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Comunidad de Madrid, pandemia y despropósito

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Máximo Aláez

Viernes 9 de octubre. Acaba de publicarse el decreto del estado de alarma sanitaria para la Comunidad de Madrid e intento poner algo de orden en mis ideas sobre la evolución de la pandemia y la Comunidad de Madrid. ¿Es para confinarse o, más bien, para salir corriendo? Veamos:

Tenemos una presidenta de la Comunidad que lleva interpretando el papel de estrella en un sainete del peor casticismo desde el mismo inicio de la pandemia. No merece la pena repasar sus actuaciones ni sus manifestaciones; son puro disparate para cualquiera, si exceptuamos a un Pablo Casado más rabioso cada día. Sería cómico si no fuese tan trágico.

Un primer partido de la oposición (ganador en las elecciones) que se encuentra desaparecido en combate. Pareciera que decidió aprovechar la declaración del estado de alarma de marzo para ivernar por no molestar, y nadie le ha dicho que ya pasó incluso el verano. Sigue ivernando.

Un gobierno de la Nación que se ha dejado marear y ha esperado a que la situación estuviera fuera de control para decir “basta”. Hasta entonces, aunque no se había seguido por la Comunidad de Madrid ninguna de las recomendaciones de los responsables de salud pública (refuerzo de la Atención Primaria, contrato de tantos rastreadores como fuera necesario, etc.), y los indicadores de riesgo se desbocaban desde finales de agosto, aceptó el juego del gato y el ratón que le proponía la Comunidad.

Sabemos poco y mandamos aún menos

Sabemos poco y mandamos aún menos

Y, de remate, un vicepresidente de la Comunidad que aún no se ha enterado de que es vicepresidente de la Comunidad y que la señora Ayuso gobierna como gobierna porque él lo permite. En lugar de actuar en consecuencia, pena por las esquinas porque no le permiten actuar de "mediador" (hombre bueno) entre ambas Administraciones, como si él pudiera ser ajeno a las decisiones que está tomando su propio gobierno.

Aclaremos una cosa para evitar posibles dudas: todos los personajes de esta historia son adultos que se esfuerzan por el bien común y la protección de la salud de los ciudadanos madrileños. No son jóvenes irresponsables que se saltan las indicaciones de las autoridades sanitarias, ni negacionistas irresponsables. Todos están perfectamente informados, dicen actuar orientados por los especialistas en salud pública y son personas sensatas ¿Quién puede dudarlo? No sé ustedes; yo, por si acaso, me autoconfino.

Máximo Aláez es socio de infoLibre

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