Librepensadores
Medallas muy... ¿merecidas?
"Hay épocas y lugares en los que no ser nadie es más honorable que ser alguien", Carlos Ruiz Zafón, Épocas y lugares.
Vamos a ver si nos aclaramos. Una cosa es la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid, que le será entregada el 2 de mayo a Cristina Cifuentes, su expresidenta, por los innegables servicios personales e intelectuales prestados a su comunidad, como ha quedado bien demostrado en Eroski y en la Universidad Rey Juan Carlos. Este trofeo le será entregado por la actual presidenta Isabel Ayuso, la "no mantenida" que antes cobraba 4.219 euros netos al mes por llevar las redes sociales de Esperanza Aguirre y de su perro Pecas. Ahora cobra más del doble como presidenta madrileña.
Y otra cosa parecida, pero diferente, es la Medalla de Honor de la Ciudad de Madrid, que es la que se concede a quienes, por sus actividades o servicios, se hayan destacado haciéndose muy merecedoras del reconocimiento del pueblo de Madrid. Este galardón la entregará el actual alcalde Almeida a la exalcaldesa Ana Botella el próximo 15 de mayo, día de san Isidro, patrón de la ciudad. ¿Ha quedado claro y estamos todos conformes por la decisión tomada por el Ayuntamiento?
Pues no. Siempre hay quien discrepe. Y así lo ha hecho con cierto enfado Mar Espinar, portavoz socialista en el Área de Cultura del consistorio madrileño, afirmando que "no se puede otorgar esa distinción a alguien tan indigno como Ana Botella" y añadiendo que la propuesta es "una provocación" con la que el PP pretende "limpiar la imagen" de la peor alcaldesa de la ciudad".
Qué barbaridad. Cómo se puede estar tan ciega y no reconocer los méritos de esta alcaldesa inolvidable. Es cierto que Ana Botella alcanzó la alcaldía simplemente por ir de número 2 en la lista de Ruiz Gallardón, que le facilitó el puesto al ser él nombrado ministro de Justicia del gobierno de Mariano Rajoy.
Es verdad también que en el desempeño de su cargo tuvo algunas sombras, pero sin "demasiada" importancia, como:
-Acudir a su peluquería en coche oficial y con abundante escolta policial.
-Haber celebrado la boda magna de su hija en El Escorial, cuyos ingentes gastos fueron pagados en parte por los implicados en la trama Gürtel.
-No conseguir nada positivo en el tercer intento para organizar los Juegos Olímpicos en Madrid, que fue descartada en la primera ronda de votación del Comité Olímpico, logrando menos votos que en los dos intentos anteriores.
Y otras sombras muy terribles de las que consiguió escapar, como:
-Haber autorizado la celebración del macrofestival Madrid Arena en una ubicación municipal en donde, por exceso de aforo y por falta de servicios de seguridad y médicos suficientes, murieron 5 chicas (3 en el acto y 2 en el hospital). La alcaldesa se personó en Madrid el día siguiente a la tragedia y regresó de nuevo a Portugal a seguir disfrutando de un resort de lujo en el que pasaba unos días de relax.
-Vender 1.860 viviendas públicas de VPO al fondo buitre Blackstone, a un precio de saldo, abocando a muchas familias al desahucio. Por el perjuicio económico causado al Ayuntamiento de Madrid, estimado en 25 millones, la alcaldesa fue condenada provisionalmente, junto a otros exconcejales, por el Tribunal de Cuentas al pago de 2,8 millones de euros por la venta irregular, pero esta causa penal no ha seguido adelante al haber despedido el actual alcalde a la letrada que llevaba el caso y así quedó sin recurrirse, motivo por el cual fue archivada por el juzgado de instrucción num.38 en el año 2019.
Nota final: Blackstone pagó por las promociones de VPO con inquilinos en su interior 128,5 millones y el valor actual de mercado supera los 660 millones. Casos tan graves deberían ser penalizados en cualquier época y lugar, pero ahora en Madrid hay libertad y se premian con medallas.
Alfonso Jiménez es socio de infoLibre