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La paradoja del coche de empresa: un 4x4 de gasolina recibe más subvención que su equivalente eléctrico

Un coche durante la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid 2024, en la plaza de Colón, a 14 de septiembre de 2024, en Madrid .

El 45% de los vehículos que se compran a través de la retribución en especie son SUV o todoterrenos de alta gama, un mercado donde podría haber una alta penetración del coche eléctrico porque tienen un precio similar. Sin embargo, un estudio publicado por Transport & Environment (T&E), una consultora europea que promueve la movilidad sostenible, concluye que hay más ayudas fiscales en España a un coche de combustión que a uno eléctrico para este tipo de clientes, de manera que se desincentiva la venta de coches cero emisiones.

Los analistas han calculado el coste de adquirir mediante retribución en especie y un contrato de leasing cuatro todoterrenos diferentes de entre 40.000 y 75.000 euros en su versión de combustión y su versión 100% eléctrica, y los beneficios fiscales son más atractivos con un motor de gasolina. Por ejemplo, si una persona comprase a través de su empresa un BMW X3 (diésel), el leasing sería 70 euros al año más barato que si lo comprase con una subida salarial equivalente y acudiendo directamente al concesionario. Esto tiene sentido porque generalmente es más barato hacerse con un coche a través de la retribución en especie que comprándolo por cuenta propia. Sin embargo, si se hace el mismo cálculo con un BMW iX3 (eléctrico), adquirirlo mediante retribución en especie sería 498 euros más caro que por cuenta propia. Es decir, fiscalmente se premia que el coche de empresa sea de combustión, y la diferencia media entre ambos modelos es de 131 euros, con ventaja para el contaminante.

Óscar Pulido, responsable del programa de electrificación de flotas de T&E en España, critica que hay que promocionar la venta de coches limpios en el canal empresa si queremos descarbonizar las autopistas. "No puedes redirigir el mercado si no diferencia de coste entre comprarte un eléctrico y uno de gasolina, y menos si encima es más caro el primero. Hay que modificar la imposición de la retribución en especie, las bonificaciones de IRPF y las rebajas de IVA para promocionar el eléctrico y castigar al contaminante", señala el experto.

Las ventas de eléctricos están muy deprimidas en España en comparación con otros países, y lo están todavía más si se analiza solo el mercado de empresas. Los coches que ponen las compañías al servicio de sus empleados —principalmente a través de contratos de leasing— son prácticamente todos de gasolina, y solo el 3,7% son eléctricos, frente al 13,8% de media en la Unión Europea, según datos de la primera mitad de 2024.

El problema está en que el Gobierno español no da incentivos fiscales a las compañías para escoger turismos eléctricos como coche de empresa, a diferencia de otros países como Alemania, Francia o Reino Unido. Según el informe de T&E, hacerse con un SUV eléctrico a través de la retribución en especie es 2.562 más barato al año en Francia que adquirirlo mediante una subida salarial directa. En Alemania el beneficio es de 1.371 euros, y en Reino Unido la diferencia fiscal es muchísimo más grande: de 17.225 euros. En España es al revés, es 122 euros más caro.

El mercado de coches de empresa, aunque pase desapercibido, es casi tan grande como el de particulares. El año pasado se vendieron en España 394.000 turismos de empresa, solo unos pocos más que los 420.000 que compraron los hogares. La mayoría de apoyos que está dando el Gobierno español para aumentar las ventas de eléctricos van al segundo grupo, a través del programa MOVES III, pero el canal empresas tiene solo unas pequeñas bonificaciones fiscales, insuficientes para impulsar las ventas.

¿Por qué tiene ventaja un 4x4 de diésel?

El análisis de T&E suma las subvenciones y ayudas que reciben los empleados y los empresarios para adquirir un coche de combustión o uno eléctrico en formato leasing. Esto incluye una rebaja fiscal al tributarlo como salario en especie (trabajador y empresario), una deducción del IVA del 50% (empresario) y una deducción por depreciación del vehículo anual (empresario).

El estudio concluye que el sistema impositivo español para coches de salario en especie "es más favorable para los coches pequeños porque contaminan menos", incluso aunque sean de combustión. Pero una vez que las emisiones del coche superan los 120 gramos de CO₂ por kilómetro, pierde esa ventaja fiscal, aunque sea eléctrico, y pasa a ser más interesante la bonificación por depreciación. Paralelamente, comprar un coche eléctrico por cuenta propia en un concesionario permite acceder a las ayudas del MOVES III, que pueden llegar a los 7.000 euros.

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