Librepensadores

Cataluña, la herida que no cesa

Francisco Lozano Sanz

Manifiestan los independentistas –y es recurrente, al menos en los últimos años– el argumento de que la represión franquista sobre la población española fue brutal, pero que, sobre Cataluña y País Vasco, tuvo un extra de inquina contra la “identidad catalana”.

El resto del país que no es Cataluña, sobre todo las comarcas más agrícola-ganaderas y depauperadas fueron tierra de emigración a: Cataluña, País Vasco, Madrid. Es muy triste regresar a las Mesetas castellanas –ambas–, Sierra de Meira, los Ancares, Teruel, La Sierra de Cameros… y un largo etcétera y constatar que el envejecimiento, el abandono y la falta de oportunidades de una vida digna continúan décadas después.

Los andaluces, extremeños, gallegos, aragoneses… que emigraron a Cataluña no sé si tenían una marcada “identidad nacional” pero se convirtieron en muchos casos en “charnegos” ciudadanos de segunda, que tenían su acervo cultural… y este quedó al sur del Ebro. Ellos ayudaron a mantener el nivel de vida, cultural (aportaron mucho a la música, la literatura, la convivencia) de una región que ya era próspera. Muchos de ellos son denominados aún como “nous catalans”.

La fábrica Seat se montó en Barcelona, cuando aún gobernaba el cruel dictador, la ampliación del Puerto Marítimo de Barcelona, el Aeropuerto del Prat, el AVE, y en muchas más obras también estaba ahí la inversión del Estado. La ilusión y el esfuerzo (económico también) de todo el país que supuso la celebración de los Juegos Olímpicos en Barcelona parece que ya nadie la recuerda. Que el resto del país sea el mercado donde se compran los productos catalanes, tampoco parece ser valorado por los independentistas.

Cuando escucho ¡aún! “Espanya ens roba”, “los catalanes tenemos autopistas de peaje y en el resto de España son gratis”, me acuerdo del tiempo vivido y trabajado en Teruel (1994). No había ni un solo kilómetro de autovía. No había servicio ferroviario –no circulaban trenes desde hacía años por sus vías– y sin embargo los turolenses pagaban sus impuestos como los demás ciudadanos. Algo parecido puedo decir de: Ávila, Soria, Zamora, Lugo, localidades de Extremadura, La Rioja y La Mancha, donde he tenido la fortuna y alegría de haber vivido y trabajado.

Sin embargo, no se oye una sola crítica hacia: la familia Pujol, la extinta CiU y todos los que han estafado y robado al pueblo catalán. No se recuerda que el agujero de Banca Catalana se estima en 225.355 millones de pesetas, que tuvo que sufragarse con dinero público, mientras Jordi Pujol salía al balcón que da al Plaza de Sant Jaume para cubrirse con la población y ocultar su responsabilidad. Ya nadie recuerda el famoso 3% –que según algunos reconocen, Carod Rovira entre ellos, era más de esa cantidad–. ¿Cómo es posible que entre los que están dirigiendo el proyecto independentista, se encuentre Artur Mas (procesado y con las sedes de Convergència embargadas), El Moisés que se puso al frente del pueblo elegido para llevarlos al “Estado prometido"? ¿Y los que engañaron y estafaron a quienes que ahora van detrás de ellos en las manifestaciones?

El (ahora) expresidente de la Generalitat más que un salvador está comenzando a parecerse al nefasto Slobodan Milošević, que lideró, impulsó y fue responsable del resurgir del ultranacionalismo serbio que derivó en una guerra civil con episodios de genocidio y crueldad intolerables. ¿Nos acecha una balcanización próxima e inevitable?balcanización Sería un fracaso de la convivencia y algo que no podemos permitir que ocurra.

Lo que Junts pel Sí ha hecho es una maniobra que no es nueva y que tiene antecedentes históricos muy nítidos. Los ciudadanos de Cataluña –y del resto de Europa– se han visto sacudidos, empobrecidos y excluidos de la sociedad por una crisis financiera y especulativa que aún no tiene solución. Pero en Cataluña, sus corruptos e iluminados gobernantes les han dado una salida, luz al final del túnel. Han encontrado un culpable y un instrumento para poder exteriorizar, canalizar la ira y frustración del pueblo al que ellos han maltratado. No es otro que la independencia. La culpa es de España, que: nos ha robado, nos ha quitado la nación que teníamos, España nos desprecia, quiso quitarnos nuestra lengua… y un largo etcétera de desagravios, casi todos ellos sin el más mínimo rigor histórico y verosimilitud. Estos días en Calella y otras poblaciones se gritaba a la Guardia Civil y a la Policía Nacional: “Fora Fuerzas de Ocupación”. Así es que estos políticos manipuladores e irresponsables dan al ciudadano un concepto simple: el que no es independentista es facha. Es más complicado, requiere esfuerzo intelectual y debate; el reflexionar sobre el tipo de sociedad que queremos, si una república socialdemócrata o democristiana, qué papel ha de jugar la Iglesia, qué modelo económico y de Europa queremos. Es más sencillo: “la independencia”. Eso es todo. El Santo Grial que solucionará nuestros problemas y nos hará felices. No hace falta pensar: te pones una bandera, gritas consignas que ya te han dado: “Prensa española manipulación” (el lunes ante una cadena de televisión), se hace una huelga general, conseguimos la independencia y luego caerá el generoso maná del cielo europeo.

Lejos están aquellos días –no recuerdo la fecha exacta– que jóvenes del movimiento 15M se manifestaba en la Puerta del Sol de Madrid y en la Plaza de Cataluña de Barcelona. Una tarde-noche se rumoreó que los Mossos iban a desalojar por la fuerza la Plaza de Cataluña. En cuestión de minutos –sms e internet mediante– la Puerta del Sol se llenó de jóvenes que gritaban: “Barcelona, solidaridad”.

Tanto tiempo no ha pasado aunque lo parece, pues ya nadie recuerda que CiU y el PNV han sido, más que la muletilla, los cómplices necesarios del PSOE y el PP que en estos cuarenta años nos han llevado hasta la actual situación ¿Es esto “desmemoria histórica”?

Algo determinante en esta lamentable carrera hacia el precipicio ha sido el comportamiento de los partidos de izquierda. ¿Desde cuándo la izquierda es nacionalista? La izquierda es internacionalista, lucha por la igualdad entre los trabajadores de todo el mundo, va en contra del capitalismo y la derecha burguesa que ha gobernado Cataluña estos cuarenta años. Los trabajadores de Seat, los estibadores del puerto de Barcelona, los agricultores leridanos tienen más que ver con sus homólogos de la Renault de Valladolid y Palencia, los estibadores de Cádiz, y los agricultores manchegos que con los políticos acomodados que les han mentido y les han robado. ¿Qué hace un partido como la CUP aliado con el PdeCat –la extinta y corrupta CiU–? Parece que todo lo fían a conseguir la independencia. ¿Y luego qué, se disputarán a palos entre ellos el nuevo Estado catalán?

Lo mismo hay que decir de la UE, cuyos máximos funcionarios –así se han comportado, y no como dirigentes– han escurrido el bulto con: “Es un problema interno de España” Obvian que si los Estados miembros del Tratado han cedido parte de su soberanía a la Unión Europea y que las Directivas de esta son de obligado cumplimiento para su integrantes… ya es un problema europeo.

Gonzo (El Intermedio) entrevistó en el programa a los estudiantes que habían acampado en las universidades, algunos eran de Derecho (que no sabían lo que es un Estado de Derecho), sobre los motivos de su huelga. Sus argumentos eran tan pobres, peregrinos e inoculados como los de quienes patéticamente están haciendo juras de banderas y anteponen el caduco, oxidado y fascista nacionalismo franquista al independentismo catalán. Llaman fascista a Joan Manuel Serrat o desprecian a Jordi Évole porque no comulgan con la verdad única e incuestionable del independentismo. Una estudiante manifestaba que no le interesaba estar en una Unión Europea que impide que lleguen los refugiados sirios y los emigrantes de Oriente Medio. A Gonzo no se le ocurrió preguntar: “¿Los refugiados sirios que tienen otra cultura, otra lengua, religión… sí y los vecinos de Aragón y el resto de España no? Un amigo me decía: “Si de joven eres conservador, de derechas, nacionalista, de mayor, ¿qué serás… de Fuerza Nueva o nacionalsocialista?”.

Algo muy grave está sucediendo para que estos que denominan “la generación más preparada” se vistan con banderas independentistas y sirvan de ariete contra el resto del país, de Europa y su propio futuro, haciéndoles el trabajo a los que van a recoger los frutos del árbol sacudido por aquellos (metáfora de Arzaluz, mira por dónde).

Yo también he vivido en Cataluña –mi primer trabajo fue en 1977– y he trabajado, alquilado vivienda, contratado a trabajadores, compartido vivencias y conciertos de rock and roll con mis convecinos, en las cuatro provincias catalanas. Creo que conozco el territorio, la geografía y el devenir de la sociedad mejor que muchos de los que con el inconfundible furor del converso excluyen, rechazan y desprecian a quienes no conocen.

El carlismo se cura leyendo y el nacionalismo, viajando” decía Pío Baroja (cita atribuía por error a Unamuno). Si un buen número de ciudadanos de Cataluña hubiesen vivido y trabajado en el resto del país, de regreso a Cataluña quizá habrían dejado atrás todos los tópicos que de: andaluces (vagos) Valladolid (“fachadolid”), Madrid (egoístas y fachas), se dice.

No estoy de acuerdo con que la actual situación sea una consecuencia de anulación de varios artículos del Estatuto de Autonomía por Tribunal Constitucional, como muchos periodistas y políticos argumentan. Podría añadir una serie de anécdotas y disgustos vividos por mí en mis largas estancias en Cataluña –desde 1977–. En ellos relataría el proceso de ideologización e intoxicación al que se sometía a la sociedad catalana respecto de “los españoles”. Pero no creo que los lectores estén interesados en los relatos personales de un “español imperialista”, “castellá futut” que me decían.

Quiero recordar cómo en estos 40 años (más de lo que duró la dictadura franquista) la televisión y radio de Cataluña han sido parte imprescindible del proceso de ideologización hacia el nacionalismo excluyente e identitario. Y también con periódicos como el que leía en mi estancia en La Pobla de Segur (1991), El Diario Segre, que editaba cartas y editoriales de un desprecio y manipulación histórica tal que aún me costaría releerlas.

El nacionalista e independentista se define como “catalán” y defiende una “identidad nacional”. Es libre de hacerlo, está en su derecho. Yo propongo otra, muy personal, labrada a base de vivir y trabajar, querer y añorar todas aquellas tierras en las que vivido –Cataluña también–. Propongo: Enseñar a los niños a valorar al ser humano como “persona” y si acaso “ciudadano del mundo”, en primer lugar y por encima del hecho circunstancial de haber nacido en una región, Comunidad Autónoma o comarca. Decidimos –en mayor o menor medida–, la sociedad que queremos, nuestro legado cultural, nuestro trabajo, la creación artística que ofrecemos al público: el afecto, la amistad, la generosidad, la urbanidad, la aceptación de los demás y todas las cualidades humanas. Estas sí que definen a una persona. Esa es una “identidad” personal que labramos con los años y que nuestros conocidos y gente que nos aprecia, puede que valore o critique.

La senyera es una tela de dos colores con varias barras. La española tiene los mismos colores también en barras. ¿Puede esto sustituir a la personalidad, la inteligencia, la bondad, la humanidad… que son valores universales que nos unen como personas, seres humanos, ciudadanos?

Esto escribía Manuel Jabois (Bandera) en El País semanas atrás: “Pensé en Europa, también, porque en la vida hay que pensar de todo. En esa entidad creada para disolver nacionalismos. Una bandera que nadie saca a la calle ni borracho, un himno robado a Beethoven, ni un ciudadano dispuesto a morir por ella; ni un llanto, ni una piel de gallina. La patria ideal”.

Eduardo Mendoza, un catalán en tierra de nadie

Eduardo Mendoza, un catalán en tierra de nadie

Esa Europa que no va a reconocer la autodeterminación “a la brava” que ha decidido el movimiento independentista.

De las muchas definiciones y dichos populares que hay de patria me quedo con la de Manolo García, un músico, poeta y pintor barcelonés ilustre, hijo de padres que emigraron a Cataluña. Él canta: “Patria, ese lugar donde el espíritu apacienta entre sueños engarzados…”. ______________

Francisco Lozano Sanz es socio de infoLibre

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