EL FUTURO DEL MERCADO LABORAL
Europa camina hacia la reducción de jornada mientras en España la patronal permanece parada
Este próximo lunes, 9 de septiembre, el Ministerio de Trabajo volverá a reunir a sindicatos y patronal para intentar desbloquear una reforma: la reducción de la jornada laboral actual de 40 horas semanales. Según el proyecto que se puso a priori encima de la mesa negociadora, se iba a pasar a las 38,5 horas este 2024, en cuanto entre en vigor la medida, y a las 37,5 desde el 1 de enero de 2025. Pero antes del parón del verano el acuerdo fue imposible.
La medida va a afectar a muchos. De los 9,28 millones de trabajadores que hay España bajo el paraguas de convenios colectivos, el 61%, esto es, más de 5,7 millones, trabaja más de 38,5 horas semanales, que es el límite máximo que se quiere implantar para este año. Y sólo el 11%, un millón, desempeña su labor durante menos de 37,5, tope promovido para 2025.
La reducción a 38,5 para este ejercicio alcanzaría a 1.363 convenios, el 46% del cúmulo, y a 734.495 empresas, el 91% del global. Y la rebaja hasta las 37,5 horas se extendería a 2.115 convenios, el 72% del total, y a más de un millón de empresas, el 98% del conjunto de las existentes, según la información que maneja UGT.
“Terminaremos el año por encima de los 11 millones de personas protegidas por convenios colectivos y los que van a tener una jornada de menos de 37,5 horas llegarán al millón y medio”, sostiene Fernando Luján, vicesecretario general de Política Sindical de UGT. “La media de los convenios está en 38,5 horas, por lo que el primer paso se notará poco, pero el siguiente llegará a muchos más porque hay sectores que no tienen convenio y van directamente al Estatuto de los Trabajadores, como el de las empleadas de hogar”, explica.
Distintas fuentes sindicales apuntan que “a la patronal le convendría mirar de lejos antes de volver a sentarse, a lo que está pasando en Europa”. Los datos de Eurostat revelan que el número medio de horas semanales habituales de trabajo en los 20 países de la zona euro a partir de 2023 es ya de 36,6. Y hay estados, como la vecina Francia, en el que de forma progresiva se introdujo el sistema de semana laboral de 35 horas en el entramado empresarial de forma obligatoria por ley, pero con incentivos públicos. En otros, como los Países Bajos, han avanzado hacia una semana laboral de cuatro días a través de iniciativas individuales, más que colectivas, en la reducción del tiempo de trabajo, aunque allí sí ha habido una poda salarial que en España el ministerio que encabeza Yolanda Díaz garantiza que no se producirá.
“Lo que parece innegable es que, aunque aún existan territorios como Grecia en los que aún se superan las 41 horas semanales, la tendencia es la contraria, y progresar en ese sentido es necesario para construir una sociedad europea más igualitaria en términos generales”, defienden fuentes del ámbito económico. Las mismas que aportan que, en Portugal “alrededor de un millar de empleados de 41 empresas diferentes han probado durante seis meses reducir la jornada cobrando los mismos salarios, con un balance mayoritariamente positivo”, aseveran. Allí se camina a que se trabaje cuatro días a la semana como se aplica en estados como Bélgica. Una idea, que también baraja el Gobierno laborista del Reino Unido, según ha admitido, después de que el diario Daily Telegraph lo publicara. Los trabajadores británicos podrán plantear a sus empleadores una jornada laboral semanal comprimida en cuatro días, aunque las horas parece que podrían seguir siendo las mismas. Por su parte, el primer ministro polaco, el conservador Donald Tusk, se ha comprometido a que antes de acabar la legislatura, en 2027, la semana laboral en aquel territorio europeo sea de ocho horas cuatro días o de siete distribuidas en cinco. Y hay más: las vacaciones, de 35 jornadas laborables.
"Es cuestión de voluntades"
En ese escenario, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha instado estos días a dejar resuelto el asunto este otoño. "Hay que avanzar definitivamente", ha urgido. Como lo ha hecho igualmente el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, quien ha anunciado que ambos sindicatos van a llevar a cabo una campaña de divulgación y concienciación sobre el proyecto de mengua de la jornada laboral, “porque después de cuarenta años, toca".
De momento, se ha de reactivar el diálogo. En la antesala, Luján traslada a infoLibre que las organizaciones sindicales “no están en contra de peticiones de la patronal como la de buscar transitoriedades”, pero sí de que éstas “se conviertan en aplazamientos”. “Estamos dispuestos a hablar de que, en vez de hacerlo en dos pasos, que era la propuesta inicial del Gobierno, se haga en cuatro; o de que se sea flexible con las empresas que más notarán la reducción, porque están en jornadas máximas de 40 horas o similares. Pero no a jugar al aplazamiento hasta no se sabe cuándo”, recalca.
Se empeña después en describir la dimensión del desafío: “Se trata de eliminar dos horas y media, que tampoco es tanto. Las empresas, sean del tamaño que sean, tendrán que reorganizar la prestación de servicios, pero esto ocurre con las bajas, las vacaciones, los permisos que se han introducido impuestos por Europa… Y no provoca ningún caos”, lanza. A su juicio, es cuestión de “voluntades” y la patronal “no está siendo honesta a la hora de afrontar la negociación”. Se explica: “Sí dice que lo va a hacer, pero pide cosas que sabe que no son posibles de aceptar por las otras partes, no está negociando de buena fe”.
El dirigente sindical confía en que los representantes de los empresarios vuelvan este próximo lunes “con interés por llegar a un acuerdo y que se recupere la racionalidad y la proporcionalidad de lo que hablamos”. Insiste en ese punto frente a los “agoreros”: “Los que parten de 40 horas tendrán que reducir dos horas y media, los que lo hagan de la media de los convenios, habrán de hacerlo una única hora y el resto, nada. No parece que sea tan dramático”, ironiza.
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Admite, por último, que le produce “cierta incomodidad” el que se busque “mayor flexibilidad y transitoriedad para sectores y empresas que están en 40 horas” semanales. ¿El motivo? “Vamos a corresponder con más transitoriedad y flexibilidad a quienes no lo han sido con sus trabajadores”, dice.
¿La medida influirá de forma negativa en la productividad?: “Según un informe de la Comisión Europea, la inversión privada en España en I+D es del 0,8 del PIB -Producto Interior Bruto-, y la media de la euro zona es del 1,5. Luego, parece que para aumentar la productividad, habrá que apuntar a otro lugar que no sean las condiciones precarias de las personas trabajadoras”, sostiene. “Los que han sido conscientes de que las mayores productividades no se consiguen con jornadas más largas sino con inversión y mejor organización, ya están en las 37,5 horas o cerca”, destaca. Incluso en la esfera de la hostelería, “que se ha usado como la bandera en contra de la reducción de jornada”, hay ejemplos de la implantación de la jornada laboral de cuatro días, como los restaurantes La Francachela de Madrid, sin que “se hayan resentido los beneficios”, cierra.
Desde la órbita de la CEOE y Cepyme confirman que acudirán a este primer encuentro pos estival. Que sirva para acercar posturas o no está por ver.