Los costosos viajes y cenas de Estado de Macron hacen un agujero en las cuentas del Elíseo

El Rey Carlos III con el presidente de Francia Emmanuel Macron en un banquete oficial en el Palacio de Versalles en septiembre de 2023.

Ilyes Ramdani y Antton Rouget (Mediapart)

Las imágenes de la majestuosa recepción a Carlos III en septiembre de 2023 en el castillo de Versalles, con langosta azul y macarons rosas, decoración real y los mejores vinos para más de 150 invitados, suscitaron preguntas de inmediato. ¿Cuánto gastó la Presidencia francesa para organizar semejante acontecimiento? La respuesta ya está disponible: según el Tribunal de Cuentas, 474.851 euros.

En su informe anual sobre las cuentas de la Presidencia de la República, publicado el lunes 29 de julio, los magistrados financieros advierten de un fuerte aumento de los gastos del Jefe del Estado en 2023, sobre todo en viajes y recepciones. El Elíseo cerró el año con déficit (8,3 millones de euros en un resultado de 117,2 millones), lo que no fue el caso el año anterior (superávit de 300.000 euros).

“Aunque hay varios factores externos que explican este nivel de gasto imprevisto (inflación, actividad presidencial condicionada por el contexto internacional)”, el Tribunal de Cuentas también advierte de la necesidad de "reforzar la vigilancia" ante los "factores internos” que han provocado este desplome. A finales de año, los gastos del departamento encargado de la organización de actos, viajes y restauración superaban en 7 millones de euros el presupuesto previsto.

La decisión de celebrar la “cena de Estado” en honor de Carlos III en el castillo de Versalles pesó mucho en la balanza, ya que el Presidente de la República tuvo que subcontratar un gran número de servicios: catering externo (y no las cocinas del Elíseo) por 166.193 euros, “personal extra” contratado para el servicio por 100.428 euros, escenografía y montajes por 42.720 euros, y otros 42.515 euros para vino, champán y otras bebidas.

El coste total del ágape (474.851 euros) no tiene en cuenta los demás gastos asociados a la “visita de Estado” –el más alto nivel de protocolo– organizada para la estancia de tres días del monarca británico a Francia, ni los costes de cancelación de la primera visita (80.000 euros), aplazada a causa de las protestas contra la reforma de las pensiones. “Francia mantiene estrechas relaciones diplomáticas con un gran número de países, que organizan actos equivalentes cuando reciben al Jefe del Estado”, dicen en Presidencia.

Viajes cada vez más caros

Otra “cena de Estado” costó también casi medio millón de euros: la celebrada en honor del primer ministro indio, Narendra Modi, el 14 de julio de 2023, en el Museo del Louvre. También en este caso, la decisión del Presidente de organizar la comida fuera del Palacio del Elíseo –a diferencia de las recepciones al Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, o al Emir de Qatar en 2024– tuvo un alto coste: casi 173.000 euros para el catering, 72.000 euros para “personal extra”, etc. El coste total fue de 412.363 euros.

A modo de comparación, otras dos recepciones organizadas en el Elíseo –la cena de Estado del Presidente de Mongolia y la del Foro de la Paz de París– costaron respectivamente 62.000 y 67.000 euros. “Esta comparación entre cenas pone de manifiesto la importancia de la elección del lugar en el coste total de cada evento”, señala el Tribunal en su informe.

Pero más que las recepciones, lo que suponen una carga para el presupuesto son los viajes de Emmanuel Macron. En su informe, el Tribunal de Cuentas destaca una paradoja: el Presidente de la República no viaja mucho más que antes, pero sus desplazamientos cuestan cada vez más al contribuyente. El coste medio de los viajes nacionales del jefe del Estado casi se ha duplicado desde 2018, alcanzando un máximo el año pasado de 60.462 euros.

En perspectiva, la tendencia del gasto es vertiginosa. François Hollande, en 2016, último año de su mandato quinquenal,  viajó 142 veces, con un presupuesto global de 17,7 millones de euros. Emmanuel Macron, en 2023  realizó 112 viajes, con un coste de 23,2 millones de euros. Es decir, el coste medio de un viaje presidencial ha pasado de 125.000 euros a 207.000 euros en siete años.

¿Cómo se explica semejante aumento? Sin negar el peso de la inflación en ciertas partidas de gastos, el Tribunal de Cuentas atribuye una pesada carga al funcionamiento del Elíseo, señalando “el número de viajes, los cambios en su estructura y el tamaño de las delegaciones”, así como “problemas de organización interna”.

La explosión de los gastos de viaje es consecuencia directa de las decisiones políticas tomadas en su momento por Emmanuel Macron. Tras pasar un primer trimestre enclaustrado en el Elíseo, a causa del movimiento social contra la reforma de las pensiones, para el Jefe del Estado era una cuestión política central su capacidad de ocupar espacio público: se trataba de demostrar que nada le impedía, a pesar de la impopularidad de su reforma, recuperar el control de un mandato considerablemente empantanado.

Una gira por Oceanía de 3 millones de euros 

“Tengo que volver a participar en el debate público”, advirtió a finales de abril. En pocas semanas, el presidente de la República fue a hablar de la falta de médicos a Loir-et-Cher, de las escuelas de formación profesional a Charente-Maritime, de la regeneración industrial al Norte, del atractivo de Francia a Yvelines, de la soberanía industrial en Ardèche y del transporte aéreo a Seine-et-Marne.

A finales de junio, pasó tres días en Marsella (Bouches-du-Rhône) para hacer balance de la situación de la ciudad. El viaje costó al Estado 342.828 euros, un presupuesto “especialmente alto” según el Tribunal de Cuentas.

El Tribunal también critica el coste excesivo de otras dos visitas oficiales, a Córcega en septiembre (278.209 euros) y a Toulouse (Alto Garona) en diciembre, para visitar la sede de Airbus (205.022 euros). La gira por Oceanía (Nueva Caledonia, Vanuatu, Papúa Nueva Guinea), en pleno verano, batió récords (3,1 millones de euros), seguida de la gira por África (1,9 millones de euros) en primavera.

A menudo se retrasan los arbitrajes a distintos niveles, lo que impide seguir el proceso previsto y obliga a realizar las operaciones con urgencia

El Tribunal de Cuentas

Además del número de viajes, el Tribunal de Cuentas tiene la mirada puesta en la pompa y la envergadura de los mismos. Para la visita de Estado de Emmanuel Macron a China en abril de 2023, el Elíseo fletó dos aviones A330 para transportar a una enorme delegación, entre ellos el ex primer ministro Jean-Pierre Raffarin, gran amigo de China, y el ex ministro socialista Jean-Marie Le Guen, miembro del consejo de administración de Huawei. A su llegada, además del coche presidencial transportado hasta allí, se alquilaron cincuenta vehículos para el convoy presidencial.

Además del transporte y el alojamiento, se sumaron a la factura de esta visita otros gastos, como servicios audiovisuales contratados a empresas privadas (55.084 euros). En total, la escapada a China costó 1,8 millones de euros, revela el Tribunal de Cuentas, que también señala la diferencia entre el presupuesto provisional y el coste final del viaje. Un aumento del 40%, según el Tribunal, lo que se traduce en un sobrecoste de 520.000 euros.

Una diferencia nada desdeñable, según el órgano administrativo. El informe señala repetidamente "problemas de organización interna” en el Elíseo, citando por ejemplo las numerosas anulaciones y reprogramaciones de última hora. «Aunque existen imposiciones propias de la actividad presidencial, se constata que a menudo se retrasan los arbitrajes a distintos niveles, lo que hace imposible cumplir con el proceso previsto y obliga a operar con prisas”, señala el Tribunal de Cuentas.

Anulaciones y reprogramaciones

El creciente número de anulaciones no es sólo culpa del presidente de la República: también es fruto de su impopularidad en 2023. El movimiento social contra la reforma de las pensiones obligó al Elíseo a anular varios viajes y giras previstos. Sin embargo, no se puede resumir a este contexto. Desde su elección en 2017, Emmanuel Macron ha acostumbrado a sus interlocutores, socios y colaboradores a una inestabilidad permanente. En los últimos años, varios ministros han relatado a Mediapart su hastío ante las contraórdenes de última hora del Elíseo.

En total, se cancelaron doce viajes en 2023, un récord si excluimos 2020, hecho excepcional por la situación sanitaria. Sin entrar en esas consideraciones, el Tribunal de Cuentas señala un hecho: esta forma de funcionar tiene un coste para el contribuyente, con pérdidas de 832.328 euros en 2023. Sólo la anulación del viaje a Alemania en julio de 2023 costó al Estado 429.100 euros, mientras que la visita a Suecia en febrero costó 180.150 euros.

Como recomendaciones para el futuro, el Tribunal de Cuentas sugiere, entre otras cosas, que el Elíseo anticipe mejor la agenda presidencial y que limite el tamaño de las delegaciones. También anima a Presidencia a moderar el recurso a las misiones preparatorias, es decir, los viajes de los colaboradores de Emmanuel Macron para "tantear el terreno” y preparar su llegada.

Los senadores gastaron más de 869.000 euros en viajes durante los primeros meses del año

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El informe señala que esas misiones son muy costosas. Antes de viajar a Brasil este año, Emmanuel Macron envió cuatro equipos diferentes para preparar las cuatro etapas de su viaje. Esas misiones preparatorias, decididas en el último momento con demasiada frecuencia, salen caras, más aún cuando los consejeros presidenciales deciden tomar un avión para ganar tiempo.

Es el caso de la misión que debía preparar el homenaje en Roubaix (Norte) en mayo de 2023 a tres policías que mató un automovilista. “A pesar de la norma que obliga a hacer en tren los desplazamientos de menos de cuatro horas, el equipo de Emmanuel Macron tomó un vuelo comercial hasta la localidad norteña. Presidencia “tendrá en cuenta las observaciones del Tribunal para mejorar su organización y sus procedimientos internos”, respondió el Elíseo, asegurando que estaba «decidida a gestionar eficazmente su presupuesto en un contexto de inflación, por un lado, y de factores geopolíticos y políticos que influyen en la agenda del Ejecutivo, por otro”.

Traducción de Miguel López

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