Librepensadores
Periodismo 'fake'
Voy a hablar de periodismo. De periodismo fakefake, el que más se estila hoy en los grandes medios generalistas. Lo siento por los profesionales que trabajan en ellos, pues no son ellos quienes deciden la línea editorial, si es que al servilismo se le puede llamar así. Ocurre en el periodismo como en los partidos políticos corruptos, que la gente de bien, al ser mayoría, sirve de coartada a la cúpula podrida para defender lo bueno que son todos. Lo vemos en el PP, posiblemente el partido más corrupto de España y de Europa, cuya jefatura suprema siempre saca a pasear a su inocente militancia de base para respaldar su falsa honradez. Vale, que solo son unos pocos los malelegidos pero casualmente son los más decisivos.
Pero tras la analogía, qué sería de nosotros sin analogías, volvamos al periodismo de bajura que nos atenaza desde las alturas del Olimpo mediático. Todos ustedes recordarán los casos de los tuiteros imputados por hacer chistes de Carrero Blanco, del caso de los titiriteros que supuestamente ensalzaban a ETA en un obra de guiñol y que llegaron a entrar en la cárcel, o de los raperos condenados por ídem o del actor famoso investigado por cagarse en Dios y en la Virgen. Sí, los recordarán seguro. ¿Saben por qué? Porque los medios venales de prensa diaria en papel, sin excepciones, amén de la basura televisiva que nos rodean, se encargaron de recordárselo todos los días, a todas horas, desde sus páginas y sus pantallas, aliñado todo ello con la apostilla del peligro que entrañan las redes sociales, en general, para el buen funcionamiento de la democracia. Ya. Maticemos. El peligro que entrañan es para los poderosos (pongan a quien quieran intuitivamente y acertarán), en primer lugar, y a los medios que les secundan, a continuación. Es lógico. Ambas hidras se retroalimentan. Los canallas del primer grupo saben a ciencia cierta que los escándalos con prensa comprada son menos escándalos. Bastan unas llamadas selectivas y la fuga de popularidad queda restañada. Pero, claro, cómo llamas a una tal Barbijaputa, o a una Protestona, o a un Agitador Trotskista, o a tantos otros miles, millones de personas, con nombre propio o inventado, que berrean libremente sin cencerro por esas redes de Dios. Los grandes emporios han perdido el monopolio de la información, y por tanto, el monopolio de la mentira ya no es negocio. Saben los magnates de la mangancia que ahora las redes dominan el cotarro y por eso quieren acotarlo. Por eso temen tanto a las redes.
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Pero, ¿por qué les cuento toda esta película? Ah, sí. Les hablaba de los casos amplificados por la prensa venal, como el de los titiriteros encarcelados por presunta apología teatral de terrorismo. Pues bien, un locutor conocido, Federico Jiménez Losantos, tras conocerse la liberación de Puigdemont en Alemania y descartarse la rebelión como delito cometido por el expresidente, este hombre, digo, con toda la publicidad que le confiere un micrófono privilegiado de una radio nacional famosa, se despachó a gusto con unas amenazas serias y reales contra Alemania y contra los cientos de miles de alemanes que residen en España. Dichas amenazas no es que sean apología del terrorismo, son terrorismo puro. No se ensalza una acción criminal, se invita a realizar ataques contra intereses alemanes. Considera a los residentes alemanes como rehenes. Tras este exabrupto radiofónico, ustedes se preguntarán: ¿Y qué ha dicho nuestra prensa escrita de confianza, la de toda la vida, los Prisa, Vocento, etc.? Ni un breve, y si lo han escrito ha debido ser tan breve como la presencia de Cifuentes en las clases de su fake másterfake. Desde luego, no recuerdo una cobertura como la que brindaron a los peligrosos tuiteros y titiriteros.
Una reflexión final. Suele decirse que en internet, cuando algo es gratis es porque el producto eres tú. Y empiezo a pensar que para la prensa tradicional en papel, el destinatario final no es el lector sino que su verdadero cliente son los gigantes económicos que están detrás, que son los que deciden sus líneas editoriales en defensa de sus intereses. Con razón la prensa realmente independiente (infoLibre, eldiario.es, la revista Alternativas Económicas, la revista Mongolia, etc.), quieren separar lo que es mera publicidad de información veraz, con prelación profesional en el tratamiento de la actualidad informativa y sin sumisiones vergonzantes. Su verdadera fuerza reside en los socios, no en los anunciantes, privados o públicos. Quiero decir, estimados/as ciudadanos/as, que la próxima vez que leáis un periódico de los de antes, en papel o en pantalla, debéis saber que vosotros no sois su norte, vosotros sois el producto, una vil mercancía. Con una pequeña diferencia, que ni siquiera os sale gratis.
Gonzalo de Miguel Renedo es socio de infoLibre