Literatura
En el filo de la moneda de la creación literaria
Si jugáramos a adivinar qué tipo de libros lee o escribiría un cineasta –y viceversa–, seguramente asociaríamos alguna obra de temática y estilo similar al de sus películas. Es difícil imaginar a Borges dirigiendo “Centauros del desierto” o a Howard Hawks escribiendo Ada o el ardor. Pero a veces, la línea entre dos manifestaciones artísticas no es tan clara, y algunos excursos sorprenden por la lejanía del estilo previsto.
Es el caso de Aquí yacen dragones (Seix Barral)Aquí yacen dragones , la primera incursión literaria del director de cine Fernando León de Aranoa después de Contra la hipermetropía (Debate). Si en películas como “Familia”, “Los lunes al sol” o “Princesas” se forjó la imagen de un realizador de tono realista con claras intenciones de denuncia, en su primer libro, ya desde el título, la fábula se impone. Los 113 cuentos cortos que componen el libro abundan en juegos signados por una imaginación desbordada.
“La fórmula impone el estilo, quería escribir algo y opté por esta forma, y eso es lo que definió lo demás”, cuenta León de Aranoa. “Aquí el estilo es más vehemente, y en las películas busco más matices, que son difíciles de trasladar a una página”. Literalmente a una, porque la extensión de sus textos apenas las sobrepasan, siempre entre el aforismo y el chispazo poético. “Sin duda, aquí se trabaja más por combustión, y el cine es un trabajo de resistencia”.
El autor, preguntado por sus influencias, lo piensa bien. Es, confiesa, lector de géneros diversos y en grandes cantidades, aunque al fin recalca los nombres de dos escritores a los que cree que se podrían reconocer en su libro: el peruano Julio Ramón Ribeyro y el salvadoreño Roque Dalton. Y la experiencia ha debido de ser grata, pues si tuviera que repetir, lo haría encantado. Pero, ¿en qué género? Al fin y al cabo, Aquí yacen dragones está en el filo de la moneda de la creación literaria: si la voluntad cae de un lado, puede salir un poemario, y si cae del otro, una novela. “Creo que la escritura me lleva más al impulso poético, pero el contenido es prosa, y siento más ganas de seguir por el camino de la narrativa”.
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Abajo: vídeos de la lectura de Joaquín Sabina de dos cuentos incluidos en Aquí yacen dragones durante la presentación, junto con Juan José Millás y el autor.
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Lectura de "Las chicas de los aeropuertos"