Cine
El cine español se encomienda a los títulos taquilleros del otoño para salvar el año
Una sombra se cierne sobre el cine español: la de su propio éxito. Los últimos datos, publicados el lunes en el Anuario del Cine Español 2014, vuelven a celebrar su buena salud: el pasado año, uno de cada cuatro espectadores eligió una producción española, la cifra más alta de la serie histórica. Sin embargo, los datos de 2015 parecen raquíticos en comparación con los del pasado ejercicio. En el primer semestre de este año, la cuota de mercado del cine español ha sido el 11%, un 60% más baja que en el mismo período de 2014, según la consultora Rentrak. La duda se impone: ¿Ha sido este año dorado una alegría coyuntural, o un signo de recuperación?
En la presentación del anuario —publicado por las consultoras MRC, Barlovento Comunicación y Rentrak— el sector reconocía una vez más la influencia del taquillazo Ocho apellidos vascos (dirigida por Emilio Martínez Lázaro) en el cómputo total. Ella sola se hizo con más de 9 millones de espectadores y 55,10 millones de euros, el 43% de la racaudación total. El peso de la película en los datos generales es descomunal. "[El filme] es un elemento que desvirtúa todo el estudio", confesó Arturo Guillén, responsable de Rentrak en Europa, Oriente Medio y África.
Pero, aún así, la industria subrayaba sonriente los datos positivos, mientras se afanaba en disipar los malos augurios. "No es descabellado pensar que en 2015 estaremos por encima del 20% de cuota de mercado", aventuraba el presidente de la Academia, el actor Antonio Resines. ¿Cómo hay que interpretar que, según Rentrak, por estas fechas la taquilla sumara en 2014 73 millones de euros, y ahora no supere los 28 millones? Como señalaba Resines, si se ignora la recaudación de Ocho apellidos vascos, este primer semestre ha sido mejor que el anterior: 28 millones de euros frente a 19. Pero es difícil eliminar el efecto Ocho apellidos vascos de la ecuación. "Ha tirado tabúes respecto al cine español y ha ayudado al resto de la industria", aseguraba Lorena González, directora general delInstituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA).
Un éxito coral
Es difícil medir el impulso del filme de Martínez Lázaro. Por eso, para no pillarse los dedos, el sector asume que difícilmente volverá a alcanzarse un 24% de cuota de mercado. Aunque Resines se mostraba optimista: "Vienen las nuevas de León de Aranoa [Un día perfecto, en agosto], Médem [ma ma, en septiembre], Álex de la Iglesia [Mi gran noche, último trimestre del año]...". Alejandro Amenábar estrenará Regresión en octubre, y Ocho apellidos catalanes (secuela del éxito) lo hará en noviembre, a tiempo para dar gas a los datos de este ejercicio.
La industria cultural se estanca
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Ante este panorama, parece que la distribución de la recaudación será similar en 2015 que en años anteriores: un par de taquillazos y un puñado de buenos resultados que sostienen los datos globales. En 2014, las cinco películas más taquilleras (Ocho apellidos vascos, El niño, Torrente 5, La isla mínima y Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo) sumaron 92,8 millones de euros, el 73% de la taquilla total. Sin embargo, 3 de cada 5 películas producidas no superan los 100.000 euros de recaudación.
"Eso no es significativo", arguyó Resines, "Siempre hay películas que por promoción o falta de promoción, por inversión o falta de inversión, se quedan en esas cifras". Pero para ellas no existe, como indicó el presidente, un modelo alternativo a la gran pantalla, "mientras no se controle mucho más la piratería". El Anuario asegura que la industria dejó de ganar 571 millones de euros por culpa de las descargas ilegales, según un estudio de la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales.
Las cifras que el sector insiste en ver como positivas llegan en medio de una negociación en torno a la nueva Ley del Cine. Aunque en mayo ya se anunció que las ayudas del Estado a la producción se entregarían por adelantado, y no a posteriori en base a la recaudación, queda aún por definir cuáles serán los criterios para definirlas. "No se van a seguir criterios de taquilla", explica José Antonoo Félez, productor de Atípica Films, sello detrás de La isla mínima. El cambio puede beneficiar al 63% de la producción que, por su baja taquilla, se quedaban prácticamente fuera de la batalla por las ayudas públicas. "Se va a valorar la distribución, que se tenga la seguridad de que se van a comercializar", explicó el lunes la directora del ICAA. Un cambio que puede cambiar el mercado del cine español. Mientras, el sector cruza los dedos.