Ni U2 ni los Rolling Stones: Taylor Swift trae a España la gira que más caja ha hecho en toda la historia
Mucho ha cambiado Taylor Swift desde su primera y hasta ahora única actuación en España, en el Palacio de los Deportes de Madrid en marzo de 2011. No en vano, trece años no son poca cosa, si bien es también cierto que por aquel entonces era imposible vislumbrar que pudiera terminar convirtiéndose, como así ha sido, en la artista más escuchada del mundo con la gira más recaudadora de la historia, honores que en su momento fueron para ilustrísimos como U2 o los Rolling Stones. Tal es el poderío de la estadounidense, aupada hasta lo más alto por su gran comunidad de fieles fans, esos swifties por el mundo que sobrepasan la admiración para llegar hasta la adoración.
The Eras Tour, el espectáculo con el que llega esta semana a Madrid - días 29 y 30 en el Santiago Bernabéu- y en el que cada noche hace un repaso a toda su discografía durante más de tres horas cantando 45 canciones, se convirtió en la gira más lucrativa ya el pasado año, cuando todavía le quedaban por delante todas las fechas -cerca de noventa- de 2024. Entre el inicio en Glendale (Estados Unidos en marzo de 2023) y el cierre en Vancouver (Canadá) el próximo diciembre, 152 conciertos en América, Europa, Asia y Oceanía con una capacidad recaudatoria casi diríase que infinita.
Porque solo con los sesenta shows de 2023 ya rompió todos los récords, alcanzando una recaudación en taquilla de mil millones de dólares (1.039.263.762, concretamente, con un promedio de ganancias de 17,3 millones por noche) y 4,3 millones de entradas vendidas, según estimaciones de la revista especializada estadounidense Pollstar. Para cuando termine este periplo internacional dentro de siete meses, la cifra se habrá duplicado, fijando así un hito que será muy difícil de igualar durante una larga temporada, seguramente hasta que ella misma vuelva a salir a la carretera.
La gran diva pop encabeza así una clasificación de relumbrón en la que el segundo puesto es para la gira de despedida de Elton John, que se desarrolló entre 2018 y 2023, pandemia mediante, con 330 actuaciones, 5,3 millones de asistentes y una recaudación de 939,1 millones de dólares, tal y como recoge Billboard, otra publicación esencial en el sector de la industria musical. El tercer puesto en este jugoso ránking es para el Music of the spheres World Tour realizado por Coldplay durante 2022, 2023 y 2024 y que consiguió llevar a estadios de todo el mundo a 7,6 millones de espectadores en 132 shows que reportaron a la banda inglesa la nada despreciable cantidad de 810,9 millones de dólares en taquilla.
Cuarto lugar para Ed Sheeran y su Divide Tour con 776,2 millones de recaudación en 255 recitales para 8,1 millones de seguidores. La banda irlandesa U2, que en su momentó encabezó esta clasificación con su 360 Tour (2009-2011), ha sido relegada con el paso de una década hasta la quinta posición a pesar de sus 736,4 millones de dólares en taquilla y sus 7,2 millones de tickets despachados en 110 fechas.
Siguiendo este repaso descendente encontramos en sexto lugar a Harry Styles con 617,3 millones de dólares conseguidos por su Love on Tour entre 2021 y 2023 y una asistencia de 4,7 millones de personas. Una cantidad solo ligeramente superior a los 4,3 millones de rockeros que disfrutaron de los 174 shows de la gira de reunión de Guns n' Roses de 2016 a 2019, que llegó a recaudar 584,2 millones de dólares. Muy poquito más que los 579 millones ganados por el Renaissance World Tour de Beyoncé en 2023, que con tan solo 56 citas congregó a 2,7 millones de seguidores.
Este envidiable 'top ten' lo cierran por partida doble los Rolling Stones en la novena y la décima posición con dos de sus giras. Primero, A bigger band (2005-2007) con 558,2 millones de dólares de recaudación y 2,7 millones de espectadores en 147 conciertos. Segundo, No filter Tour (2017-2021) con 546 millones de dólares en venta de entradas y 2,8 millones de fans en 58 recitales.
A partir de ahí, hasta el puesto veinte, los siguientes: Coldplay (A head full of dreams Tour, de 2016 y 2017, 523 millones de dólares), Roger Waters (The Wall Live, de 2010 a 2013, con 458,6 millones), Billy Joel (In concert, entre 2014 y 2024, llegando a 454,9 millones), AC/DC (Black Ice World Tour, de 2008 a 2010, 441,1 millones), Metallica (Worldwired Tour, de 2016 a 2019, 433,8 millones), Madonna (Sticky & Sweet Tour, de 2008 y 2009, con 407,7 millones), Pink (Beautiful trauma World Tour, 2018 y 2019, 397,3 millones), U2 (The Joshua Tree Tour, de 2017 a 2019, 390,7 millones), de nuevo U2 (Vertigo Tour, 2005 y 2006, hasta 389 millones) y Bruce Springsteen & The E Street Band (con su gira de 2023, que ha recaudado 379,4 millones de dólares).
Considerable polvareda mediática allá por donde pasa
Las cifras no engañan, Taylor Swift mira al resto desde bien arriba. Al mismo tiempo, llama la atención la considerable polvareda mediática que levanta allá por donde pasa, mucho mayor que precisamente la que pueda originar Bruce Springsteen, quien este mes de junio vuelve a España -si la salud se lo permite, pues este domingo cancelaba por enfermedad todas sus fechas previstas justamente hasta las de Madrid- para dar cinco grandes conciertos: tres en el Wanda Metropolitano de Madrid y dos en el Estadio Olímpico de Barcelona, donde ya hizo doblete el pasado año.
Taylor Swift da que hablar. Muchísimo. Es un fenómeno que desborda lo musical para convertirse en cultural, social o incluso político -recordemos su apoyo público a los demócratas y cómo afectó en los registros para votar en las elecciones de Estados Unidos-. Y resulta que justamente este mismo miércoles 29 de mayo su concierto de Madrid tiene una réplica eléctrica con AC/DC ante 72.000 personas en Sevilla, donde los de Angus Young repiten el 1 de junio, pero pareciera que no hay tanto que decir al respecto, a pesar de que al Estadio de La Cartuja asistirán algunos miles de personas más. Otro de los grupos del ránking de las giras más taquilleras, Metallica, hará también doblete en el Metropolitano de Madrid en julio, pero eso tampoco tiene semejante tirón mediático.
La cultura pop en general y la música en particular, siempre juvenil, amplifica y magnifica todo lo que hace la estrella de 34 años mientras silencia a los dinosaurios del rock por muy ruidosos que sean. Por eso, se suceden las informaciones sobre el impacto económico de The Eras Tour en cada ciudad, el aumento de las reservas hoteleras, el incremento de los viajes en tren o el estímulo para la hostelería. Algo que, obviamente, también generan los otros conciertos multitudinarios ya mencionados, pero es que un concierto de Taylor Swift es el evento donde hay que estar para luego contarlo en Instagram. A poder ser, sin perderse detalle hasta el punto de que algunos de sus fans, swifties totalmente entregados a la causa, han creado tendencia en las redes sociales al revelar que acuden a sus actuaciones con pañales de adulto para no abandonar su sitio en las primeras filas después de interminables horas de colas y esperas. Tal es la incontinencia al estar frente a tu deidad pop favorita.
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"Si a Taylor se le pasara por la cabeza ser presidenta de los Estados Unidos muchos deberían temerla, porque tiene una influencia gigantesca sobre un montón de gente", planteaba a infoLibre días atrás el violinista y compositor Necko Vidal, autor del libro The Eras Book: un recorrido por la música de Taylor Swift. Y aún añadía: "Es una persona que mueve masas, que tiene una imagen muy concreta y una lealtad muy grande por parte de todos sus fans. Tiene una influencia que no sé hasta qué punto puede llegar a ser peligrosa, porque más allá de ser una celebridad es una persona que puede como cualquiera equivocarse".
De momento el interés político de Taylor Swift se reduce, y no es poco, a un apoyo explícito al Partido Demócrata. Al mismo tiempo, ha reivindicado el derecho al aborto, se ha convertido en abanderada del feminismo, del movimiento LGTBI y de todas las causas de los más vulnerables, transformándose con naturalidad en una figura pública con millones de seguidores en las redes sociales que libremente expresa su opinión sobre lo que estima oportuno. Y poniéndose incluso ella misma como ejemplo en su lucha personal contra la industria musical regrabando sus canciones para recuperar los derechos de sus seis primeros discos, propiedad de un fondo de inversión al que fueron vendidos sin su conocimiento.
Los conciertos de The Eras Tour son, por ello y en última instancia, la plasmación de una carrera resumida en un concierto de tres horas de duración dividido en diez actos (diez eras) dedicados a cada uno de sus discos (excepto uno que une Folklore y Evermore, ambos de 2020), con diferente vestuario y escenografía. Un escenario gigante con una gran pasarela hasta el centro del estadio incrementa la sensación de cercanía con el público, que no puede ver a la estrella en una pantalla de tamaño descomunal aumentada hasta la exageración. Aunque, visto lo visto, no hay en este mundo una pantalla lo suficientemente grande para el espectáculo más mayúsculo del universo.