Zapatero e Irene Montero se suman a la iniciativa ciudadana para blindar el aborto en la UE

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y la exministra de Igualdad Irene Montero han asistido este miércoles a las jornadas La extrema derecha global contra las mujeres, organizadas por el movimiento Mi voz, mi decisión en Madrid. Ambos líderes políticos han aparecido entre el público y han suscrito con sus firmas la iniciativa que pide blindar el aborto a nivel europeo, una propuesta planteada por distintas organizaciones feministas que aspiran a alcanzar el millón de rúbricas antes de las elecciones europeas. 

"España tiene herramientas legales para garantizar el derecho al aborto, pero lo que necesitamos es que la ley se cumpla", ha reivindicado la exministra en declaraciones a los medios. Montero ha denunciado las fallas a la hora de aplicar la ley del aborto que reformó su equipo y ha cargado contra las administraciones que ponen trabas a la hora de vigilar su cumplimiento. "Tenemos una ley aprobada en la anterior legislatura que mandata que todas las mujeres puedan acceder al derecho al aborto en un centro de salud público cercano a su domicilio, porque también hay barreras de clase, pero hay territorios donde somos conscientes que no se cumple", ha subrayado.

La exministra ha puesto el foco también en la objeción de conciencia y en la obligación de confeccionar listados autonómicos para evitar que los objetores lastren el acceso al aborto, una tarea que no se está cumpliendo. "Se tiene que compatibilizar el derecho de las mujeres al aborto con la objeción de conciencia de los profesionales médicos, pero sabemos que hay comunidades autonómas que lo están retrasando", pero además, ha lamentado, "el Ministerio de Sanidad y el Gobierno no están haciendo nada" para evitarlo.

Preguntado por infoLibre, el Ministerio de Sanidad ha respondido a las críticas de la exministra a través de Pedro Gullón, director general de Salud Pública y Equidad en Salud. "La aplicación de la ley del aborto es una competencia autonómica", si bien es cierto que el ministerio de Mónica García tiene la obligación de elaborar un "protocolo común para el registro de objetores de conciencia". Algunas comunidades, ha reconocido, se están "escudando en eso", pero es el Consejo Interterritorial quien tiene que alcanzar un "acuerdo coordinado". "Estamos en ello", ha completatado Gullón. Contar con "un buen registro" servirá además para garantizar el acceso al aborto, porque ahora el asunto de los objetores "es bastante desigual" entre las autonomías. "Tener un registro nos permitirá elaborar un mapa de recursos para las personas que quieran ejercer ese derecho y en caso de que haya lugares con objetores, tener capacidad para saber cuáles son los recursos más cercanos", ha zanjado.

En el contexto europeo, la también candidata por Podemos al Europarlamento ha resaltado la importancia de llevar la iniciativa ciudadana planteada por Mi voz, mi decisión al plano institucional. "Es importante tener un marco europeo" para que el continente "garantice, al margen de cada territorio, el derecho al aborto legal, seguro y gratuito". En ese sentido, ha señalado que "a nivel europeo hay que impulsar el mayor rango normativo posible que blinde el derecho al aborto y mientras tanto seguir trabajando en nuestro país". 

"Nos tendrán enfrente"

Lo que está enfrente, ha subrayado la exministra, es la fuerza de "los reaccionarios" que han situado "los derechos de las mujeres como enemigo público número uno. Por eso, cuanta mayor arquitectura de políticas públicas y de legislación europea tengamos para blindar derechos más difícil será que alguien tenga la osadía de echarlo para atrás".

La periodista Cristina Fallarás, una de las organizadoras de la iniciativa y ponente en las jornadas, se ha centrado precisamente en ese frente: el avance de la extrema derecha y su ofensiva contra los derechos de las mujeres. "Nos equivocamos si pensamos que en España porque tenemos un Gobierno progresista no está pasando ya".

La entrada de la extrema derecha en las instituciones tiene además, a su juicio, una consecuencia directa sobre la movilización social: "El movimiento asociativo empieza a diluirse y la lucha desaparece. Por eso este movimiento es tan importante, porque el único movimiento universal capaz de plantar cara a la extrema derecha es el feminismo". Lo que ahora resuena como amenaza ultra, ha advertido la periodista, empieza a echar raíces en las instituciones y en las calles. "Si la extrema derecha llega, nos tendrán enfrente y nos tendrán articuladas. Hay que crear músculo para cuando eso suceda".

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Y la clave está, opinan las feministas, en las alianzas internacionales. Tina Tomšič, feminista eslovena (país donde nace la iniciativa), se ha detenido precisamente en este punto y en cómo el trabajo invisible de las feministas puede aspirar a convertirse en un gran frente común ante los tentáculos de la extrema derecha. "Cuando la situación empezó a cambiar en Estados Unidos y en Polonia, supimos que teníamos que hacer algo en Europa", ha planteado durante su intervención, "crear una comunidad y acudir a otros países" porque "no sabemos cuándo se puede limitar el derecho al aborto en cualquier otro país". 

Feministas de distintos países llevan meses de trabajo a sus espaldas: reuniéndose, escuchándose, pensando juntas qué estrategias son útiles para blindar el derecho al aborto y bebiendo de sus experiencias. En Francia, un grupo de mujeres celebraba a finales de marzo en los aledaños de la Torre Eiffel que sí era posible conseguir victorias. Lo hicieron después de que fuera oficial: el aborto quedaría blindado en la Constitución. "La gente decía que nunca lo íbamos a conseguir, pero es importante saber que sí tenemos el poder de cambiar las cosas". Habla Alice Coffin, feminista francesa y portavoz del movimiento Ma voix, mon choix. "Aquella vez ganamos y es importante no perder de vista esos hitos".

Mi voz, mi decisión es una iniciativa europea que exige a las instituciones blindar el derecho al aborto garantizando la libre circulación de las mujeres. La idea consiste en que aquellas mujeres que residen en países restrictivos con el aborto, puedan ejercer su derecho a la libre interrupción del embarazo en países donde sí está garantizado, sin cargar ellas con los costes. Cualquier ciudadano o ciudadana puede apoyar la iniciativa con su firma.