la dirección de la formación soberanista está asentada la convicción de que "hay posibilidades reales de cambio" y que una de las claves será llevar a las urnas electorado de la izquierda que suela abstenerse en los comicios gallegos. Para este objetivo valoran la necesidad de una carrera electoral intensa y dan especial relevancia al impacto que pueda alcanzar su presidenciable en el debate electoral previsto por la Corporación Radio e Televisión de Galicia (CRTVG) para el primer lunes de la campaña. El sentimiento que se extiende por la formación, ilustran dirigentes consultadas, se parece al experimentado por el BNG compostelano durante la campaña de las elecciones municipales del pasado 2023, en la que, con el paso de los días, la posibilidad de que Goretti Sanmartín llegase a la alcaldía pasó de idea forza a posibilidad tangible. Ese sentimiento lo acrecentan movimientos como la firma de este domingo entre Pontón y Martiño Noriega del pacto del Bloque con Anova para el 18F, un relevante mensaje político, más allá de la estricta aritmética electoral, doce años después de las traumáticas escisiones en la formación.
La implicación de la dirección del PSOE con Besteiro
La monitorización de la situación preelectoral en el seno del Bloque mira también con atención los movimientos en lo que sería el otro pilar clave en un eventual cambio, el PSdeG. Especialmente en lo que alcanza al efecto de la implicación en las elecciones gallegas de la dirección federal del PSOE, con Pedro Sánchez a la cabeza, que la próxima semana desembarcará de vez en Galicia con la celebración en A Coruña de su conferencia política. Se trata de un acto de primera orden en la agenda del partido en el que está previsto también la participación del que se reveló como uno de los grandes activos socialistas en las elecciones municipales y generales del pasado año, el ex-presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Ese será el lanzamiento definitivo de la carrera de los socialistas de cara al 18F.
Con José Ramón Gómez Besteiro como aspirante a la presidencia de la Xunta, los socialistas gallegos son conscientes de que juegan dos batallas en una. Tienen que volver a dar a conocer en la comunidad a su candidato tras siete años de ausencia de la esfera pública –"tenemos que hacer en poco tiempo lo que otros hicieron en veinte años"– y mejorar los resultados electorales precedentes en un contexto en el que, sostienen fuentes consultadas por Praza.gal, existe "una ventana de oportunidad" para cambiar el Gobierno, ahora mayor, con la gestión de la crisis de los pellets, que observan como una brecha en la credibilidad de Rueda y su equipo.
"Existe la oportunidad, es real y es factible", sintetizan desde el contorno del equipo de Besteiro, desde donde sostienen que tanto la labor del candidato como la de Sánchez y los demás cargos del PSOE que acudan a "reforzar" la campaña será estimular la participación del electorado que escoge la papeleta socialista en los comicios municipales o generales para que haga lo propio en las gallegas y no "quede en casa". Siempre en clave de "agenda gallega" mientras el PP, auguran, no logrará evitar que el gabinete de Feijóo utilice los comicios gallegos en clave de "plebiscito" contra Sánchez.
Si lo logran, mantienen, "dan las cuentas" para tener una mayoría de izquierda y, sobre ella, conformar un gobierno en el que Besteiro no tendría "complejos para llegar a acuerdos". No en vano, recuerdan, su experiencia de gobierno en la Diputación de Lugo y antes en el Concello lucense estuvo apoyada, precisamente, en coaliciones con el BNG. Todo esto, agregan las fuentes consultadas, en un contexto en el que Besteiro explotará su perfil negociador para lograr inversiones del Estado en Galicia y en el que, resaltan, movimientos como la incorporación a las listas de, hasta ahora, la alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, muestran que el PSdeG valora como real la posibilidad de que la izquierda logre volver a gobernar en Galicia década y media después.
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Así leen el panorama electoral, a poco más de un mes de la cita con las urnas, las formaciones que estarán con total seguridad en un Parlamento en el que también aspiran a ser determinantes cuanto menos otras dos formaciones de características diferentes, Sumar y Democracia Ourensana (DO). El partido impulsado por la vicepresidenta y ministra Yolanda Díaz considera que, con Marta Lois como cabeza de cartel, está en condiciones de disputar los escaños finales de las circunscripciones de A Coruña y Pontevedra que, defienden, pueden ser sinónimo de mayoría de izquierdas y cambio de Gobierno. Lo hacen tras la ruptura con Podemos, que también concurre, y que pueden no llegar a la barrera del 5% que es imprescindible para participar en el reparto de escaños.
DO, por su parte, vuelve a las elecciones gallegas tras su ausencia en 2020 en virtud del pacto que habían firmado un año antes con el PP. El partido de Gonzalo Pérez Jácome concurre solo en la circunscripción ourensana con una lista encabezada por Armando Ojea, dirigente de la máxima confianza de un alcalde ourensano que aspira a tener la llave del próximo Gobierno de la Xunta con uno o dos escaños que condicionen un juego de mayorías en lo que no es descartable que entre también en juego el voto exterior, el del Censo de Residentes Ausentes (CERA), que hace cuatro anos ya movió un diputado, precisamente, en la circunscripción ourensana.
Aquí puedes leer el texto original en gallego.