Festival de Cannes
Arantxa Echevarría, directora de 'Carmen y Lola': "Esta película necesita mucha visibilidad"
Muy elogiada por la prensa cinematográfica, Carmen y Lola, la ópera prima de la cineasta vasca Arantxa Echevarría, ha hecho un ruido importante en la Semana de la Crítica de Cannes, sección que para algunos ha tenido este año un nivel como mínimo equiparable en calidad al de la Sección Oficial, donde no hay ninguna realización de cineastas iberoamericanos. Echevarría comparte en esta entrevista exclusiva con Noticine.com las dificultades a las que se tuvo que enfrentar para narrar un amor lésbico en el marco de la conservadora y machista sociedad gitana, empezando por la búsqueda de sus protagonistas, Rosy Rodríguez y Zaira Romero, uno de los puntos fuertes del filme.
Pregunta. ¿Qué cuenta en Carmen y Lola?Carmen y Lola
Respuesta. Habla del primer amor. Ese que hemos sentido todos cuando estás en un momento de tu vida en el que cambia tu cuerpo. De pronto te sale pelo en sitios donde no te esperas, empiezas a sentir que tu voz cambia, y no sabes cómo reaccionar ante ciertas cosas mientras buscas tu individualidad. Sobre todo buscas tu lugar en el mundo, y justo en ese momento en el que eres tan vulnerable, vas y te enamoras. Y encima eres la chica gitana y te enamoras de otra chica gitana. Para mí es un canto al amor, es una película que habla del amor puro y de lo difícil que es el primer amor.
P. Pocos cineastas tienen la suerte de debutar en el primer festival del mundo, Cannes. ¿Cómo ha vivido esta experiencia?
R. Estoy emocionada, soy más feliz que una perdiz. Para mí es un sueño. Imagínate, ser director de cine implica un trabajo súper arduo de labrarte una carrera, trabajar mucho... Además, financiar una película de este tipo no ha sido nada fácil, porque no es un tema muy cariñoso para las televisiones. "Hola, vengo a venderte una película sobre dos chicas gitanas que se enamoran". Y es como: "¿Perdona? Esto no sé si va a tener algún tipo de vena comercial". Entonces, de pronto que el festival de Cannes vea la película, le guste, y encima la vea para la Quincena... A mí me hace especialmente ilusión estar en la Quincena, porque sabes que surgió como una contraprogramación de la Sección Oficial en mayo del 68, y para mí implica muchísimas cosas positivas. Mi película hubiera podido tranquilamente pasar desapercibida, y que la viera relativamente poca gente. Pero de pronto viene a Cannes y se coloca en el panorama mundial. Y estáis vosotros, los medios, recogiendo mis palabras, dándole visibilidad a una película que necesita mucha visibilidad, porque creo que es un tema que hay que tocar... Todo esto a mí me hace muy dichosa, por la película y por mí, vamos... ¡Soy feliz!
P. ¿Cómo se le ocurrió precisamente contar una historia que en principio parece ajena a usted?
R. La idea surgió porque siempre he pensado que la gente diferente es importante en la sociedad. Todos los que hemos sido diferentes... Yo fui diferente desde pequeña. Todos los diferentes creamos cosas, movemos lo establecido y hacemos que la gente se plantee las ideas, los conceptos y lo que llevamos años y años arrastrando. Entonces pensé qué puede ser tan interesante como ver a alguien diferente en una sociedad en la que esa diferencia no está bien vista. Y en la comunidad gitana la homosexualidad es un tema tabú, es pecado, es algo que puede crear unos problemas muy graves a las chicas, o chicos, o a cualquier persona que quiera salir de un patrón. Ellos viven como en una especie de campana de cristal donde tienen toda su cultura que es súper rica, todo su bagaje. Pero la sociedad paya a ellos no les llega. La ley española del matrimonio homosexual, para ellos es una ley paya. A mí me parecía muy interesante ver qué situación había en una sociedad en la que esto es un tabú muy grande y en la que las mujeres tienen que tener una lucha constante para conseguir su puesto. La mujer gitana es súper poderosa, es muy curranta, pero necesita estar todo el día trabajando por ello. Me parecía que me conquistaba el alma hablar de la persona que tengo aquí al lado debajo de la puerta de mi casa, en la puerta del mercado que la veo todos los días y que no conozco, y que es la base de mi cultura. Llevan 500 años con nosotros y yo me llamo Echevarría, que sabes que tiene origen gitano, y seguro que el 90% de la gente que nos está viendo son nómadas, se han movido por todas partes... Por qué el desconocimiento tan grande hacia una cultura tan potente, ¿no? Por ahí empecé.
P. En el seno de esa sociedad ancestral y renuente a los cambios, imagino que no debió ser fácil encontrar actrices gitanas capaces no solo de interpretar sino también de interpretar escenas lésbicas...
R. Como no hay actores gitanos profesionales, sobre todo de esas edades —estaba buscando adolescentes—, nos tiramos a la calle. En los mercadillos, empapelé todos los barrios... Me iba a los sitios de roneo, que es donde ellos ligan, entonces yo me acercaba a las chicas y les decía: "Estoy buscando una protagonista para una película", "¡Ay, sí, yo, yo!", "Bueno, pero es de temática gay". Entonces salían corriendo. Una cosa que hice en el casting para hacer un poco la criba era: "¿te importaría salir fumando en la película?". "¡Tú estás loca, que me ven fumando y me matan!". Está muy mal visto que una mujer gitana fume en Madrid, que el gitano en muchos sitios es muy diferente en las costumbres. Pues imagínate, ya no te voy a preguntar si te importa salir besándote con otra chica, imposible. Pones en entredicho su reputación... Además, necesitaba una edad en la que habitualmente son mocitas. Todavía no han conocido chico, y, claro, no son capaces a veces de distinguir la realidad de un trabajo de interpretación. Se iban a marcar para toda la vida. No es que fuera difícil, fue medio imposible.
Todavía doy gracias al cielo por haber conseguido encontrar a Zai y a Rosy. Zai fue la octava... Claro, me llené de energía y confianza, porque venía a acompañar a una amiga y yo le vi y dije "ven, pa' ca", y le hice la prueba, y era una maravilla. Estuve con ella trabajando, hasta que al final me dijo: "Venga va, lo hago, le echo un par de ovarios". Pero no encontraba a Carmen. ¿Y tú sabes lo que es ver a 875 personas...? Hubo un momento en que dije: "Pues no voy a poder hacer la película". Con la financiación, con todo el casting medio hecho, pero faltaba Carmen... Intenté con actores payos, pero aquello era un absurdo, la verdad, la energía de Zai con una chica que no sabía ni por dónde arrancar... Entonces apareció Carmen. "¿Tú te atreverías...?", y me dijo: "Pero cuéntame más". La estuve convenciendo. Hablé con sus padres, yo nunca mentía, cuando venían a los castings les decía: "Esto va sobre una relación romántica de dos chicas". La mitad se iban, pero los que se quedaban, se quedaban. Hablé con los padres y les dije: "Mira, esto la va a exponer, en el mundo gitano la va a marcar". Y me decían que ella quería hacerlo, le hace ilusión, quiere ser actriz, le hace muchísima ilusión y me ha dicho que le dices que lo hace muy bien... Y claro, es una chica que no tenía ninguna profesión de futuro y de pronto es como "puedo ser algo, puedo ser actriz". Suerte, mucha suerte tuve, y paciencia.
P. Creo que quedó por tanto muy satisfecha del resultado...
R. Yo siempre soy muy técnica, yo llevo mi story board... El guion es palabra por palabra lo que escribí en su día, está muy meditado todo y yo quería darle un toque documental. Quizás me hubiera gustado un poco más tener aún más parte documental, dejarles fluir más. Pero claro, es que son actores no profesionales. "Bueno haz lo que quieras", "¿Y qué hago?". Tenían que estar todo el rato buscando el apoyo por mi parte. La película es exactamente como la imaginé. El trabajo previo es importantísimo, y yo cuando escribo mis guiones los visualizo, y me imagino todo punto por punto y ya con las posiciones de cámara. Para mí ha sido una satisfacción ver que he conseguido reproducir lo que tenía en la cabeza, e incluso a veces sí que me sobrepasa. Por ejemplo, un momento en la fiesta cuando se piden la mano, les dije: "Haced lo que vosotros haríais". "Pues nosotros comeríamos unos pollos, aquí habría una fiesta...". "Hacedlo". Cogí dos cámaras corriendo: "Quiero eso, mira, mira, esa mirada, esto...". Me sobrepasa, porque me la imaginaba, pero es que es mejor, la realidad gitana, la energía, la calidez que tienen es mucho más real de la que yo me podía imaginar.
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P. ¿Y qué me dice de la acogida que la película ha tenido aquí en Cannes?
R. Pues muy bien, la gente habla muy bien de la película... Estamos muy emocionados y creo que es diferente. Creo que como todo el mundo se ha enamorado alguna vez, todo el mundo siente la película por eso mismo, y creo que la acogida está siendo muy positiva. Estoy muy contenta.