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Extrema derecha

Vox compra a Alvise su discurso contra Felipe VI y desata un terremoto en la ultraderecha

Jorge Buxadé y Santiago Abascal conversan en un acto de campaña de Vox en Cataluña.

Dios, Patria y Rey. El discurso de la derecha española en España no se explica sin esos tres elementos. Y el Partido Popular y Vox lo han cumplido, hasta la fecha, al pie de la letra. No se cuestiona la religión católica —de hecho, se ensalzan sus valores frente a los de otras religiones que según su discurso quieren imponer la suya en toda Europa—, ni la indivisibilidad de España —frente a unos "enemigos" claramente identificados con las fuerzas independentistas— y tampoco la monarquía —de la que se reproducen sus bondades, incluso las de Juan Carlos I pese a los múltiples escándalos que le han rodeado tras su abdicación—. Sin embargo, parece que uno de esos pilares no es ya tan sólido, al menos para la extrema derecha, que esta semana ha situado en la diana al rey Felipe VI a cuenta de la amnistía. Su portavoz en la Cámara Baja, Pepa Millán, pidió una "respuesta" a todas las instituciones, incluida la Casa Real, contra el texto por ser parte de su deber constitucional. "Deben defender la unidad nacional, la integridad territorial y la igualdad de los españoles ante la ley", sostuvo.

Aunque Millán reconoció que el monarca no podía negarse a firmar la ley, como así ocurrió, sostuvo que al hacerlo se "deslegitimaba" el discurso que el propio Felipe VI pronunció el 3 de octubre de 2017 tras la declaración unilateral de independencia en Catalunya. Sin embargo, culpó al Gobierno por "obligarle" al firmar el texto": "Al rey no se le puede pedir una cosa que no puede hacer", zanjó. Esas palabras han generado un terremoto dentro de Vox y algunos dirigentes territoriales de la formación, como su líder en Palma de Mallorca, Fulgencio Coll, defendieron públicamente en sus redes que "don Felipe no tenía otra opción" pese a "lo que opinan algunos": "Ahora más que nunca hemos de dar el apoyo a un Rey ejemplar, pieza clave del sistema democrático", sostuvo, en un mensaje dirigido a la dirección de su partido. El antecesor de Millán en el cargo, Iván Espinosa de los Monteros, fuera ya de la política institucional, se pronunció también y pidió no meter al rey en política: "Sería un grave error", afirmó en declaraciones a la Cadena Cope. "Nada le gustaría más a la izquierda que nos empezáramos a pelear nosotros. El rey tiene la obligación de firmar", dijo, al tiempo que reivindicaba la Corona como "de las pocas instituciones que defienden la unidad de la nación".

Pese a las críticas generadas, también por parte de la derecha mediática —aunque hay otras cabeceras más minoritarias que sí respaldan la postura de Vox—, el mensaje de Millán pone de manifiesto un cambio de discurso frente al seguidismo hacia la monarquía que imperaba hasta ahora y cuyo caldo de cultivo comenzó en la investidura de Pedro Sánchez del pasado año, cuando en los foros de extrema derecha se extendió una profunda decepción con el monarca por proponer al socialista como candidato tras el fracaso del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Es más, en las manifestaciones convocadas durante esos meses contra la amnistía, se podían leer pancartas como "Felipe VI, cómplice del golpe de Estado. A las urnas, a la democracia y a la voluntad de los españoles o "Felipe VI cobarde. Se vende España por cinco votos". En una de las protestas en las que más se puso de manifiesto esa crítica contra el rey fue la organizada por Societat Civil Catalana, a la que acudió la plana mayor de la derecha con Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal a la cabeza.

Una de las voces que más defendió esa tesis, con bulos de por medio, fue Luis Alvise Pérez, recién elegido eurodiputado en las elecciones del pasado domingo, Su candidatura, Se Acabó la Fiesta (SALF), fue la sorpresa de la noche al obtener tres escaños. Y Alvise no ha dejado pasar la oportunidad para repetir ese discurso, acusando al rey de no "cumplir con su tarea constitucional": "La pregunta obvia de todos los españoles es para qué cojones sirve el rey. Y si no sirve para nada, ni siquiera para la única función que tiene, ¿por qué tenemos que dedicar diez millones de euros al año en que viva en la Zarzuela?", se preguntó, en una entrevista compartida en su canal de Telegram. A su juicio, lo de debería haber hecho el monarca es no firmar la ley, disolver las Cortes Generales y abdicar: "Si no hace eso, yo seré el primer antimonárquico de este país", zanjó.

Vox vuelve a tender puentes con Alvise y defiende que es su "aliado" contra Sánchez

Durante la campaña electoral, la dirección de Vox evitó mencionar a Alvise, conscientes del daño que podría hacer como finalmente ocurrió. Su candidatura obtuvo 800 mil votos y, aunque desde las filas del partido de Abascal defienden que solo les ha "quitado" 100 mil, lo cierto es que no lograron sobrepasar la barrera del 10% a diferencia de lo que ocurrió en las generales del año pasado, donde obtuvieron más del 12% de los votos. En la formación ultra conocen bien al líder de SALF, ya que colaboró tanto con ellos como con el PP de Pablo Casado, después de su época como asesor del exdirigente de Ciudadanos, Toni Cantó. Los puentes se rompieron en pandemia, cuando buscó devaluar el apoyo del diputado Juan Luis Steegman a la campaña de vacunación acusándole de haber cobrado "sumas millonarias de las farmacéuticas".

Ahora, sin embargo, le vuelven a tender la mano. Así lo hizo el candidato de Vox a las europeas y mano derecha de Abascal, Jorge Buxadé, el lunes pasado al asegurar que si los tres diputados de SALF se integran en su familia europea, la de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), les recibirá "con un abrazo". Buxadé señaló que en la noche electoral se produjeron contactos entre ambas partes y anticipó que esas conversaciones se seguirían produciendo en los días posteriores. La versión de Alvise es distinta. En su canal de Telegram admitió que intentó hablar con Abascal "para felicitarle por decoro y educación", que el líder de Vox no le devolvió la llamada y que tampoco hubo contacto alguno con Buxadé. "Ha mentido", escribió. En su cuenta de Instagram también se hizo eco de ello y recordó que Abascal le apartó pese a considerarlo el "mejor analista que había conocido en su vida".

Por su parte, la líder de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, aseguró que para ella Alvise es "un aliado" y no "un adversario", incidiendo en que ambos forman parte del mismo bloque que quiere "echar a Sánchez de la Moncloa y a todos sus secuaces comunistas": "Yo me alegro de que todos los partidos que no sean de izquierdas ganen escaños, para mí es una alegría”, afirmó. En campaña electoral el líder de SALF se reunió con el marido de Monasterio y exdirigente de Vox Espinosa de los Monteros. "No he pactado nada con Iván Espinosa de los Monteros, quien es un gran amigo con quien disfruto conversar y con el que quedé únicamente para charlar desayunando y ponernos al día de la vida", justificó tras publicarse las imágenes juntos, una publicación en la que cargó contra Abascal por definirlo como "una creación del PSOE".

"Alvise es más fresco, radical y emergente que Vox. Les va a pasar lo mismo que al PP con ellos"

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"A Vox le va a pasar lo mismo con Alvise que al PP con ellos". Así de contundente se muestra el politólogo y consultor en comunicación política, Eduardo Bayón, sobre el fenómeno de SALF. Bayón atribuye a "la amenaza electoral y aumento de la competición" el hecho de que el partido de Abascal se haya visto a modificar su estrategia, cuestionando por primera vez el papel de la monarquía. "Van a estar muy condicionados a lo que haga Alvise, porque el 50% de los votantes de SALF procedían de Vox. Es más fresco, más radical y emergente", explica en conversación con infoLibre. A su juicio, el agitador va a ser un competidor que les va a hacer daño porque "en apariencia puede tener un electorado más transversal" al ser "menos ideológico": "Vox va a sufrir mucho en la toma de decisiones estratégicas y va a haber cambios de posicionamientos bruscos", anticipa.

Bayón achaca a múltiples factores la situación del partido de Abascal. "Su época expansiva ya ha terminado, ahora en lo que estaba es en la de estabilización y de entrada en los gobiernos autonómicos. A esa fase se le han sumado todas las disputas y los cambios de los dirigentes nacionales", prosigue. El experto cita, entre otras, la salida de Espinosa de los Monteros, de Macarena Olona o la pérdida de peso de Javier Órtega Smith. "Aunque no haya habido un cambio de liderazgo, sí ha habido un cambio de los dirigentes que lo sostienen" analiza. Así, cree que además de las discrepancias internas, Vox va a estar "muy condicionado por la amenaza de Alvise" y también por la fortaleza del PP.

El analista se fija en los datos y destaca el hecho de que Vox haya quedado por debajo del 10%, lo que a la larga podría perjudicar al bloque de la derecha en unas eventuales generales. Además, Bayón también señala que hay un elemento que "excede" a la propia batalla entre las distintas fuerzas contrarias a Sánchez y que interpela directamente a la sociedad. "Tenemos a los marginados de la transición condicionando la vida política del país. Al final el colapso del sistema del 78 está viniendo por ahí y no por la democracia radical del 15M".

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