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Cuatro suicidios y una serie de televisión después, Reino Unido intenta saldar su "mayor error judicial”

Cartel de Royal Mail informando sobre una huelga de sus trabajadores el pasado mes de diciembre.

Marie Billon (Mediapart)

Londres (Reino Unido) —

Tony Downey tuvo que irse a Francia en 2009 y luego a España con su mujer y su hija. "No podía seguir viviendo en Inglaterra. Tenía que estar lo más lejos posible de la comunidad que pensaba que les había traicionado". Tony, de 57 años, y su mujer tuvieron que cambiar todos sus planes de vida tras los disgustos que padecieron como encargados de una oficina de correos en Hawkshead, en el noroeste del país, entre 2002 y 2007. 

La historia de Tony es un claro ejemplo de este escándalo. Cuando se hizo cargo de la franquicia –del mismo modo que se compra el fondo de comercio de una tienda, pero un fondo de comercio en este caso supervisado por el organismo público que es Royal Mail ya se había instalado el sistema informático de contabilidad Horizon. Empezaron a aparecer errores contables y se multiplicaron. 

Su contrato, como el de cada uno de los administradores de correos, especifica que cualquier déficit es responsabilidad suya. Así que Tony empieza a ingresar su propio dinero en caja. Al principio, comparte sus preocupaciones con su mujer, que también trabaja a tiempo completo en la misma oficina. "Una vez tuvimos un déficit de 3.000 libras, y ella se puso a buscar el dinero en las papeleras por si se le hubiera caído". Las tensiones entre la pareja aumentaron y la mujer de Tony empezó a culparle. "Dejé de hablarle de ello". 

En 2005, Tony fue sometido a una auditoría. Fue suspendido, pero consiguió saldar el déficit y la oficina sólo estuvo cerrada un día. "La gente empezó a hacerse preguntas. Fue muy embarazoso.” Pero el problema no se resolvió. El dinero seguía desapareciendo misteriosamente. Se pasaba las tardes repasando la caja y horas al teléfono con el departamento técnico de Fujitsu, creador del programa de contabilidad. 

Le dicen que es la única oficina con déficits. Falso. Le aseguran que es imposible acceder a distancia a las cuentas de las sucursales y que nadie puede modificar sus cálculos. También falso. A veces le dicen que el saldo se equilibrará de forma natural a final de mes –"nunca ha sido el caso"– y otras que él es el responsable y tiene que devolverlo de su bolsillo, cosa que hace

Tony paga más de 35.000 libras (40.000 euros) en total, dice. Cae en depresión. Ya no se atreve a volver a casa y duerme en un hotel con desayuno cerca de la agencia. "Si hubiera cogido la moto, me habría matado". En 2007, consiguió vender la franquicia. "Estaba valorada en 140.000 libras [164.000 euros]", y la vendió por 100.000 libras [117.000 euros], apurado por deshacerse de ella. 

Desde entonces, Tony no ha sido capaz de trabajar. Ayudó un poco a su mujer, que regentó una casa rural en Francia durante unos años, pero sus ataques de pánico y ansiedad le han impedido volver a trabajar. Depende de las prestaciones por incapacidad, que ascienden a 120 libras (140 euros) a la semana. Incluso ha tenido que liquidar su plan de pensiones para vivir al día. 

Las víctimas se unen

Hoy, Tony cuenta su historia a quien quiera escucharle. En cierto modo tiene suerte", dice, "nunca ha sido acusado formalmente". Entre 1999 y 2015, fueron procesados miles de gestores de agencias, y novecientos fueron condenados por robo, fraude y falsificación de cuentas. Se han suicidado al menos cuatro personas. La vergüenza y la culpa –"pensé que era culpa mía", dice Tony– se convertían a veces en un insoportable sentimiento de injusticia, incluso después de haber abandonado el Reino Unido. 

Pero Tony se da cuenta de que no está solo. Los directores de las agencias empiezan a comunicarse entre sí, a organizarse y a hacer oír su voz. En 2009 se creó la Justice for subpostmasters alliance (Alianza por la justicia para administradores de correos) que, con el apoyo de un diputado, consiguió llamar la atención del Gobierno. En 2017, 555 gestores de agencias organizaron una class action, una demanda colectiva ante la justicia. Dos años más tarde, el Tribunal Superior de Justicia confirmó que el software Horizon tenía fallos importantes: la mayoría de los acusados eran víctimas de errores informáticos y totalmente inocentes. 

Comenzó la batalla para limpiar sus reputaciones y obtener una indemnización. 

Muchos directivos de agencias estaban convencidos desde hacía tiempo de que el culpable era el software. Mark Kelly y su esposa se habían hecho cargo de la oficina de correos de su madre en Swansea (Gales) en 2003. Por entonces eran veinteañeros y Mark había estudiado informática, pero quería "trabajar para la comunidad". A Mark le ocurrió lo mismo y con los mismos efectos devastadores en la salud mental que a Tony. 

Programas de indemnización

"En enero de 2007 me interrogaron y lo único que querían saber era dónde estaba el dinero, qué había pasado con las 13.000 libras que faltaban. Les dije que no lo sabía, que el dinero estaba allí por la tarde y había desaparecido al día siguiente". Mark estaba convencido de que había un problema con el programa. Se lo contó a los interrogadores de Royal Mail, un organismo público que tiene derecho de erigirse en fiscal. Mark dice que no querían oírlo e incluso le amenazaron para que se callara. 

"En aquel momento, mi mujer vivía en el Reino Unido con un visado, porque no es británica. Dijeron que iban a acusarla y que la echarían del país sin derecho a volver". Mark se callaba, pero sufría en silencio. Le cerraron automáticamente la oficina de correos, aunque nunca llegó a ser acusado. Se fue de Swansea pero permaneció en el Reino Unido. Tampoco él estaba ya en condiciones de ganarse la vida. "Mi mujer y yo queríamos tener hijos, pero con todo eso era imposible. Ya tenemos más de 40 años, es demasiado tarde". 

Invitado a menudo a la televisión, Mark va con su perrito en brazos para tranquilizarse, pero lucha por exigir justicia y una indemnización adecuada para él y los condenados injustamente. 

“El gobierno ha puesto en marcha tres sistemas de indemnización diferentes, uno tras otro", explica Richard Moorhead, profesor de Derecho de la Universidad de Exeter y asesor de ministros británicos en materia de indemnización a las víctimas. “Esto se debe a que las autoridades han ido respondiendo a medida que aumentaba la presión política, en lugar de hacer las cosas bien desde el principio y en su totalidad". 

Pero el pago de las indemnizaciones ha sido más lento de lo esperado, y el gobierno se disculpó por ello en enero. Fue la serie Mr. Bates vs Post office, emitida en ITV durante las vacaciones de Navidad, la que cambió todo. El 10 de enero de 2024, el primer ministro Rishi Sunak describió el escándalo como "el mayor error judicial de la historia británica", anunciando la introducción de un nuevo programa de indemnizaciones, "sin precedentes" según Moorhead. Hasta ahora, el gobierno decía que era imposible anular todas las condenas sin examinarlas caso por caso", recuerda Mark Kelly. “Pero es lo que han decidido hacer.”

¿Qué indemnización hay que pagar a alguien que ha sido considerado un ladrón durante veinte años?

Richard Moorhead, profesor de Derecho

“A riesgo de exonerar a algunos culpables", dijo un ministro, "el gobierno va a aprobar una ley que anula las condenas a condición de que cada individuo firme una declaración de inocencia, que podría dar lugar a un proceso judicial si resulta ser mentira. Al anularse la condena, esas personas tendrán acceso a una indemnización, lo que era imposible mientras siguieran siendo oficialmente culpables. 

Se ofrece un total de 600.000 libras (700.000 euros) a las 900 personas condenadas. “Para algunos es una buena cantidad", afirma el profesor Moorhead. “Todos tienen asesoramiento jurídico y sus abogados lo confirmarán o no. Pero algunos aceptarán el dinero aunque podrían o deberían ser indemnizados con una cantidad mayor, porque quieren acabar de una vez". 

Tony dice que sólo ha recibido 10.000 libras, mientras que "Correos estimó sus pérdidas en 35.542,99 libras, sin incluir los intereses". Mark ha recibido una indemnización de unas 80.000 libras. "Hemos perdido nuestra casa, nuestro negocio, nuestros ingresos. Ya no puedo trabajar. He intentado suicidarme varias veces. Todo vale mucho más que eso, porque hay que ponerle precio". 

Richard Moorhead analiza este enigma. "¿Con cuánto se debe indemnizar a alguien que ha sido considerado un ladrón durante veinte años? ¿Cuánto habría ganado en dos décadas si hubiera seguido trabajando en Correos o si hubiera podido trabajar en otro sitio sin ese estigma de delincuente? Los contables tienen sus propios mecanismos para estimarlo. Así que hay algo de ciencia, pero mucho de conjeturas y arbitrariedad". 

En el marco de la investigación pública iniciada en 2020 y aún en curso, el creador del programa Horizon, la japonesa Fujitsu, se disculpó en enero y se ofreció a contribuir al paquete de compensaciones. Esto aliviará la carga de los contribuyentes, pero no beneficiará a las víctimas, a quienes les gustaría conocer toda la historia. 

El dinero que faltaba en las arcas de las oficinas de correos puede haber ido a parar a una cuenta temporal de Royal Mail dedicada a transacciones no identificadas. Esto significaría, según la web PostOfficeScandale.co.uk, que Correos podría haber inflado sus beneficios al recibir dos veces las mismas sumas: las pagadas por los clientes y las "reembolsadas" por los directores de sucursal asustados por los inexplicables déficits en sus cajas.

Expectación en Reino Unido

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Traducción de Miguel López

 

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