El auge de la extrema derecha

Junts endurece su discurso contra los migrantes ante el auge ultra de Aliança Catalana y Som Identitaris

La líder de la formación independentista de extrema derecha Aliança Catalana, Silvia Orriols, ganadora de las elecciones locales en la localidad de Ripoll (Girona).

Una semana después del acuerdo entre PSOE y Junts que salvó in extremis dos de los tres primeros decretos del Gobierno, la delegación de competencias en materia de inmigración a Cataluña —y el alcance del acuerdo— sigue estando en el centro del debate. Los posconvergentes aspiran a que dentro de esa cesión se encuentren cuestiones como el control de los flujos migratorios, los permisos de residencia o la deportación de migrantes que reincidan en múltiples delitos. "Si se expulsa o no a los multirreincidentes se tiene que decidir desde Cataluña", aseveraba la pasada semana el número dos de Junts, Jordi Turull. Sin embargo, fue el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el que situó esta cuestión fuera del acuerdo: "Todo lo que tiene que ver con el control de fronteras y la lucha contra la inmigración irregular está residenciado en el Estado", defendió el pasado lunes en Radio Nacional de España (RNE).

La formación de Carles Puigdemont lleva semanas incidiendo en la cuestión migratoria. El pasado mes de diciembre alcaldes de la comarca del Maresme organizaron un pacto público para señalar a colectivos migrantes como responsables de un malestar social creciente en la zona. Marc Buch, alcalde de Calella, exigió la expulsión inmediata de delincuentes reincidentes que se hallen en situación irregular en España, situando en el punto de mira a aquellos de origen marroquí. "Si no han venido a integrarse y a trabajar como hace la mayoría de la población, no tienen cabida en nuestra casa", aseguró, un discurso calcado casi palabra por palabra de los que realiza Vox, que logró seis ediles en esa comarca en las últimas elecciones municipales.

Días después una de las diputadas de Junts en el Congreso, Marta Madrenas, cuestionaba el reparto de migrantes por parte del Estado central tras la crisis en Canarias. "Su reparto no tiene ninguna lógica, ni por población, ni por PIB, ni por capacidad de acogida", denunciaba en una intervención en la Cámara Baja, lamentando que el porcentaje de Cataluña fuera superior al de Andalucía o Madrid.

No es casual que Junts haya situado la inmigración como una de sus prioridades políticas a pocos meses de las elecciones catalanas. Se trata de una medida estrategia que responde al temor de que formaciones como Aliança Catalana, liderada por la alcaldesa de Ripoll (Girona), Sílvia Orriols, encabece una lista en esos comicios y que parte de su potencial electorado se refugie en ella como la alternativa. Una competición en la que podrían participar más actores como el líder de Som Identitaris y concejal de Vic, Josep Anglada, que también ha hecho bandera del rechazo a la inmigración, o el Front Nacional de Catalunya (FNC).

Así lo trasladan los periodistas Miquel Ramos, experto en movimientos de extrema derecha, y María Creixell, coordinadora de la plataforma Obrim Fronteres. "A medida que se aceptan discursos y acciones más extremas como Som Identitaris o Aliança Catalana, el resto del arco político de la derecha tiende a moverse más a la derecha para evitar la fuga de votos hacia estos partidos de extrema derecha", afirma Creixell. Ramos coincide: "Hay una competencia en el espacio de la derecha catalana". A esa competición le atribuye que Junts "copie" su discurso. "Lo de las competencias en migración es un globo sonda para ver qué dice la gente. Están probando cómo les funciona, pero el resultado es contradictorio. Un día se manifiestan contra los CIE y otro hacen los mismos discursos que Vox. No tienen una identidad clara", afirma

El auge de la extrema derecha catalanista

Plataforma Per Cataluña (PxC) fue el precursor de lo que hoy en día es Som Identitaris (SOMI). Sus orígenes se remontan a 2002, un año antes de que Josep Anglada se postulara como alcalde de la localidad de Vic (Barcelona). Un cargo que ocupó durante 16 años consecutivos —del 2003 al 2019—, hasta que fue condenado en mayo de 2019 a dos años de prisión y de inhabilitación por amenazas a un menor de edad que militaba en Arran. Por el camino fue expulsado de PxC por parte del consejo ejecutivo del partido y creó SOMI. Con una oposición frontal a "la inmigración que amenaza la identidad de pueblos milenarios" en las pasadas municipales su candidatura consiguió dos ediles en Vic, con el 8,82% de los votos, aunque se quedó fuera de otras tres localidades en las que se presentaba: Barcelona, El Vendrell (Tarragona) y Santa Oliva (Tarragona).

A juicio de Creixell en Cataluña ha habido una "aceptación, normalización y legitimización" de los discursos anti inmigratorios en el ámbito político. "Ya existía Plataforma Per Cataluña pero, a medida que se ha ido extendiendo el discurso xenófobo e islamófobo, se ha ido aceptando socialmente porque tampoco hay una respuesta o una consecuencia cuando se utilizan estos discursos", lamenta. Y añade: " Los partidos catalanistas no por ser catalanistas son antirracistas o más de izquierdas". Una afirmación que comparte Ramos y señala que la extrema derecha catalanista está "siguiendo los pasos" que ya dio Anglada.

Es lo que le ha ocurrido a Aliança Catalana, que obtuvo 6 ediles y un 30,76% de los votos en la localidad de Ripoll (Girona) y logró un concejal en las otras dos localidades donde presentó candidatura: Ribera d'Ondara (Lleida) y Manlleu (Barcelona). Su líder, Silvia Orriols, tiene postulados abiertamente racistas —recientemente ha abogado por restringir el empadronamiento a los migrantes— con un discurso pro catalanista. "La reconquista de Cataluña comienza en Ripoll", aseguró cuando fue elegida alcaldesa. Junts fue clave para ello, al no querer apoyar la lista alternativa.

"Lo del empadronamiento ya lo hizo en su día CIU, lo que hace es copiar lo que hacen otras extremas derechas. No es un fenómeno nuevo, lo único que es que lleva detrás la bandera catalana", subraya Ramos, que considera que Orriols se ha "aprovechado" del desencanto tras el procés: "Hay una parte de la población que pensaba que la independencia iba a ser muy fácil y cuando se comprueba que no es así surgen Mesías, como es ella, que se venden como una suerte de salvapatrias". Sobre el discurso migratorio, Creixell cree que "en un contexto de precariedad laboral, de acceso a la vivienda... es más fácil echar la 'culpa' a lo diferente que analizar las causas de esta precariedad y las políticas que las agravan o las pueden aliviar".

Aunque es más minoritaria, el Front Nacional de Catalunya también se define como independentista y contrario la migración. La formación se presentó en 10 municipios, consiguió la mayoría absoluta en La Masó, un pueblo de 285 habitantes en la provincia de Tarragona, con cuatro concejales y el 54,49% de los votos, e irrumpió en el Ayuntamiento de Manresa (Barcelona), con dos ediles y un 6,48% de los sufragios emitidos.

La extrema derecha tiene presencia en 81 municipios catalanes

Jordi Turull, pieza clave de Junts cuya relación quiere engrasar el PSOE

Jordi Turull, pieza clave de Junts cuya relación quiere engrasar el PSOE

La presencia de la extrema derecha —españolista y nacionalista— en Cataluña ha aumentado tras los comicios municipales del pasado mes de mayo. Vox, la formación presidida por Santiago Abascal, se situó como la octava fuerza con representación en 75 municipios repartidos por las cuatro provincias: Barcelona, Girona Tarragona y Lleida. Aunque en las antípodas en lo que se refiere respecto a la posición sobre la unidad de España, sí coinciden en los postulados migratorios con Aliança Catalana, FNC y SOMI, por lo que el discurso ultra está presente en 81 municipios de los 947 totales.

"Ahora mismo, gracias a partidos como Vox y anteriormente Ciudadanos o Plataforma por Cataluña, el discurso racista e islamófobo da votos", lamenta Creixas. También alude al hecho de que el derecho a voto esté limitado a las personas que tienen nacionalidad española y aquellos cuyos países tienen acuerdos de reciprocidad, lo que provoca, a su juicio, una situación de "personas blancas, europeas y en situación de privilegio" a las que le "cala" ese discurso porque "da una explicación a una situación que nosotras consideramos que es estructural y no tiene que ver con el origen o la religión".

Ramos, por su parte, destaca el discurso islamófobo como la principal bandera que exhiben los partidos anteriormente citados, pero cita algunas más. "Como todas las extremas derechas a nivel global, no cuestionan el status quo. Son profundamente neoliberales, antifeministas, anti-izquierda. Son serviles y dóciles ante los poderosos y muy virulentos contra los vulnerables", zanja.

Más sobre este tema
stats