"¡Sálvennos de nosotros mismos!": miles de israelíes reclaman desde el exterior sanciones contra su país

Un padre llora mientras lleva el cuerpo de su hijo, muerto en un ataque aéreo israelí, en el hospital Nasser de Jan Yunis, sur de la Franja de Gaza, 23 de noviembre de 2024.

Gwenaelle Lenoir (Mediapart)

“Se lo rogamos: ¡Sálvennos de nosotros mismos! Ejerzan una verdadera presión internacional sobre Israel para un alto el fuego inmediato y permanente”: esta es la conclusión del llamamiento de los “ciudadanos israelíes para una verdadera presión internacional sobre Israel”, firmado hasta la fecha por miles de israelíes, más allá del sector habitual de la extrema izquierda, y publicado por Libération y The Guardian.

Esta demanda nunca vista de implicación de la comunidad internacional  –“las Naciones Unidas y sus instituciones, Estados Unidos, la Unión Europea, la Liga Árabe y todos los países del mundo”– refleja la urgencia que sienten los firmantes.

Hacen falta sanciones, afirma el llamamiento, como única forma de detener la loca carrera hacia la violencia del Estado de Israel, ya que hasta la fecha se ha intentado muy poco, demasiado poco.

¿Mediación? Qatar ha tirado la toalla y ha suspendido su mediación hasta que Hamás e Israel muestren “voluntad y seriedad”.

¿Resoluciones internacionales? La resolución del 10 de junio de 2024, propuesta por Estados Unidos y aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU, sobre un alto el fuego en tres fases duerme ya en los cajones de las decisiones que nunca se han aplicado. Las órdenes del Tribunal Internacional de Justicia de enero y mayo no han hecho cambiar al gobierno israelí ni a los Estados que lo apoyan.

Mediapart ha hablado con Yaël Lerer, editora franco-israelí, traductora y candidata del Nuevo Frente Popular (NFP) a las elecciones parlamentarias frente a Meyer Habib (miembro de Les Républicains y amigo de Netanyahu, ndt), e iniciadora del llamamiento.

Mediapart: El llamamiento “Ciudadanos israelíes por una verdadera presión internacional sobre Israel” se dirige a la comunidad internacional y pide “todas las sanciones posibles” contra Israel. ¿A qué se debe este llamamiento?

Yaël Lerer : Estuve en Israel en julio, mi país con el que nunca he roto lazos, donde tengo a toda mi familia y donde sigo estando comprometida. Era insoportable, irrespirable. La sociedad israelí va en una deriva muy grave. La inmensa mayoría no es claramente consciente de lo que estamos haciendo los israelíes en Gaza. No comprenden el aspecto genocida de lo que estamos haciendo en Gaza. Los medios de comunicación israelíes no muestran nada, aparte de alguna ruina ocasional, dicen que el ejército está matando a dirigentes de Hamás, y ahí se acaba todo. Esta deriva de la sociedad israelí es tan fuerte que desde dentro no puede venir ningún cambio. Es necesaria una acción exterior.

Desde hace más de un año, cada mañana, cuando me despierto y miro las redes sociales, veo decenas de personas asesinadas en la Franja de Gaza, y ahora en Líbano. También mueren en vano soldados israelíes. Lo urgente es detener esto ya. Ahora. Para que mañana no nos despertemos con otro centenar de personas bombardeadas hasta la muerte, quemadas vivas en tiendas de campaña. Pero los israelíes contrarios a la guerra, como los firmantes de este llamamiento, somos una ínfima minoría. Y estamos desesperados. Necesitamos que nos salven de nosotros mismos.

Su llamamiento ha conseguido hasta ahora 3.600 firmas. ¿Ha encontrado eco fuera de los círculos habituales próximos a la extrema izquierda?

Es la primera vez que un llamamiento pidiendo sanciones va más allá de los habituales firmantes de extrema izquierda. Han firmado profesores eméritos que no estaban necesariamente comprometidos durante su carrera, una ex embajadora, un ex fiscal general, familiares de rehenes e incluso de personas asesinadas el 7 de octubre.

Pronto llegaremos a las 3.700 firmas. Un tercio de los firmantes vive en el extranjero, principalmente en Europa. Es importante subrayar que dos tercios de los que han firmado viven en el propio Israel. Y no es fácil firmar un llamamiento como este. Hasta ahora, muchos de los firmantes pensaban que el cambio podía venir de dentro, que jugar al juego democrático –manifestarse y votar, o hacer campaña por la paz, el diálogo y la coexistencia– sería suficiente. Hoy ya saben que el cambio no vendrá de dentro.

Hay muy pocos palestinos que sean ciudadanos de Israel. He recibido muchos mensajes de apoyo, pero para ellos firmar es muy difícil. Muchos han sido detenidos y encarcelados por simples mensajes en las redes sociales.

¿Qué tipo de sanciones podrían imponerse y qué eficacia tendrían?

Israel no es Rusia; no puede hacer la guerra aisladamente. Necesita a otros países para hacer la guerra. Sin Estados Unidos, sin la Unión Europea, no podría continuar la guerra ni un solo día más. Sin Estados Unidos, porque es Estados Unidos quien suministra las bombas, aunque procedan de Alemania, Italia y Gran Bretaña. Israel no produce ni aviones de combate ni misiles. Necesitamos un embargo de armas.

Pero el apoyo no es sólo militar. El principal socio comercial de Israel es la Unión Europea. En virtud del Acuerdo de Asociación, Israel es tratado casi como un Estado europeo y disfruta de los mismos beneficios. Este acuerdo de asociación debería haberse cancelado automáticamente debido a las violaciones de los derechos humanos, pero sigue en vigor.

Por su parte, los israelíes no entienden lo que pasa en Europa. Cuando ven que en un partido Francia-Israel están en la tribuna el presidente francés y sus dos predecesores, de derechas y de izquierdas, piensan que todo va bien. Sienten que luchan por Occidente. Netanyahu dijo: “Hacemos la guerra por vosotros contra la barbarie”, y los israelíes le creen.

¿Por qué no ha habido sanciones hasta ahora?

Los europeos no entienden lo que pasa en Israel. Hay una visión de Israel como de un Estado democrático, cuando no es el caso, y la mayoría de la población, sobre todo los jóvenes, considera absolutamente normal que el Estado de Israel sea un Estado judío para los judíos y que los demás ciudadanos, no judíos, no tengan los mismos derechos. Tengo la impresión de que esa noción de Estado judío haya sido considerada como algo simbólico. Pero no tiene nada de simbólico, se aplican leyes diferentes.

Aquí en Europa, una ve a los grandes escritores, artistas, cineastas que leen a Haaretz, que es un periódico liberal en el sentido político y cuyas opiniones son muy minoritarias, y tienen la impresión de que Israel es eso. Pero no es así en absoluto. En mi opinión, no más del 2% de los israelíes que lean Haaretz.

¿Qué reacciones ha provocado este llamamiento?

En Israel, un diputado ha prometido presentar un proyecto de ley para destituir a los profesores universitarios que han firmado el llamamiento. Y el ministro de Justicia, Yariv Levin, ha escrito a la asesora jurídica del gobierno pidiéndole que examine un proyecto de ley que prevé penas de diez años de cárcel para quien pida sanciones contra Israel, que se aumentarían a veinte años en tiempo de guerra.

En la comunidad internacional, hemos oído algunos pequeños ecos en los círculos diplomáticos de Estados Unidos y Gran Bretaña, pero de momento nada en Francia. Sin embargo, es urgente. ¡Las sanciones deberían haberse adoptado ayer!

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Traducción de Miguel López

 

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