¿Por qué Macron se ha convertido en el mayor enemigo de los riders europeos?

En Europa hay más de 30 millones de trabajadores de plataformas como Uber, Glovo y Deliveroo, de los que  más de 5,5 millones son falsos autónomos. Para acabar con esto, la Unión Europea propuso una nueva ley que les garantizara unos derechos mínimos para los riders, como el salario mínimo, la limitación de la jornada laboral o el derecho a subsidios y pensión de jubilación.

La directiva está inspirada en la ley española, una de las más avanzadas en toda Europa y que acababa con la figura de los falsos autónomos. Además, buscaba proteger más a estos trabajadores ¿cómo? Por ejemplo, prohibía  a las plataformas procesar el estado emocional y psicológico de los trabajadores, sus conversaciones privadas y su actividad sindical. También impedía que las empresas despidieran a los riders basándose en algoritmos.

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Sin embargo, la directiva ha ido perdiendo durante la negociación muchas de las intenciones tan ambiciosas que tenía al inicio. En un principio, el Parlamento quería que la relación laboral, ya fuera en forma de autónomo o asalariado, se reconociera de forma automática. Este presupuesto cayó rápidamente y se acabó acordando que los trabajadores debían cumplir al menos dos de las cinco condiciones especificadas en la ley. El cambio fue paso atrás que no evitó que cayera por la completa oposición de Francia. 

Fue el primer tropiezo de la ley, pero no el último. Durante el pasado mes de febrero y ya dentro de la presidencia belga del Consejo, se volvió a llegar a un acuerdo entre todas las instituciones europeas. El pacto modificaba aún más la directiva, que quedaba en una normativa muy poco ambiciosa y hecha a la carta para los estados. Del deseo de tener un criterio europeo, se pasó a que la relación laboral fuera establecida por la legislación de cada país.

Pero ni eso logró doblegar a la oposición francesa y por segunda vez, vetaron su aprobación junto a Alemania y otros estados. En este punto, la pregunta es ¿por qué Macron se opone sistemáticamente a la legislación por muchos cambios que se hagan? La respuesta, según los partidos de izquierdas de la Eurocámara, está en la influencia que tienen los lobbies cercanos a Uber en el presidente francés. El tiempo se acaba y con unas elecciones europeas en el horizonte en las que se prevé un ascenso de la derecha, la ley corre el riesgo de quedarse olvidada en un cajón de Bruselas.

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