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Europa camina hacia la reducción de jornada mientras en España la patronal permanece parada

Cuestión de perspectiva

Antonio García Gómez

¡Campeonas del mundo de fútbol femenino! Inapelable la competición ganada.

“Me sentí víctima de una agresión”: Jenni Hermoso y sus compañeras dicen basta mientras los futbolistas callan”.

A su vez, el ya expresidente, por decisión unilateral de la FIFA, de la Federación Española de Fútbol, el señor Rubiales, se atrinchera en su argumentario: culpabiliza a la víctima, minimiza la agresión y carga contra “las falsas feministas”.

Todo un manual resumido, contundente, del machista con… poder, habiéndose creído impune, a nada que necesitara agarrarse sus testículos, con fuerza y desinhibida ordinariez, del machista prototipo.

“No pensaba que estuviera haciendo nada malo. Sigue sin pensarlo. Un piquito”. Isaac Rosa.

Tan sutil como sucio. Tan inesperado como desagradable. Tan habitual como inapreciable, tan despreciable como amenazante, en un gesto, en un guiño, en una mirada, en un comentario, en una insinuación, en una miserable confianza no otorgada…, como para que no se sepa bien si solo son imaginaciones exageradas, mientras se degusta la sensación de asco y miedo, o solo son obsesiones sufridas, sentidas… indemostrables, tal vez por eso mismo, porque solo se trataba de “un piquito”.  

Y ellas lo saben, lo sospechan, lo temen y lo sufren, casi a diario, y han de disimular entereza, tratar de digerirlo, de contarlo, de asimilarlo y de intentar salir de ese asco que las ha invadido, casi siempre a solas.

“Si un tipo te agarra la cabeza, se le acerca a la fuerza y te besa sin tu aprobación es violencia sexual. En eso consiste el consentimiento. En la España de 2023 es inaceptable y además está penado”. Patricia Godino.

Todo un manual resumido, contundente, del machista con… poder, habiéndose creído impune, a nada que necesitara agarrarse sus testículos, con fuerza y desinhibida ordinariez, del machista prototipo

Como cuando una mujer joven siente que alguien la sigue, se le acerca, la sonríe, la saluda, sin conocerla, y casi en un susurro, la invita a “dar un paseo", sin venir a cuento ese acercamiento, y ella siente turbación y perturbación y apenas es capaz de decir que “no, gracias”, y entonces acelera el paso, y se aleja… y no sabe muy bien qué ha pasado, o sí, lo sabe muy bien, mejor dicho lo siente, que algo no procedía como para ser aceptado sin haber roto la tranquilidad de una mujer intentando pasear sola, caminar a solas… tal vez confiada en ese derecho que debía haber tenido a no sentirse de alguna manera acosada.

Y ellas saben muy bien de que van esas historias, y desgraciadamente nosotros debemos aún mucho que aprender, que escuchar, que aceptar que en el sagrado respeto está la esencia y la necesidad del “consentimiento”, por mucho que a menudo haya servido para poner en cuestión la libertad, la personalidad y el respeto incuestionable a la mujer, siquiera y sobre todo por el hecho de ser mujer.

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Antonio García Gómez es socio de infoLibre.

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